Tigre perdió un partido insólito con Central Córdoba y dejó pasar una gran chance para cerrar la fecha como puntero de la Zona A del Torneo Apertura. Fue 2-1 santiagueño en Victoria para dejar al Matador en 21 puntos, como uno de los escoltas de Boca (23), y subir al Ferroviario al sexto lugar del grupo, con 17 unidades.
El equipo de Diego Dabove venía volando altísimo, con cinco triunfos seguidos y apenas dos goles en contra en ese tramo, pero tanta voracidad terminó asemejando lo suyo al mito de Icaro, aunque esto fue bajo la luna de esta noche de lunes. La cosa estuvo muy pareja de principio a fin, con roles invertidos en cada uno de los tiempos. En el primero, la tenencia fue santiagueña mientras que Tigre intentó lastimar con ataques directos y verticales. En la segunda, lo opuesto: la pelota se la pasó más tiempo en los botines locales mientras que las contras fueron de la visita.
Y fue en una larga tenencia que llegó el primer gol del partido. Jabes Saralegui (el volante a préstamo desde Boca volvió a tener una buena actuación) la llevó de derecha a izquierda, y tras algunos segundos le volvió a llegar. Se tomó su tiempo en el área para enganchar y sacar un zurdazo que encontró un fortuito rebote santiagueño para que el paraguayo Alfio Oviedo, ingresado hace poco, la mande a guardar.
Todo era fiesta en Victoria hasta que el volante Lorenzo Scipioni metió una mano insólita dentro del área tras un centro del ingresado Matías Perello. Fue tan grosera la cosa que el árbitro no necesitó del VAR y Gastón Verón lo canjeó por gol.
Con el 1-1, pareció exagerada la vocación ofensiva de Tigre, teniendo en cuenta que es un torneo con fase de playoffs (lo cual también le resta dramatismo a una derrota). Todo esto con el diario del día después, claro está, ya que a los 92 el Matador quedó muy mal parado y los de De Felippe lo ganaron de contra: Perello desbordó y encontró a Leo Heredia sin marca en el área para poner el 2-1 e ilusionar a Santiago del Estero con pasar de fase.