En la salida, un barco se acerca. El fresco de un otoño prometedor lleva a los asistentes a prepararse el mate mientras esperan en las mesas desplegadas afueras del túnel número cuatro del CCPE. Antes, tuvieron que sacar las entradas gratuitas en el túnel número uno. La luna se encuentra brillante entre las columnas altas del centro cultural. Verónica, una de las asistentes, menciona que se encuentra presente en el marco de las actividades por el Mes de la Memoria. Comenta que el día anterior estuvo en el Museo de la Memoria de la Ciudad para poner la pieza número 139, que simboliza al nieto número 139, en el rompecabezas.
Robertino, quien es el encargado de las comunicaciones en redes de la sede de Abuelas Rosario, especifica que Abuelas siempre se comunica desde el amor, “desde la esperanza de seguir encontrando”. Lo cual no es fácil en un momento donde atacan constantemente las políticas de derechos humanos, recortan presupuestos y dicen barbaridades. “Abuelas no reacciona a eso, sigue con su misma línea, porque el objetivo es encontrar a los nietos que faltan”, enfatiza.
Al presentar la muestra, Claudia cuenta la historia de Teatro por la Identidad, fundado a principios del 2000 en Buenos Aires por iniciativa de quienes todavía lo llevan a cabo. En Rosario, comenzó a organizarse hace ya 20 años. Cierra su introducción: “La cultura es la última trinchera”.
Le sigue Romina Rossini, quien es una de las responsables de este proyecto desde sus inicios. “Sé quien soy pero 300 personas todavía no”, dice Romina apenas toma el micrófono. Detrás en la pantalla se lee: "¿Dónde están los centenares de nietos que faltan?”.
Con un órgano de fondo, interpretado por el músico Juan Trapani, se da inicio al primer testimonio: la carta que Matías escribe para su hermano o hermana el día que lo encuentre. Se apagan las luces y se escucha: “ Ay, dorado del río Paraná”, de fondo se pueden apreciar fotos, colores, texturas que dan cuenta de momentos. Entonces, suben dos actores a escena. Mientras uno comienza a leer, el otro interpreta los momentos en el río.
Luego se cambian los roles para dar lugar al segundo testimonio de la noche. Ésta vez de un amigo de Quinto, desaparecido y papá de Sebastián, nieto restituido número 82. “Eran las 2 de la mañana la última vez que lo vi, lo venían siguiendo”. Hay una pausa. “Hasta cuando estudiábamos juntos nos matábamos. Le encantaban los huevos fritos y fumar. Era muy exigente consigo mismo”. En la pantalla se sigue proyectando: “Necesito verte hoy”. Concluye el relato “La última vez que lo vi eran las 2 de la mañana y me pidió que lo dejara entrar. Se fue a la madrugada“. Los actores bajan, pero antes advierten: "Pero todavía quedan 300 por encontrar”.
Una actriz se sienta en la escalera con una grabadora, sube y se posiciona en la mesa del escenario. “Para mamá, papá y Jorge. 17 de Agosto de 1997”. Detrás se ve: “¿Dónde está el Melli Valenzuela Negro?”. “Siempre hay afuera objetivos por los cuales vivir - continúa-. Lo único que me importaba era el nene, el resto parecía muerto, pero logré salir. Tengo fuerzas para salir”. Antes de dejar la grabadora pronuncia: “Volver a ver la luna con esperanza, con ganas de vivir”. Raquel Negro fue llevada a la quinta de Funes, el 3 o 4 de marzo de 1978. Sabrina, su hija, es la nieta número 96. Su madre estaba embarazada de mellizos, y ella sigue buscando a su hermano. El testimonio de Raquel, es el único que está en primera persona. “Te estamos esperando para darte un millón de abrazos”, concluyen todos los actores. Detrás, se proyectan imágenes del archivo biográfico de Abuelas.
Cuando finaliza la parte performática, Matías, hijo de desaparecidos y protagonista del primer relato, toma el micrófono. Cuenta de su encuentro con Romina, organizadora de Teatro por la Identidad, cuando eran estudiantes en la carrera de Comunicación Social en la UNR. No solo con Romina, sino también con Sabrina, quien en ese momento ya tenía dudas sobre su identidad. Matías la alentó a que se acercara a Abuelas. Muchos años después, se la encuentra en Uruguay, donde ella le cuenta que era la nieta restituida número 96.
Luego, cuenta más sobre su historia. Sus padres, junto a otros militantes del PCML, son secuestrados durante el “Operativo Escoba” junto a cientos de militantes de varias provincias. Esa noche, sus padres lo dejan con una vecina y una pulsera con el número de sus abuelos, pero ella, en vez de llamarlos, decide contactarse con la policía. Matías estuvo desaparecido por casi tres semanas y, gracias al valor de una enfermera —otra cosa que comparte con Sabrina—, sus abuelos pudieron recuperarlo. Desde lejos se ven algunas lágrimas, junto con las del público. “En 2012 supe que mi mamá estaba embarazada cuando la secuestraron, entonces empezó la campaña para encontrar a mi hermano o hermana. En ese momento, con otros compañeros le pusimos: 'Vos podés ser quien buscamos'”. Después se detiene en la sensación que le provocaba pensar que cada persona podía ser su hermano o hermana. Concluye insistiendo que no se encuentra un nieto o nieta, que lo encontramos y que cada uno de ellos es una bocanada de oxígeno en este momento tan oscuro.
Si tenés dudas sobre tu identidad, y naciste entre los años 1975 y 1983, contactate con Abuelas. Podes enviar un mail a [email protected] o entrar a la página oficial en: https://www.abuelas.org.ar/.