Explorar lo que habita en los márgenes. Ese propósito siempre atravesó la poética de Mariana "Cumbi" Bustinza, y en Algo lindo del horrorsu nueva obra, persiste en esa búsqueda, pero ahora con un condimento más personal. Con formato de recital performático documental, la puesta cuenta momentos de su vida y eso se combina con la poesía y el epistolar de su padre. De la mano del director y performer Jorge Thefs, "Cumbi" moldeó esta pieza autobiográfica que puede verse los sábados de marzo a las 21, en el Centro Cultural Rojas (Corrientes 2038). 

Las historias del barrio, los límites del cuerpo, la violencia y la droga. Los amores, los amigos, la familia, el teatro y la Navidad. Todos esos elementos se combinan en escena, con la actuación de Mariana "Cumbi" Bustinza, Ornella Fazio, Magui Downes y Facundo Salas. “Este material es la génesis de todas mis obras”, comenta la autora e intérprete. 

La teatralidad de "Cumbi" tuvo siempre a la cultura popular como protagonista. Y en los últimos años, sus proyectos se caracterizaron por indagar en temáticas poco abordadas sobre tablas, como la marginalidad, los consumos problemáticos, las carencias de las familias disfuncionales y las diferencias de clase. Y ese mundo es el que supo contar en obras como Menea para mí, Gorila, Lo que quieren las guachas, La Meca Turreo místico. 

Pero en esta ocasión, "Cumbi" no encaró el proyecto en soledad sino que contó con el acompañamiento de Thefs en la dramaturgia y en la dirección general. "La obra tiene, de alguna forma, una estructura teatral, performática y documental que yo ya venía trabajando, pero además esta teñida por el estilo punk de `Cumbi´", comenta Thefs al respecto. 

- ¿Cómo surgió la idea de hacer esta obra autobiográfica?

Mariana "Cumbi" Bustinza: - Hace mucho tiempo tenía ganas de hacer algo que tuviera que ver con mi vida. Y amagué varias veces con encarar esa idea, hasta que hace dos años me separé y, en un principio, quise hacer una obra que hablara de mi ex pareja. Ahí, con la bronca como impulso, empecé. Después todo se acomodó y me di cuenta de que hablar de mi vida y de mis vivencias era hablar de otras cosas y no puntualmente de esa situación. La bronca se fue aplacando y transformando.

Jorge Thefs: - Hace 2 años, "Cumbi" vio El silencio de la carne, la segunda parte de un díptico no resuelto de obras documentales que hice, y me dijo: “Yo quiero hacer algo así”. Entonces indagué en el material que ella tenía y encontré bocetos de textos sobre otros momentos de su vida, además de un epistolar y la poesía de su padre fallecido.

- ¿Y cómo fue el proceso de creación?

M.C.B.: - Esta puesta es una especie de ritual mágico. En los ensayos, las cosas ocurrían y yo no era muy consciente de lo que iba sucediendo y empezaron a aparecer coincidencias increíbles entre sucesos del pasado y el presente. La música de Los Redondos, Ferro, la cumbia, Mataderos, el barrio. Todo eso fue clave para armar la obra. Porque yo sabía que teníamos que hacer una puesta en escena, pero también sabía que los verdaderos sentimientos iban a aparecer cuando tuviera que actuar frente al público.

J.T.: - Para mí siempre es un tesoro recibir material ajeno porque la distancia permite ver coincidencias, similitudes y cosas que después sacamos a relucir en la totalidad. En ese sentido, "Cumbi" me dio libertad para reescribir, estructurar y dar sentido a un compendio de materiales que ella traía de forma catártica.

- ¿Por qué decidieron que la puesta tuviera un formato de recital performático?

M.C.B.: - El formato de performance lo decidió Jorge. Y lo del recital fue una idea mía. En 2024, le dije: “Esto tiene que ser un show. Tiene que ser como un recital de Los Redondos”. Porque eso era lo que yo flasheaba hacer en mi casa cuando era chica.

J.T.: - Coincidimos ambos en que la estructura del laburo tenía que estar basada en una lista de temas, y ahí apareció esta categoría inventada del recital performático documental, que vino a ordenar el material y a darle lógicas internas partiendo de la pregunta de cómo se cuenta la tragedia propia al mismo tiempo que se hace un show.

- ¿Qué desafíos supone exponer parte de la vida personal en un proyecto artístico?

M.C.B.: - El desafío es más que nada encontrarme con que parte de la gente que me viene a ver ya me conoce. Y eso me da un poco de vergüenza. El desafío está en todo lo que ocurre después de hacer la función. Y también en ver qué me pasa a mí con todo esto. Por el momento, no tengo mucha idea de lo que me pueda pasar. Es demasiado profundo y complicado saber eso ahora, porque recién estrenamos.

J.T.: - Creo que lo interesante es lo que pasa alrededor de la obra. Trabajar con el material hace que la realidad se afecte y modifique. En el mejor de los casos, la obra sale de sí misma para llegar a la esfera social y volver al material nuevamente, pensando siempre que todo esto que mueve son más preguntas que certezas.  

* Luego de las funciones de marzo, Algo lindo del horror podrá verse en el teatro El Extranjero (Valentín Gómez 3378) los viernes a las 20.30.