Tal vez el grueso del pueblo rosarino no sepa que durante algún tiempo Dalí, Picasso y Matisse vivieron en la ciudad del rio marrón. Así es, ya que hace muchos años un intendente de la ciudad/puerto/sin fecha de fundación invitó a estos tres artistas a realizar y llevar a cabo obras de su autoría en todas las calles de Rosario. No sólo pintaron, como ustedes imaginarán obras maravillosas sino que también realizaron y dejaron para la posteridad diseños paisajísticos y arquitectónicos de gran calidad. Por supuesto los rosarinos agradecieron y aplaudieron estas obras y además de ello, tal vez lo más importante, es que respetaron como nadie lo hubiera hecho en ningún lugar del planeta estas obras maravillosas, mostrando la calidad, la inteligencia y la sapiencia de este maravilloso pueblo rosarino. 

Ustedes se preguntarán cómo la respetaron a esas obras. Sencillo. No pisándola con sus autos. Ya que muchas de estas obras son las rayas entrecortadas que están en muchas calles y todas las avenidas de más de dos manos y delimitan y marcan por dónde deben transitar los autos. Es decir lo que habitualmente se denominan carriles. Lo que no entendió el grueso, por no decir el total de los choferes de autos particulares, taxis y colectivos, es que los carriles estos artistas los pintaron para transitar dentro de ellos, no a caballito de ellos ocupando por lo tanto dos carriles y entorpeciendo el tránsito que ese intendente de hace muchos años quiso mejorar y cambiar en esta hermosa ciudad que ya se avizoraba como pujante y moderna. 

Estas líneas entrecortadas la pintaron Dalí y Picasso, muchas tardes trabajando bajo el sol abrasador de los veranos de Rosario. A Matisse, en cambio le encomendaron otra tarea: pintar las rayas de frenado antes de las bocacalles donde esperar la luz verde de los semáforos, la realización de la rotonda de Cochabamba y Oroño y la pintura de todos los carteles de PARE en rojo en muchísimas esquinas. Carteles que como en todo el mundo se sabe es un semáforo en rojo permanente y por lo tanto teniendo o no la derecha se debe detener la marcha. Pero Matisse no tuvo la consideración y el respeto de Dalí y Picasso. Y todo esto porqué. Porque según se cuenta el viejo artista tuvo un romance con la mujer del intendente y nosotros rosarinos como somos derechos y humanos y respetuosos de las tradiciones familiares no podíamos permitir que un extranjero, por más artista que fuera, nos quitara el amor de nuestra primera dama, por lo que no solo que pisamos en repudio a tan canallesca actitud permanentemente las rayas de frenado, sino que tampoco no frenamos en el cartel de PARE, pero además y lo peor de todo es que tuvieron que sacar, único caso en el mundo, la rotonda de Cochabamba y Oroño, por ser el lugar del país con mayor cantidad de choques proporcionalmente hablando, cuando en el resto del planeta se ponen rotondas por ser casi más segura que los semáforos. 

Pero nosotros somos así. Únicos e irrepetibles, defensores de nuestra bandera, nuestra ciudad y nuestras tradiciones morales más sagradas. Pero de todas maneras de algo nos sirvió ser tan falto de conciencia del buen manejo. Le hicimos ahorrar a la Municipalidad que Dalí y Picasso vengan todos los años a pintar las rayas entrecortadas, como decía el contrato, ya que no se despintaron nunca. Y Matisse, después de lo que pasó con la mujer del Intendente, fue declarado persona no grata para la ciudad y el repaso de la pintura que él había hecho lo realizan los alumnos de las Escuelas de Publicidad y Diseño Gráfico como trabajo practico de fin de año. Gratis por supuesto.