Militante del Partido Obrero (PO), socióloga graduada de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente en escuelas secundarias Rosario, la fotografía de Carla Deiana (38 años) será una de la que aparezca en la boleta única para seleccionar convencionales constituyentes el próximo 13 de abril, quienes más adelante discutirán la reforma de la Constitución santafesina. Será la primera postulante por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT-Unidad), cuyo programa se ubica en el polo opuesto al del presidente Javier Milei y del gobernador Maximiliano Pullaro, a quienes en esta entrevista con Rosario/12 consideró como maestro y alumno, respectivamente. “Es una reforma reaccionaria, pero es una oportunidad para hacer cosas distintas a las del Gobierno”, dijo la candidata, que también se postula al Concejo Municipal de la ciudad.
-Para el FIT, ¿existía una necesidad de reforma de la Constitución?
-Cuando uno habla de una reforma, las personas que están en nuestro espectro ideológico dicen “qué bueno que vamos a aggiornar la legislación a las nuevas circunstancias de la vida”. Me parece que el Gobierno aprovecha ese preconcepto para presentar la reforma como algo progresista. Ahora, cuando uno ve en concreto el objetivo de la reforma, el corazón es la reelección de (el gobernador Maximiliano) Pullaro. Nos pasa como con la reforma previsional. Son reformas reaccionarias, para seguir ajustando a los trabajadores, para quitar derechos, para reforzar el poder del Estado, que hoy está en manos del mejor alumno de Milei. Realmente lo de Pullaro es una línea directa con el Gobierno nacional, él trata de mostrarse diferente, pero lo que ha venido haciendo es exactamente lo mismo que hace el Gobierno nacional: aumentar la edad jubilatoria de las mujeres, quitarnos el 82 móvil, estigmatizar a los docentes, tratar de presentar la idea de que persiguiendo a los docentes se mejora la educación, mientras que están ajustando brutalmente el presupuesto educativo.
-¿Y qué va a proponer la izquierda para la elección de constituyentes?
-Desde la izquierda no lo vamos a abordar de esa manera, vamos a ir a plantear un programa de tipo integral, porque sólo está pensada para que Pullaro pueda tener un mandato de ocho años y seguir gobernando en contra de los trabajadores. Así que creo que tiene esta contradicción el planteo reformista.
-De todas maneras, el FIT participa.
-Participamos porque entendemos que hay una oportunidad de poder hacer otras cosas distintas a la que piensa el Gobierno. Sí, nosotros participamos primero para denunciar todo esto. Creo que somos la única fuerza que claramente está planteando de esta forma la cuestión de la reforma constitucional, denunciando que quieren darle más poder al poder. Creo que este es el eje de la cuestión. Y al mismo tiempo, porque hay muchísimas cosas para ir a colocar ahí, por ejemplo, la anulación de la reforma previsional y que el 82% móvil tenga estatus constitucional. El tema de los puertos es un tema que no está dentro de los puntitos que se pactaron, pero que nosotros sí vamos a poner en discusión, hay que anular la privatización de los puertos. Nos parece que es un punto fundamental porque es el colador del narcotráfico, el colador de la trata de personas y aparte un colador de la evasión patrimonial.
-¿El Gobierno tiene un proyecto hegemónico dentro del cual la reforma constitucional es una parte?
-Es así. Yo creo que los radicales proyectan a Pullaro presidenciable y están jugando a dos bandas. Por un lado, muestra una cara más opositora con (el senador Martín) Lousteau, el aliado directo de Pullaro, y luego con un Pullaro contribuyendo a que se caiga la comisión investigadora del criptogate de Milei, porque a nadie se le escapa que (el senador nacional santafesino Eduardo) Gallareto, fue a votar en contra de que se forme la comisión por orden de Pullaro. Tienen este juego ambivalente de, por un lado, tratar de delimitarse del Gobierno mientras aportan a la gobernabilidad para sostener el proyecto liberfacho. ¿Hasta dónde piensa llegar Pullaro para perseguir a los opositores? Que hoy en Santa Fe somos fundamentalmente los docentes y un sector de los trabajadores combativos. El resto de los bloques políticos se avino a sostener a Pullaro en la Legislatura, y me refiero a todos los bloques políticos que se integraron a Unidos, como el Partido Socialista que bajó todas las banderas para formarse un proyecto derechista. Y también sectores del peronismo, como (Omar) Perotti, que hoy están claramente alineados con Pullaro.
-¿Qué lugar tiene la agenda de la izquierda? ¿Cuál es la estrategia que se da para intentar perforar los discursos de derecha que parecen tan monolíticos?
-Hay una polarización que se va notando. La agenda de la izquierda es la agenda de la lucha, de la calle, de los jubilados, de los docentes, de la universidad. Ahí la izquierda ha mostrado una consecuencia. Somos una fuerza nacional y nuestros legisladores están luchando en la calle junto al pueblo. Mostramos que tenemos un programa antagónico contra la derecha y para salir a enfrentar la represión del Gobierno, el plan de ajuste. Nosotros somos muy claros, tenemos que plantearnos un camino para derrotar este gobierno. No nos parece que sea democrático que termine el mandato de un gobierno que le pega a los jubilados, les pega a los niños, que deja en terapia intensiva a un periodista.
-Te van a acusar de "golpista".
-Golpista creo que es el Gobierno cuando no te deja comer, cuando no te deja comprar los remedios, cuando vos escuchás a los jubilados que aportaron 30 años trabajando, que tienen que elegir qué comida del día hacen, cuando uno ve cómo los pibes abandonan la escuela para ir a laburar. Cada día del gobierno de Milei es un día de terror para la población trabajadora.
-Y en términos institucionales, hace unos días firmó un DNU para renegociar la deuda con el FMI sin pasar por el Congreso, por lo que no parece muy respetuoso de la independencia de los poderes.
-Yo creo que el de Milei es un régimen de poder personal, quiere una especie de autocracia en Argentina donde gobierna una camarilla familiar, que es él y la hermana, gobernando por decreto por arriba de las instituciones. Es la línea de la ultraderecha, (el presidente de Estados Unidos, Donald) Trump también está en la misma, la idea de reconfigurar una relación de fuerzas para liquidar a la clase trabajadora.
-Estas políticas se aplican sobre una Argentina que no tiene los niveles de integración de 1974, sino sobre una sociedad con alto niveles de pobreza y en cierto punto arrasada. ¿Hay un corrimiento hacia la derecha, cómo se explica la tolerancia social al ajuste?
-Por un lado este programa de devastación de los derechos del pueblo no nos está resolviendo nada: vamos de vuelta a un acuerdo con el FMI, las reservas del Banco Central siguen siendo negativas, no hay plata para pagar la deuda externa. Seguimos en este cuadro de decadencia económica, de acuerdos coloniales. Todo esto volvió sobre una sociedad que está muy empobrecida, muy precarizada. No sé si la sociedad se corre a la derecha, me parece que el Gobierno trata de ponernos contra las cuerdas. También merece un balance de los gobiernos anteriores, porque escuchaba a un jubilado que fue a la marcha y no lo hacía para que vuelva el kirchnerismo. Eso amerita un balance de los gobiernos de Alberto Fernández, de Cristina Kirchner, de Sergio Massa. Que Milei haya llegado al Gobierno es el fracaso de las promesas de los gobiernos democráticos. Creo que la izquierda ahí tiene mucho para aportar, porque somos una fuerza independiente, obrera, somos una fuerza socialista que no estuvo con ningún gobierno, y nuestra tarea es arrancar de las fauces de la ultraderecha a todo un sector de la población y convocarla a luchar por sus verdaderos intereses, con independencia de los que gobernaron antes.