(Música de "Aserrín, aserrán").
"¡Hacen Nitzscht, hacen Kant
los filósofos de Puan.
Piden Marx, no les dan;
piden textos, les dan pretextos
y los sacan de contexto!".

Oído por Rudy en una pesadilla.


Podrá usted coincidir conmigo o no, querido lector, pero mi autopercepción me indica que estamos viviendo momentos en los que es difícil discriminar entre realidad y pesadillas. Y estaría bueno poder hacerlo, porque en caso de pesadilla se puede resolver despertándose, mientras que en caso de realidad se puede resolver, al menos por un ratito, durmiéndose al son de una canción de cuna (tipo "Hasta siempre, comandante"), un mantra (tipo "El pueblo unido jamás será vencido" repetido como murmullo hasta que el pueblo se una), un cuento infantil (tipo "Había una vez un movimiento popular que vivía en medio de un bosque y defendía a la gente de los lobos"), o una adivinanza (tipo "Una señorita muy aseñorada, pa los ricos todo, pa los pobres nada. ¿Qué es? ¡la Justicia!"). Pero no.

Entonces está difícil, porque, por ejemplo, si uno ve a la policía pegándoles a los jubilados, uno no puede decirse: "¡Bueno, me despierto y listo, y después lo charlo con mi analista y elaboro el Edipo con mi abuelita!", porque, créalo usted o no, no es un mal sueño, es una horrible realidad. Pero si usted decide que es un sueño y va y se lo cuenta a su analista, que le dirá: "Por casualidad, ¿no es un sueño recurrente que aparece en su mente todos los miércoles a la tardecita?". Y si usted dice “¡Es usted genial, licenciado/o, ¿ cómo lo supo!?”, él o ella, lo echará del consultorio sin más, y no podrá usted culpar de ello a las sesiones de cortas, sino a su propia cabecita hueca.

Otra ¿pesadilla? es cuando uno sueña que los jubilados están acompañados por las hinchadas del fútbol (y no es que eso en sí esté mal, por favor), que quizás no sean grupos destinados a la discusión política sino al aliento deportivo del club de sus amores, mientras que los que sí dedican sus horas a resolver en teoría los dilemas que aquejan al ser humano y la sera humana, ocupan su libido en desentrañar la verdadera intencionalidad del uso de ciertos términos que, puestos en boca de personas de cierto sexo, género y/o especie, pudieran resultar, en algunas de sus acepciones, excluyentes o sectarios respecto de alguna otredad de esas que frecuentan las cercanías de bares o claustros sin distinción de subjetividad, paradigma o pathos (pathos, pero sin hache ni "s", sería la que reprime a los jubilados dejados en banda por la cruel encrucijada filosófica que ocupa a cierta juventud movilizada en busca de un autor).

De hecho, el otro día le comentaba al Licenciado A. (quizás en un sueño, porque ya terminé mi tratamiento con él) que soñé que un grupo de jóvenes marchaba raudamente por un claustro entonando con voz esperpéntica, con la música de "Aserrín, aserrán", los versos que iniciaron esta nota: "Hacen Nitzscht, hacen Kant / los filósofos de Puan. / Piden Marx, no les dan; / piden textos, les dan pretextos / y los sacan de contexto".

El Licenciado A. me sugería entonces que mejor me despertase y, si seguía escuchando lo mismo, llamara a algún politólogo/a y le ofreciera una chocotorta como recompensa si lograba descifrar el sentido epistemológico de mi pesadilla. En mi sueño –si es que lo era–, yo le respondía que no me parecía justo cargar a nadie con semejante tarea, que ya estaban suficientemente ocupades les politólogues procurando entender la política nacional, la internacional, la interplanetaria y la galáctica; y que tenía miedo de despertarme y que Trump hubiera comprado Canadá y usado a la Argentina como parte de pago, y que nuestro Primer Autoritario Electo se hubiera vuelto líder de su propia oposición aprovechando el cargo vacante y se presentase en las próximas elecciones como candidato de todos los partidos.

Y entonces, el Licenciado A. se despertó sobresaltado y dijo:

–¡Otra vez soñé con Rudy y sus fantasías neuróticas! ¡Debo comer más livianito, o más caro, esta noche!

Sugiero acompañar esta columna con el video de Rudy-Sanz “Romance del carnicero y el asador”: