“Están ahí, pero no los ves. De eso se trata. Están pero no están, así que cuidá el maletín, la valija, la puerta, la ventana, el auto. Cuidá los ahorros. Cuidá el culo, porque están ahí y van a estar siempre. Son descuidistas, culateros, abanicadores, gallos ciegos, biromistas, mecheras, garfios, pungas, boqueteros, escruchantes, arrebatadores, mostaceros, lanzas, bagalleros, pequeros, filos”. Esa es la emblemática enumeración que el personaje interpretado por Ricardo Darín le recita al personaje interpretado por Gastón Pauls en Nueve reinas. Esas figuras noventeras hoy se reconvirtieron en promotores de estafas piramidales, maestros del bitcoin, conocedores de los secretos de las criptomonedas, vendedores de cursos online, expertos en coaching ontológico, sabios del make money fast y líderes de sectas financieras.

En esa galaxia orbita Piramidal, la sátira musical creada por Micaela Amaro, Lula Fenomenoide, Magrio González, Marcos Krivocapich, Teo López Puccio y Donna Tefa, con dirección de Krivocapich y Milva Leonardi. Varios integrantes del elenco –compuesto por Donna Tefa, Vero Gerez, Tomás Wicz, Carolina Saade, Andrés Granier, Lula Fenomenoide y Javier Marra– tienen fuerte presencia (aunque no exclusiva) en el género. Con dirección musical de Teo López Puccio y Dino Pérez, Piramidal narra las desventuras de un grupo de incautos que cae en las redes de Ludovico Sitorrazo (Marra), coach ontológico y líder de un modelo de negocios que promete ganancias exponenciales en tiempo récord pero que, al mismo tiempo, demanda la aportación de nuevos miembros.

Beta (Tefa) encarna al personaje detectivesco que aquí es creadora de contenido. Ella es quien investiga la secta e intenta exponer sus manejos fraudulentos. Si al inicio las situaciones dramáticas, los monólogos, los personajes e incluso la estética parecen apelar a un trazo grueso para recrear las dinámicas de los estafadores en tono bizarro, la pieza adquiere profundidad conforme avanza la trama y explora cuestiones complejas que van más allá del binomio buenos/malos, porque muchas veces las víctimas devienen victimarios, y esas lógicas nacen de la necesidad o la desesperación.

Piramidal recurre al tono satírico para hacer una crítica mordaz: el distanciamiento permite reírse de las situaciones de engaño que atraviesan los personajes (nadie cree que va a caer hasta que termina en medio de la telaraña de la estafa), pero también habilita un cuestionamiento sobre cierto snobismo que juzga a los otros con placer morboso: están los que quieren ganar plata sin trabajar y están los que creen haber hallado un medio para darle a sus hijos un mejor futuro. En la obra se sondean esas complejidades cuando Beta decide infiltrarse en el grupo para socavar el poder de los líderes desde adentro.

La tercera temporada llega con gran timing: después del criptogate protagonizado por el mismísimo presidente de la Nación, la obra adquiere nuevas lecturas. Javier Milei fue quien "difundió" la criptomoneda $LIBRA por la que miles de personas perdieron su dinero, así que esta sátira ya no es tan sátira y los hechos no parecen puramente ficcionales. Todo remite a este episodio bochornoso de la política nacional. Piramidal expone con lucidez los otros actores que intervienen y muchas veces amplifican el daño: conductores de TV de medios de comunicación tradicionales, influencers y streamers en redes sociales, miembros del Poder Judicial, políticos y economistas.

Frente a una realidad que ofrece escenas tan bizarras como la entrevista realizada por Jonatan Viale en TN, cualquier sátira parece un documental. Sin embargo, la obra se nutre de esa actualidad para resignificarse. El elenco es talentoso y la banda es sólida, aunque por momentos quedan desbalanceados algunos aspectos vocales, con intervenciones de intérpretes que tienen gran histrionismo pero quizá hallan su fuerte en la actuación y no en el canto. Sin embargo, el resultado no pierde potencia porque Piramidal se sostiene tanto en los climas musicales como en la performance actoral.

Un dato no menor: se trata de una creación colectiva del grupo Estudio qp, que en 2018 montó Quiero pertenecer (un musical de ciencia ficción) y que produjo El Suceso en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. Esta vez eligen mixturar musical y sátira: la combinación no sólo es buena sino también muy pertinente para pensar(nos) hoy. Las dinámicas sectarias de un líder carismático que le vende a una masa un programa imposible de cumplir se registra en el mundo privado y en la escena pública. La estafa es, al fin y al cabo, una puesta en escena: alguien actúa algo para que otro ejecute un acto de fe. Eso ocurre en el teatro, en la política e incluso en las lógicas de intercambio de la economía capitalista. En el centro, la ficción. Piramidal se dedica a desmontarla con ingenio, humor, sátira, coreos y muy buenas canciones.

*Piramidal puede verse los martes a las 21 en El Galpón de Guevara (Guevara 326). Las entradas se pueden adquirir por Alternativa Teatral.

Intérpretes: Lula Fenomenoide, Vero Gerez, Andres Granier, Javier Marra, Carolina Saade, Donna Tefa y Tomás Wicz

Músicos en escena: Cuki López, Teo López Puccio y Camilo Santella

Escenografía: Endi Ruiz

Diseño de vestuario: Endi Ruiz e Ivana Zima

Diseño de luces: Alejandro Velazquez

Diseño de movimientos: Fioreya

Dirección musical: Teo López Puccio y Dino Pérez

Dirección general: Marcos Krivocapich y Milva Leonardi