La sala de Hemoterapia del Hospital Ramos Mejía es más bien pequeña. Las paredes del cuarto forman una especie de hexágono y el espacio y los asientos no alcanzan para todos. Así que la mayoría se apiló en el pasillo. La fila fue una muestra del mundo que rodea a Pablo: hubo trabajadores de prensa, fotógrafos, militantes populares, jubilados que marcharon el miércoles, amigos y vecinos, sobre todoPatricia Bullrich