El Gobierno nacional continúa con una adhesión de más del 40 por ciento. Así lo confirmó la licenciada en Ciencias de la Comunicación y analista de opinión pública Shila Vilker en una extensa entrevista con De haberlo sabido en la que además analizó la agenda pública, la percepción de los argentinos en torno a los temas que la componen y los nuevos fenómenos para prestar atención.

"La adhesión es intensa y terminamos ayer una nueva medición que ya captura un poco el impacto de la marcha (de jubilados), de $LIBRA y los jueces por decreto", comenzó Vilker, en diálogo con la 750

Hace un mes que estalló el escándalo de la criptomoneda $LIBRA. Fue el 14 de febrero pasado que el presidente Javier Milei publicó el famoso tuit y desde ese momento el Gobierno dejó de controlar la discusión pública con la destreza que mostraba en los primeros 365 días del mandato. 

"El Gobierno está en 46 puntos de adhesión y la imagen de Milei también. Hay una correlación muy fuerte entre gestión e imagen", explicó la licenciada en Ciencias de la Comunicación. Bajó del 50 por ciento que supo cosechar, pero continúa alta y por encima de las figuras de la oposición como Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, que rondan los 40 puntos. 

Hay tres razones que explican la solidez del oficialismo según la especialista. Una es que la oposición no capitaliza la situación crítica del Gobierno a pesar de que hay un clima polarizado que, por ejemplo, arroja un "empate total" en torno a dos percepciones enfrentadas de la sociedad argentina alrededor de la represión de la marcha de los jubilados del miércoles pasado. Por un lado, la idea de que fue una marcha violenta liderada por barrabravas y por el otro la idea de que fue una represión injustificada por parte de la policía ante un reclamo legítimo, ambas posiciones tomadas por el informe en base a lo que reflejaron los medios de comunicación tradicionales de lo ocurrido. "Tenemos un 48,4 y un 48,7 respectivamente. Más dividida esta Argentina, imposible", resumió Vilker. 

La segunda de las razones que dio la analista de opinión pública respecto de lo que configura la adhesión al oficialismo está atada a la sensación de estabilidad que, a su vez, está ligada al índice de inflación, una inflación que en marzo se ubicó en el 2,4 por ciento y marcó una leve aceleración: "El 65 por ciento de la sociedad argentina estaba conmocionada por la inflación y lo ubicaba como el principal problema y eso hoy está por el piso. Hay algo que un segmento de la sociedad valora en ese sentido", graficó. 

La tercera razón es que el Gobierno aún capitaliza una demanda del pueblo argentino que hace rato también se discute en los partidos políticos y que tiene que ver con la idea de cambio. "(Esa idea) sigue intensa tanto para lo nacional como para lo provincial y el Gobierno sigue interpretando un poco ese papel", analizó Vilker.

¿Brotes de descontento?

Sin embargo, empiezan a observarse en las mediciones de opinión pública otros fenómenos que son incipientes pero interesantes a la hora de engrosar el análisis de la imagen del oficialismo. Por un lado, las expectativas de mejora tuvieron una leve caída. "Es importante la expectativa porque es la promesa hacia dónde vamos, esa expectativa significa que hay adhesión porque hay futuro, esos indicadores empezamos a ver que se mueven un poquito hacia abajo, tampoco se desploman", detalló Vilker. 

Por otro lado y también referido al electorado de La Libertad Avanza, aparece la idea de rechazo de gestión. "Tenés rechazo de gestión entre cierto porcentaje del electorado, más o menos 5 puntos, pero que si se reprodujecen escenarios como el del balotaje Milei o (Sergio) Massa volverían a elegirlo", indicó la licenciada en Comunicación.

En ese sentido, también advirtió que en términos de la vida cotidiana, la plata sigue sin alcanzar y que la pérdida del poder adquisitivo se siente y se ve. "Lo que pasa es que hay dos Argentinas, de un lado un enojo feroz y del otro un 'hay que aguantar'. Por supuesto que no es algo que dice la gente, pero se convirtió en un activo del Gobierno porque es gente que aguantó un año y medio y cambiar ahora es tirar ese esfuerzo por la borda", señaló. 

Por último pero no menos importante, Vilker mencionó la aparición de dos temas que se desprenden de los estudios de opinión pública, la violencia y el miedo. "Empieza a estar en la conversación cotidiana la idea de violencia. La marcha violenta, la represión violenta, los robos más violentos, los intercambios violentos en redes. Eso la sociedad lo expresa con claridad", reveló. 

Respecto del miedo, que aún no se nombra en los informes, pero que para la especialista "flota" en las conversaciones, Vilker señaló algunos episodios que hicieron mella como la agresión a figuras públicas y su silenciamiento en el debate público. "El miedo como tema es algo que tenemos que pensar un poco más porque, viendo la escena de esta semana (la represión), hay que ver si no jugó un papel para desanimar las expresiones públicas", concluyó.