La sala de Hemoterapia del Hospital Ramos Mejía es más bien pequeña. Las paredes del cuarto forman una especie de hexágono y el espacio y los asientos no alcanzan para todos. Así que la mayoría se apiló en el pasillo. La fila fue una muestra del mundo que rodea a Pablo: hubo trabajadores de prensa, fotógrafos, militantes populares, jubilados que marcharon el miércoles, amigos y vecinos, sobre todoPatricia Bullrich
Amigos, compañeros y colegas cuentan detalles sobre el joven, que sigue en estado crítico
Pablo Grillo: fotógrafo, militante, obrero y estudiante
Cientos de personas se acercaron al Ramos Mejía para donar sangre y en solidaridad con la familia. Desde la puerta del hospital, relataron a Página/12 cómo lo conocieron y los momentos que compartieron con él. El reclamo unánime de justicia y el ruego colectivo para que se recupere.

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