"Un suelo que desaparece, en todo sentido. Ese hogar ya no está. Esos recuerdos se borraron. Los muebles no existen. Las fotos están mojadas. Las víctimas no tienen más un sentido de pertenencia, ese suelo firme donde pisar. Son los casos que más me duelen", describe la psicóloga Mariana Kersz sobre la situación emocional de los damnificados de Bahía Blanca, la ciudad bonaerense atravesada por uno de los peores temporales de la historia argentina.

Todos hacen un enorme esfuerzo por salir adelante de la tragedia. Pese a los planes estatales para la reconstrucción de la ciudad, y la enorme solidaridad social, que con sus donaciones materiales y monetarias buscan amenizar los costos de las pérdidas ocasionadas por las inundaciones, el daño más difícil de reparar es emocional y psicológico. Así lo sostienen los grupos de psicoanalistas y voluntarios especializados en salud mental en Emergencias que se encuentran asistiendo a las víctimas desde la temible tormenta del 7 de marzo.

Los primeros auxilios psicológicos son clave en situaciones catastróficas como las que se vivieron en ese territorio hace una semana. El objetivo, según describen los profesionales, es que los afectados puedan descargar su dolor y su malestar, que no repriman sus emociones, y que puedan mantener la esperanza hacia el futuro. En rigor, el acompañamiento terapéutico es fundamental para transitar las emociones complejas frente al trauma.

Como Kersz, un gran número de psicólogos y especialistas en salud mental llevan conformando desde hace una semana grupos de trabajo en la región. No sólo se busca contener y acompañar, sino también asesorar a otras personas y ayudar a reforzar los lazos de solidaridad.

Acompañamiento, escucha activa, y respeto

Una catástrofe natural es vivenciada de forma particular, pero también colectiva. En todo caso, cada persona reacciona de forma diferente ante el dolor. "Los síntomas que solemos ver son muy asociados al estrés postraumático, shock, trauma, desconcierto, culpa, enojo, vergüenza, desesperanza... Y hay quienes no pueden hablar, y quienes no paran de hablar", señala Kertzs.

Por esto, la profesional afirma que "el primer paso" en los dispositivos de salud mental que se despliegan en colaboración con el Municipio de Bahía Blanca es simplemente contener. "Nunca hay que forzar, ni minimizar, ni comparar las emociones de esas personas", remarca la especialista. Del shock se sale hablando, aportando sentido a la experiencia traumática que se vivió. 

En ese punto coincide la psicoanalista de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL) María Inés Sotelo, quien cita al psicoanalista lacaniano francés, Jacques-Alain Miller: "El sujeto en la urgencia está más cerca del grito que del llamado". Y agrega: "Nosotros, como profesionales de la salud, y los psicoanalistas, nos ponemos en un lugar de un otro que aloje ese grito, para que se transforme en llamado".

Donaciones solidarias hacia la ciudad de Bahía Blanca. (Imagen: NA)

"La víctima tiene que decir, desplegar en qué punto esta pérdida, lo que lo ha conmovido y emocionado", sostiene. Ese tratamiento en los primeros auxilios psicológicos es clave porque, "cuando comienzan a funcionar, baja muchísimo el riesgo de lo que llamamos pasaje al acto, es decir, de una conducta desesperada que ponga en riesgo la salud o la integridad y el bienestar".

"La palabra es un vehículo magnífico, y el encuentro con un otro que escucha y que contiene, en general, evita este pasaje a los actos desesperados", ratifica Sotelo.

En ocasiones, las víctimas no pueden llorar o no quieren hacerlo porque "son personas que se ocupan de cuidar a otros familiares o a niños, y no quieren hacerlo en frente a ellos". Por esto, Kertzs remarca que es imprescindible que los damnificados "puedan tener un momento de contención, de hablar y de llorar, como un punto de fuga a ese dolor y ese malestar o tensión que les está generando esto".

"Hay que cuidar, contener, acompañar" y "no juzgar, no obstaculizar ese dolor, sino compararlo", enfatiza. Al minimizar o juzgar negativamente el problema de un otro, sostiene, puede provocar que "a la persona le dé vergüenza contar que siente que perdió una parte de su vida".

Rescate de mascotas atrapadas en casas y edificios tras el temporal. (Imagen: EFE)

"No es necesario que seas psicólogo. Todos podemos sentir empatía y entender lo que esté atravesando el otro. Por más que nunca hayamos vivido una tragedia así. Empatizar es tocar el alma y volver a nosotros", agrega.

Otra sugerencia de la especialista es evitar las frases hechas, como “por suerte no fue nada", "por suerte están todos bien", "tu vecina perdió todo y vos no", "te pudo haber pasado algo peor”. "Sirve también para la vida cotidiana", afirma entre risas, y sigue: "Si es una situación delicada, tener cuidado. No hay que invalidar lo que la persona cuenta. Se trata de respetar el tiempo de cada persona, preguntar qué necesitás. A veces necesitan silencio, estar acompañando desde ese lugar, o que le hagan un mate".

Levantar la cabeza y ser solidarios

La solidaridad y el apoyo continuo serán determinantes para la resiliencia de la comunidad bahiense frente a esta tragedia. "Trabajamos en reconocer aquello que sí tenemos hoy", explica Kertzs sobre los dispositivos de emergencia en salud mental, que funcionan de forma telefónica y a distancia, pero también de forma presencial, con grupos especializados dentro del territorio.

"Ver qué sí hay: la familia, un colchón… Tratamos de conectar con eso que está. Si sus amigos están bien, que siga en contacto con ellos. Cuando comienzan las clases, por ejemplo, que los chicos vuelvan al colegio para que tengan un sentido de rutina y de “normalidad”", sugiere.

Conectar con pequeños gestos de cuidado es una clave fundamental también para salir del estado de shock y conectar con el presente. "Depende del caso, ofrecer algo en medio de una devastación es un gesto de cuidado gigantesco", completa. 

Revivir la tragedia y el dolor

Retrocediendo en el tiempo, el 15 de diciembre de 2023, Bahía Blanca había sido escenario de una trágica tormenta con vientos de hasta 140 kilómetros, que ocasionó 13 muertos y numerosos daños en infraestructura. La respuesta del presidente Javier Milei entonces fue casi nula: fue una de las primeras muestras de lo que la nueva gestión ultraderechista y liberal planificaba para el resto de su mandato a escala nacional. "Estoy perfectamente confiado en que ustedes van a poder resolver esta situación con los recursos existentes", fue la insólita respuesta del jefe de Estado, ante una población recientemente afectada.

Desde entonces, recuperarse de aquella situación no fue fácil. Sin embargo, tristemente, otra tormenta volvió a azotar a la ciudad poco más de un año después. El viernes pasado, en pocas horas, cayeron 290 milímetros, lo que llueve casi en todo un año en ese lugar. El desborde de un dique arrasó a gran parte de la ciudad, y a Ingeniero White y General Cerri. El caudal y fuerza del agua desbordada arrasó con viviendas, arrastró autos y camionetas, destrozó rutas y caminos y, esta vez, dejó un saldo de 16 muertos y 3 desaparecidos, entre ellos dos hermanitas de 1 y 5 años, Delfina y Pilar Hecker, que fueron arrastradas por el caudal cuando sus padres quedaron varados con su coche en medio de una ruta y trataban de ponerlas a resguardo en una camioneta que paró a ayudarlos.

Vecinos de Bahía Blanca intentan recomponer sus hogares tras el temporal. (Imagen: NA)

"Esto es revivienciar el trauma de una herida que parecía sanar. Es muy doloroso, genera un estrés postraumático con mayor impacto emocional. Por eso, es donde más ayuda se necesita. Es donde más tenés que intervenir", explicó la psicóloga Kersz.

Por su parte, Sotelo opina en ese sentido que "la salud y la educación son pilares", y por esto, remarca que el Estado debería contemplarlas como "una inversión". "Me parece que tiene gravísimas consecuencias sobre la sociedad que los gobiernos no entiendan que tienen que darnos una educación y salud pública de alto nivel", subraya.

Asimismo, la integrante de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), considera en diálogo con este medio: "Estaría muy bueno que toda esta solidaridad que nuestro pueblo tiene también se ponga al servicio de una reflexión, acerca de lo que necesitamos como país. Estos momentos tan trágicos y dolorosos tienen que forzarnos a reflexionar sobre lo que tenemos y sobre lo que podemos perder".

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