Después de toda derrota electoral es inevitable la llegada de un tiempo difícil para los votantes de la fórmula perdedora. Reinan el desencanto y la desesperanza. Se desencadena una búsqueda intensa para identificar a los responsables del mal resultado. Son habituales los reproches de unos a otros. Y, en la mayoría de las ocasiones, se sobrevalora al ganador.

Sin embargo, estos rasgos característicos no perduran para siempre, e irán cambiando en función de la capacidad de los líderes derrotados para sobreponerse y para representar más virtuosamente a su electorado. Y también, dependerá de los errores que pueda cometer el candidato ganador.

Han pasado ya 15 meses desde que Milei asumiera la Presidencia. Y es un buen momento para conocer en qué momento se encuentra el electorado que no le votó.

¿Qué piensan al día de hoy los 11.631.822 votantes que optaron por Unión por la Patria en la segunda vuelta de las pasadas elecciones presidenciales?

Para ello, en CELAG DATA hemos realizado una encuesta específicamente para este electorado (10.000 casos, en todo el país), y encontramos algunos hallazgos interesantes.

1) En relación a Milei, ya se terminó la etapa de sobrevalorarlo. De considerar que es un outsider, genuino y audaz. Ahora se le ve como un "monstruo". Por su crueldad en lo económico y social; por ser autoritario y violento en lo político; y por su condición de represor. La gran mayoría de este electorado ya no encuentra ningún atributo positivo sobre Milei (esto no era así en noviembre del año pasado).

Y, además, se le dejó de considerar infalible. Se cree mayoritariamente que ha perdido definitivamente su credibilidad. Muy pocos son los que piensan que será el gran ganador de las elecciones legislativas este año.

2) En relación a lo ideológico, hay un núcleo común muy nítido entre estos votantes, con gran sintonía en importantes asuntos. Por ejemplo, piensan que los precios en Argentina están cada vez más altos, a pesar de que el Gobierno pregona lo contrario; no suscriben el verso de que se ha logrado una verdadera estabilidad cambiaria; consideran que es momento de discutir estatizaciones en sectores como el eléctrico; les parece que las políticas más perjudiciales son la reducción del Estado, la pérdida de poder adquisitivo y la especulación financiera.

Es decir, no hay grandes diferencias políticas al interior de este electorado no mileísta en muchos asuntos fundamentales. Es muy compacto en cuanto a sus convicciones. Y, por tanto, la única forma de representar a este bloque es con este corpus ideológico y no con el del oficialismo.

3) En relación a la inseguridad, sí observamos un dilema que debe ser afrontado. Por un lado, la mayoría de este electorado cree que el campo nacional y popular elude este tema, y por eso el actual Gobierno gana la agenda. Pero, por otro lado, no apoya la reducción de la edad de imputabilidad para menores.

Dicho de otro modo: no comparte la doctrina Bullrich, pero es consciente que es un asunto al que no se le encuentra la vuelta.

4) Sobre las causas del actual deterioro social, se percibe una división de opiniones significativa: hay una mitad de este electorado que cree que todo es responsabilidad de Milei, pero otra que piensa que es tanto culpa de Milei como de los años previos.

Algo similar sucede cuando preguntamos por las razones que explican la victoria electoral de Milei. Una parte cree que es por errores propios; la otra, porque se ha impuesto un sector de la sociedad que tiene otros valores. Seguramente, ambas cosas son verdad; la cuestión es cuánto peso se le pone a cada razón.

5) Y, por último, en relación a los liderazgos propios, el electorado está mucho más de acuerdo entre sí que si lo comparamos con todo lo que se escucha en muchos medios de comunicación, así como en algunas instancias de la dirigencia. La imagen positiva de Cristina Fernández de Kirchner es altísima, y lo mismo sucede con Axel Kicillof. También con Juan Grabois. Y a cada uno lo caracterizan con atributos muy positivos y complementarios entre sí. O sea, lo que pondera la sociedad no mileísta no se corresponde exactamente con lo que se propaga en ciertas burbujas.