Vecinos y vecinas del Parque Sarmiento comenzaron una campaña para intentar recuperar el parque de las concesiones, los espacios privatizados y la utilización del lugar para recitales masivos en zona de reservas ecológicas. El Sarmiento es uno de los espacios verdes más grandes de la ciudad y está catalogado formalmente como Urbanización Parque (UP), pero hoy tiene más del 15 por ciento de su superficie en manos privadas y los vecinos y vecinas quieren que vuelva a ser ciento por ciento público: "No tendrían que cobrar ni un peso porque es un espacio de todos", dijeron a Página 12 mientras impulsan una juntada de firmas digital, un amparo en la Justicia y piensan en elaborar un proyecto de ley para llevar a la Legislatura porteña. 

Este diario ya consignó en diversas oportunidades el avance de los espacios concesionados dentro del parque. El último fue el caso de la ampliación de la concesión al centro deportivo del exfutbolista Sebastián Battaglia, que desde hace años tiene canchas de fútbol en el lugar y a finales de 2023 se vio beneficiado con más hectáreas para ampliar las canchas e incluso agregar un complejo de padel. En total, Battaglia tiene allí 2,2 hectáreas bajo la firma Locura Deportiva S.A. Además de ese lugar, también hay canchas de rugby y de tenis concesionadas, que conforman las alrededor de doce hectáreas de tierras en manos privadas, un 17,2 por ciento de la superficie total del parque. 

Contra eso se enfrenta el colectivo Vecinos por el Parque Sarmiento, conformado en diciembre del año pasado para intentar recuperar los espacios en manos privadas. Ahora lanzaron una campaña formal con ese objetivo: "Nos unimos en defensa de este espacio verde público y de la protección de nuestro ambiente, y pedimos que se frene cada una de las irregularidades del Parque Sarmiento", sostiene el texto de la campaña, que pide entre otros puntos terminar "con las privatizaciones y los mega eventos".

Es que desde el año pasado los vecinos y vecinas se vienen quejando de la realización de recitales y festivales masivos en la zona de las canchas de rugby y en las inmediaciones de las dos reservas ecológicas que tiene el parque. El último fue en diciembre de 2024 y el colectivo encargó un estudio profesional de medición de ruidos que arrojó que el volumen de la música violaba el límite de decibeles permitidos por ley. Para principios de abril, sin embargo, ya se programó un nuevo evento de música electrónica. 

Desde Proyecto Lechus, la iniciativa que trabaja con las lechuzas del lugar, también manifestaron su rechazo a la realización de festivales masivos en el parque: "Las aves huyen de sus nidos y de su entorno conocido, en un afán de escapar de las luces brillantes, la música a todo volumen y las vibraciones, por lo cual se desorientan, produciéndoles daños e incluso la muerte, siendo los pichones más vulnerables", indicaron sobre el impacto de los eventos. "Por otra parte, los residuos generados también afectan a las aves, quienes los ingieren o quedan atrapados por los plásticos. Asimismo, la corta distancia a los equipos de sonido perturba enormemente el hábitat de las aves silvestres, alterando de forma considerable su comportamiento, ciclo de sueño y tranquilidad habitual", agregaron.

Con respecto a los espacios concesionados, Edith Hurtado, integrante de Vecinos por el Parque Sarmiento, actualiza ahora la situación en diálogo con este diario y asegura que "están haciendo un nuevo camino interno entre las canchas de padel y las de fútbol, mientras que ya tienen un camino abierto por el medio de una de las reservas". "En el parque hay dos reservas, una de ellas está al lado de las canchas y los autos pasan por el medio para salir, con todo lo que eso implica para un sector que tiene una zonificación especial para ser protegido", agrega. 

La cuestión de los reservorios de agua también es un punto de conflicto. Luego de la gran inundación que afectó al barrio de Saavedra en 2013 se aprobó la realización de reservorios en el parque para contener las aguas en momentos de tormenta, particularmente aquella que viene en bajada desde el otro lado de la General Paz. Uno de los reservorios todavía estaba pendiente y el Gobierno porteño lo incluyó en las obras del Plan Hidráulico del año pasado, aunque los vecinos y vecinas aseguran que su tamaño es más chico de lo que estaba previsto: "Lo hacen en un lugar que no corresponde. Estaba previsto para el sector donde están las canchas de rugby con un tamaño importante pero, como están las canchas, están haciendo uno de menor caudal", asegura Hurtado.

El colectivo barrial también pide que se respeten los horarios establecidos para el parque para todos y no sólo para el público común. Aseguran que los espacios concesionados tienen "privilegios" de horarios para seguir usando sus lugares más allá del horario de cierre establecido para el parque, fijado hoy en día para las 19. El predio de Battaglia, por ejemplo, funciona hasta alrededor de la una de la mañana. 

A principios de 2023, los vecinos y vecinas en conjunto con el Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC) acudieron a la Justicia con un amparo para intentar revertir la situación del parque. Ahora sostienen que el amparo no tuvo ningún avance significativo en los dos años que transcurrieron: "Hacen oídos sordos y el descontrol es cada vez peor en un lugar en el que no tendrían que cobrar ni un peso porque es un espacio de todos ", advierte Hurtado. En el texto de la campaña, los vecinos y vecinas advierten también sobre "la poda indiscriminada, quita de suelo absorbente y el uso de pirotecnia". Aseguran, además, que trabajan en un proyecto de ley para recuperar las hectáreas concesionadas, al que llamarán "Parque Sarmiento: naturaleza y bienestar para todos".