Designo con la expresión punto alfa un límite. El lugar donde ya no solo se oponen proyectos políticos, ni modelos económicos, ideologías o estilos de vida.
En el punto alfa, en lo que se confronta, está en juego la relación del ser con las condiciones de su propia existencia.
Los que dominan, los nuevos poderes, se proponen reducir a la existencia a nada, nunca como un fin en si mismo sino como una pieza del mercado y las finanzas que perdurará según su utilidad .
De nada valen las naciones, ni las familias, ni las vidas colectivas, una especie depredadora y nihilista busca apropiarse por todos los medios del sentido de la existencia y es decisivo saber quiénes y que parte de uno mismo consiente con este terror expansivo.
Hay distintos elementos nuevos en el punto alfa, a saber, un plan que necesitaba de la locura megalómana para funcionar, una destrucción de la democracia desde el interior de la misma, un estado de excepción que sea compatible con el caos y la fuente convicción de que los subalternos ya han perdido su fuerza transformadora y su capacidad ofensiva.
La mutación antropológica de la que se habla en todas partes no remite a las nuevas innovaciones tecnológicas, sino a un modo de habitar entre ellas donde lo que rige es que cualquier límite sea profanable.
El punto alfa es una religión de la profanación sistemática donde el dolor del vulnerable, en cualquiera de sus formas, no tenga valor alguno para la existencia de los seres hablantes, sexuados y mortales.Y hayan perdido la relación con la causa del deseo y la capacidad de ver el mundo desde un lugar distinto al punto alfa.