Las respuestas políticas al régimen que gobierna, por parte de los sectores que deberían ser oposición vienen demoradas. Lo que hace que haya quienes piensen en ciertas complicidades, en que hay reacomodamientos teñidos de ”compra de voluntades”, o que hay carpetazos amenazantes. Es decir que no habría espacio para que desde ese sector se enfrente decididamente las políticas destructivas aplicadas.

Por lo tanto, es muy notorio que a más de año y pico de la asunción no aparezca claramente una propuesta política opositora, en particular desde las posiciones del campo nacional y popular con suficiente fortaleza para disputar al modelo en curso.

Lógicamente hay sectores, no mayoritarios, que plantean salidas y programas que aún no se traducen en fuerzas necesarias para pesar de otro modo.

Entonces, estamos ante una grave problemática que implica seguir esperando que despierten de ese letargo quienes deberían tener una actitud diferente y acorde a la gravedad o y dejar que el enemigo de la Nación avance inexorablemente en la destrucción que se proponen.

Ante la irrupción de un régimen que avanza descarada y velozmente en su macabro plan nunca antes visto de esa manera, deben surgir respuestas innovadoras, y van a surgir porque la situación crítica así lo requiere y entonces es preciso atender todo intento, toda búsqueda de accionar y organizar a nuestro pueblo.

Los jubilados en su desesperada lucha cuentan con escasos apoyos políticos notorios de los actores del llamado campo popular, no alcanzan solo declaraciones de apoyo y solidaridad.

Hasta parece que les diera vergüenza aparecer los miércoles en las movilizaciones y con algún comunicadito formal pretenden cumplir, no es eso lo que la sociedad espera.

Hoy la irrupción de las hinchadas de los diversos equipos de futbol en solidaridad y presencia con los jubilados nos está diciendo que además de llenar un vacío de las organizaciones políticas y sociales, están mostrando un camino que es el de la lucha en la calle. Sumándose otras expresiones de la comunidad.

Notable la actitud de estos compatriotas, y muy preocupante que la política, los políticos, los opositores ni del campo nacional y popular hayan actuado como corresponde en ese mismo sentido. 

Esa es la realidad de lo que nos toca, hay que dejar de ser relatores de lo que pasa, blandengues y cómplices, o traidores y vendidos. En las circunstancias actuales no vale el discurso lavado, tibio, sino que se impone firmeza con propuesta y decisión para luchar en las calles junto al pueblo,

Solo la movilización organizada en las calles será el camino a recorrer, ante un gobierno despiadado y destructor, ante una justicia que se guía por las directrices del poder, frente a la caterva de periodistas y medios afines y frente a un parlamento que no sale de su propio laberinto y en nada aporta a la lucha por cambiar las condiciones económicas, sociales y políticas.

Héctor Marinangeli