Referentes del sistema alimentario santafesino se reunieron en Rosario para construir colectivamente “otros modos de alimentar las ciudades” de la región. La reunión tuvo lugar este lunes en la Sala de Sesiones del Concejo Municipal y contó con más de un centenar de entidades sociales. Enmarcada en una jornada-taller buscó abrir el debate para construir políticas públicas que promuevan la agroecología, el cooperativismo y la economía social en la zona.
El evento fue impulsado por el Instituto de Salud Socioambiental (InSSA), la Cooperativa Germinar, la Red Nacional de Alimentos Cooperativos, la Asociación Civil Salud Socioambiental, la Escuela Agrotécnica General San Martín, y la Comunidad de Práctica Latinoamérica y Caribe Nutrición y Salud (Colansa), entre otras organizaciones, y contó con el auspicio de la Comisión de Producción del Concejo Municipal de Rosario y la participación, en el recinto, de los concejales Norma López, Alicia Pino, Julián Ferraro, Mariano Romero y Leonardo Caruana.
El ámbito sirvió para que unos y otros compartieran sus experiencias en la producción, comercialización y consumo de alimentos agroecológicos, así como en la legislación vigente, y expusieran los principales desafíos que enfrenta la actividad contribuyendo a propuestas para fortalecer el sector.
“Estamos muy felices con el resultado de esta primera reunión porque hemos podido generar nexos entre productores, distribuidores, comerciantes, consumidores y fuerzas políticas de la región para que todas las voces fueran escuchadas y se conviertan en insumo en la formulación de políticas públicas que fomenten la producción y el acceso a alimentos sanos, seguros y soberanos”, indicó a modo de síntesis, Damián Verzeñassi, director del Instituto de Salud Socioambiental y uno de los impulsores de la Jornada quien remarcó la pluralidad de voces participantes.
Por su parte Patricia Vallina, de la Cooperativa Germinar, destacó la importancia de la acción de las organizaciones y el trabajo en conjunto proponiendo pensar alternativas dirigidas “a que la pobreza no sea más un negocio y que discutamos el alimento como determinante de la salud”. Mientras que Graciela Mandolini, directora de la Escuela Agrotécnica General San Martín, puso el acento en la potencia trasformadora de la educación que vislumbró amenazada por las políticas actuales. “Desde la Universidad estamos planteando que el hecho educativo es un acto político”, dijo y llamó a no hacerse eco de posturas que nieguen la crisis civilizatoria, ambiental y alimentaria.
El debate, que se extendió por más de tres horas, partió de una premisa: en la actualidad el sistema alimentario está cada vez más dominado por la lógica del mercado que prioriza el beneficio económico por sobre la salud de las personas y los territorios. Como resultado, en los platos de las familias se encuentran más productos comestibles industrializados que verdaderos alimentos, y quienes trabajan para producir de manera saludable y sustentable enfrentan múltiples dificultades.
“Rosario debe estimular el derecho a producir saludablemente. Es un derecho que pone en discusión todas las lógicas existentes y debe ser explicitado en la próxima Constitución provincial”, propuso Verzeñassi y analizó: “Puede ser un cambio paradigmático en la estructura productiva de Santa Fe y, sobre todo, en la construcción de Salud que para nosotros es un punto fundamental para la libertad”.
Para el médico que viene promoviendo la instalación de la dimensión ambiental en la próxima reforma Constitucional de Santa Fe “no se puede estar sano en territorios enfermos y no se puede ser libre cuando predomina la enfermedad. Por eso la defensa de la agroecología, de la acción cooperativa, y de la economía social es fundamental para garantizar que el alimento, no la comida -porque comida puede ser cualquier cosa-, deje de ser un lujo de quien lo puede pagar y pase a ser un derecho de todos y todas”.
Norma López, presidenta de la Comisión de Producción y Promoción del Empleo del Concejo Municipal, celebró la convocatoria y destacó la oportunidad de promover la discusión en el plano de la inminente reforma constitucional. “Tenemos que incorporar las formas de producción y de cuidado para poder lograr una producción sustentable”, dijo e invitó a dar continuidad al encuentro “para seguir generando ámbitos de discusión que no sean catárticos sino de discusión organizada”.
“Esto es un encuentro de política”, comenzó enfatizando Eduardo Spiaggi, quien desde hace dos décadas integra el Proyecto Agroecológico Casilda. Y agregó: “Necesitamos recuperar la política, mucho más allá de la producción de alimentos”. En su exposición recordó el trabajo que empezó con productores y que hoy está consolidado como un modelo: “Necesitamos trabajar más en el territorio pero eso, sin políticas publicas, se hace muy difícil”, indicó en sintonía con sus pares al tiempo que alertó sobre la situación de precariedad institucional que se vive en la actualidad: “Están desmantelando el Conicet y echando gente descaradamente del INTI”. Ante este diagnóstico celebró la reunión y llamó a sumar discusiones colectivas para “ser estratégico en cómo fortalecer lo que está y qué pasos dar para crecer”.
“Cada día que nos escuchamos estamos seguro de que tenemos razón. Tener razón todo el tiempo y ver que no se puede avanzar a veces frustra. Además de tener razón tenemos que tener fuerza política para juntarnos en estos ámbitos y hablar de todas estas cosas”, resumió Ignacio Vilo del Proyecto Alimentos Cooperativos. Y sumó: “Hablar lo que necesitamos como pueblo para desarrollar un sistema agroalimentario que esté pensado en alimentar a la gente y cuidar nuestra tierra”.
A su turno, Luciana Bassi, Directora de Pymes y Emprendimientos de la Municipalidad de Rosario resaltó que su área es “un ejemplo en política pública”. Y respaldó su afirmación en números sobre la cantidad de hectáreas dedicadas a la agroecología en el cinturón verde que, contó, en 2024, fueron de “49 hectáreas producidas extensivas agroecológicas, frente a 947 de producción extensiva convencional, y sólo 55 hectáreas hortícolas agroecológicas, frente a 270 hectáreas de producción convencional”. Medido en toneladas significan “unas 3 mil de agroecológicas frente a unas 13.500 de producción convencional”. Sobre el final de su exposición dijo que “el objetivo es seguir promoviendo que más productores elijan trabajar de manera sustentable, que piensen en el ambiente, en la alimentación y en los consumidores”. Mientras que su par, Raúl Terrile, acentuó la importancia sobre que en Rosario haya áreas protegidas para la producción de alimentos “porque sino nos vamos a quedar sin tierra”, dijo.
Entre los asistentes estuvo el presidente comunal de María Teresa, Gonzalo Goyechea quien contó las necesidades de su localidad y la desigual distribución de los recursos con el estado nacional. Ejemplificó que, en carácter de retención a los cereales, impuestos a la ganancias, a débitos y créditos y a los combustibles en los últimos siete años “mandamos 187 millones de dólares de más que no nos volvieron y no tenemos gas. Espero que la Reforma de la Constitución no le sirva solo al gobernador y se planteen temas de importancia”, dijo. Junto a él estuvo su par Darío Baiocco de Máximo Paz quien refirió la necesidad de un Estado presente que gestione para la comunidad.
El Secretario General de la UNR, Guillermo Montero presentó la “Despensa UNR” una propuesta que busca ofrecer productos que son desarrollados por empresas de la economía social y solidaria. “Darle lugar a los otros en la cadena alimentaria. Otros que tienen una visión agroecológica para producir, que tienen en cuenta el reciclaje de materiales, que tiene una mirada del cuidado del ambiente, que ponen énfasis en la calidad de los alimentos y las personas que trabajan con la economía circular”. En sintonía con lo que planteó Verzeñassi, Montero también se quejó del precio de los alimentos saludables: “Sí estos alimentos son más caros la salud es sólo para los ricos. Tenemos el desafío de producir estos alimentos y que sean baratos y accesibles para las personas. La universidad tiene que poner el acento en esto. Pensar en precios justos”.
Alcides Ghiglione, del Grupo Ecologista Génesis marcó dos falencias. La primera de comunicación entre productores y consumidores, y una segunda referida a la política de los residuos: “Sí hablamos de compostaje tenemos que hablar de basura, y sí hablamos de basura tenemos que hablar de los rellenos sanitarios de los cuales el 50 por ciento es orgánico. Es una injusticia poner un beneficio para el suelo en un basural. Hay que separar en origen. La salud que necesitamos también está en el aire, en el agua”, le indicó, a modo de sugerencia, a los concejales presentes.
Entre las experiencias y compromisos sociopolíticos vertidos durante el encuentro, la posición de Miguela Varela de la Red Nacional de Alimentos Cooperativos cosechó importantes acuerdos. A modo de síntesis, destacó que “el diagnóstico ya es conocido por todos y las decisiones hoy ni siquiera se toman en Argentina”. Frente a este panorama propuso “transformar la fuerza social y económica que tenemos en fuerza política”. Y convocó a pensarse como sector. “Somos un sector con una dispersión territorial que no tiene nadie, estamos en todos los pueblos de todas las provincias de este país, producimos, comercializamos, enseñamos, desde las Escuelas Agrarias hasta las Universidades, me parece que no somos conscientes que somos un sector”, dijo.
Reflexionó sobre el presente del sistema político y analizó que, como sector, deberían estar preparados para tener propuestas: “Hoy no tenemos un programa o un proyecto de país, tenemos ideas y mucha experiencia pero nos falta un proyecto de país. Y estos espacios tienen que servir para empezar a construir esta fuerza política. Somos una gran parte del PBI pero nos falta esa fuerza. Pero vayámonos con la idea de generar un proyecto político como sector vinculado al cooperativismo y a la alimentación saludable”.