Afuera, el descontrol era total. La feroz represión, los carros hidrantes, los gases y el ruido ensordecedor de las sirenas marcaban una jornada en la que las preocupaciones estaban más en la calle que dentro del Congreso Nacional. Pero cuando Unión por la Patria intentó dar un paso hacia la derogación de las facultades delegadas y regularizar las autoridades de la Comisión de Juicio Político, el El recinto se convirtió en un campo de batalla.