Empoderar a las niñeces. Politizar la ternura. Con esas propuestas, comienza Potencia Niña, ciclo de música para las infancias que invita a cuatro encuentros con arte y reflexión. Será desde este sábado 15 de marzo, todos los sábados a las 16.30 horas, en el Espacio Experimental Leónidas Barletta (Sala Inda Ledesma) del Centro Cultural de la Cooperación, ubicado en Roque Sáenz Peña 943. Las entradas se adquieren en: https://www.centrocultural.coop/eventos/potencia-nina

La convocatoria reúne a artistas y profesionales de diversos campos porque, además de canto y baile, el festival propone una serie de debates para repensar el mundo de la niñez. Y es por eso que a la participación de Vuelta Canela, Anda Calabaza, Mariana Baggio, Teresa Usandivaras, Ana Iniesta y la Banda de la Luna, y las payasas Nidea, Pokita Pocket y Filomena, se suman el sociólogo Santiago Morales y la educadora Gabriela Magistris.

El sábado 15 inicia con Derechos perdidos, mientras el sábado 22 será el turno de Niñeces libres. Las jornadas contarán con debates poético musicales donde los ejes temáticos girarán en torno al juego, a la diversidad como derecho, los mandatos de género y la representación histórica de las infancias, entre otros. Y la programación continuará el sábado 29 con Cuerpo y juego, y el sábado 5 de abril con Barcos y mariposas musiqueras, con agendas que pondrán el foco en el cuerpo y en la historia de la música infantil.

“Les niñes necesitan sus espacios propios. Y en estos tiempos duros vale más entender el contexto y abrazarnos de manera certera”, comenta la cantante Ana Iniesta, una de las creadoras de este proyecto artístico multidisciplinario. “Esta es una apuesta en la que buscamos enlazar múltiples lenguajes para que las niñeces, y todas las personas que asistan, vivan una experiencia estética y de encuentro con la belleza y el pensamiento en sus múltiples registros”, completa el sociólogo Santiago Morales, integrante de Ternura Revelde, un colectivo de educadoras y educadores populares formado en 2018 con el objetivo de “ponerle un freno al adultocentrismo y expandir el protagonismo de niñas y niños”.

“Habrá mucha música, desafíos, sorpresas, poesía, belleza, juegos y alegría”, anticipa por su lado Nina Lenze, quien encarna a la entrañable Filomena en el grupo Vuelta Canela. “Nuestra participación propondrá un intercambio con el público, y sobre todo con las infancias, porque con esta propuesta se trata, precisamente, de darles voz”, agrega.

Vuelta Canela.

-¿Cómo surgió la idea de armar este ciclo?

Ana Iniesta: -Surgió a partir de las ganas de hacer un cruce entre quienes escriben el corpus teórico -les creadores de Ternura Revelde- acerca de la crueldad del adultocentrismo y sus consecuencias, y quienes le hacemos frente a eso en nuestra acción poética pensando en les niñes como sujetos inteligentes y sensibles. Sentí que era necesario inaugurar un espacio donde conocernos y compartir, porque nos falta ese lugar de creación colectiva, y hoy las infancias nos necesitan pensando y haciendo juntes. Sobre todo en este contexto de cierre de espacios culturales que nos afecta especialmente a los grupos que no pertenecemos al “mainstream”.

-¿Cuáles son las problemáticas y temáticas en torno a las infancias que se debatirán durante el ciclo?

Santiago Morales: -Hablaremos acerca de algunos derechos perdidos y pensaremos algunas cosas en las que no solemos indagar como, por ejemplo, qué significa ser una persona adulta y qué estereotipos y mandatos se nos imponen socialmente. Y, fundamentalmente, cantaremos, nos reiremos y seremos asaltados por el asombro, esa poderosa emoción que cada vez nos visita menos cuando somos grandes.

Nina Lenze: -El ciclo será una hermosa experiencia para seguir profundizando en el desafío de dar un espacio a la voz de las niñeces. Que puedan expresar sus deseos, preguntas e ideas. Que sean protagonistas de este momento. Que nos enseñen y les enseñemos. Tenemos que corrernos un poco de nuestra visión y posición adulta, y abrir el diálogo. Darles libertad, pero con responsabilidad, conciencia y contención.

-¿Qué desafíos implica crear contenido pedagógico y artístico para las niñeces de hoy?

A.I.: -Crear es siempre un desafío vital para estar cerca de les niñes. Escuchar qué les pasa, qué piensan, con qué se divierten y qué palabras usan es fundamental para sostener en nuestros espacios de encuentro la inocencia, el tiempo no apurado, y el cantar, bailar y jugar, valores que no queremos perder frente a la deshumanización que traen la inteligencia artificial y la exposición abusiva a las pantallas. No vemos al público infantil como un consumidor pasivo, y creemos que los modelos que estereotipan hacen mucho daño y perpetúan mandatos sociales que, lejos de dar disfrute y fortalecer su autonomía, convierte a les niñes en dependientes del sistema. Por el contrario, desde nuestro lugar queremos niñeces felices, sanas, con autocrítica y empáticas.

S.M.: -Nuestra sociedad expulsa a las niñas y niños de los lugares que las personas adultas consideramos que nos pertenecen. Por eso, un inmenso desafío es ofrecer formas de disfrute de tipo intergeneracional. Esa apuesta es un camino hacia la recuperación de los espacios comunes, públicos y comunitarios. Ante un mercado de plataformas que pretende que las niñas y niños sean consumidores de contenido random, sensacionalista y efectivo, a los fines de capturar su atención, este ciclo busca que las niñas y niños sean ciudadanos que ejerzan todos sus derechos, especialmente uno perdido, olvidado y subestimado como el derecho a la belleza.

-¿Qué expectativas tienen con estos encuentros?

A.I.: -Esperamos encontrarnos con una sala llena de niñes y de adultes con el cuerpo y la voz disponibles para cantar, bailar y dejarse interpelar por las consignas y dinámicas en las que escucharemos las voces de todes por igual. ¿Cuándo y dónde se pregunta a les niñes por lo que piensan y sienten? Cuando le propuse encarar este proyecto a Santiago, ambos pensamos: “¿Cómo esto no se hizo antes?”. Espero que cada fecha sea un encuentro distinto que nos sorprenda y abrace, invocando la potencia niña colectiva.

N.L.: -Nos da mucha alegría ser parte de esta propuesta desafiante. Y también mucho vértigo y emoción. Porque ser parte de este ciclo implica seguir profundizando en algo que nos proponemos todos los días con Vuelta Canela. Estamos felices de compartir con personas que queremos y admiramos, y que trabajan con tanto compromiso. Cada encuentro será de mucho aprendizaje y disfrute.

S.M.: -Me hace ilusión que logremos, juntos y juntas, grandes y no tanto, reconciliar al corazón con la razón, a la estética con la ética y al placer con lo intergeneracional. Que las personas adultas podamos reír como cuando éramos niñas y niños, y que cada niña y niño vea reflejada su dignidad en los ojos de las personas adultas que los acompañen. No se logra con un ciclo, pero lo que buscamos es sembrar.