La brutal represión a la marcha de los jubilados fue planificada con antelación. La decisión política estaba tomada antes de que comience la protesta. También estaba definido el operativo de desinformación posterior para justificar y encubrir la violencia policial. Fue la grabación de teléfonos particulares y su sincronización con las coberturas periodísticas, sin embargo, las que permitieron idenPágina/12