El tenis está frente a un escándalo que puede tener consecuencias impredecibles, ya que los jugadores, encabezados por el serbio Novak Djokovic, se rebelaron contra las autoridades del propio deporte: la Asociación de Jugadores Profesionales del Tenis (PTPA), fundada y liderada por el ganado de 24 títulos de Grand Slam, presentó una serie de denuncias en diferentes Juzgados de Bruselas, Nueva York y Londres contra los cuatro organismos más importantes del mundo del tenis (ATP, WTA, ITF e ITIA), a los que acusa de "operar como un cártel".
En el comunicado publicado por el sindicato de tenistas, creado en 2019, los demandantes expresaron que los organismos que dirigen el tenis en las últimas décadas "abusan, silencian y explotan sistemáticamente a los jugadores para obtener ganancias personales mediante el control monopolístico". La PTPA presentó las demandas "en nombre de toda la comunidad de jugadores" y, tal y como indica el documento, "tienen el respaldo de la mayoría de los 250 mejores jugadores masculinos y femeninos, incluyendo la mayoría de los top 20". Las denuncias constan de 163 folios en los juzgados de Nueva York, otra de 73 hojas en Londres y una tercera de 77, en Bruselas.
El jugador canadiense Vasek Pospisil, miembro del comité ejecutivo del sindicato, apuntó que "no se trata sólo de dinero, sino de justicia, seguridad y dignidad humana básica". "Yo soy uno de los jugadores más afortunados y, aun así, he tenido que dormir en mi coche cuando viajaba a los partidos al principio de mi carrera", argumentó el ex número 4 del mundo en dobles y mano derecha de Djokovic en el sindicato. "Ningún otro deporte trata así a sus atletas" y que los órganos de gobierno les "obligan a firmar contratos injustos, les imponen horarios inhumanos y los castigan por denunciar", completó
En el comunicado remitido por la PTPA, se acumulan demandas como un calendario insostenible, desprecio por los jugadores o explotación económica a los tenistas. El sindicato denuncia que "los demandados se confabulan para limitar los premios en metálico de los torneos y limitan la capacidad de los jugadores para ganar dinero fuera de la pista", al tiempo que se los obliga "a ceder sus derechos de nombre, imagen y semejanza (NIL) a cambio de una compensación nula".
Respecto a la competición, los tenistas indican que los organismos los obligan "a competir únicamente" en sus torneos "si es que quieren jugar al tenis profesional". Además, los deportistas se quejan de que el calendario es insostenible, ya que "la temporada de tenis profesional se extiende durante 11 meses al año, lo que deja poco o ningún margen a los jugadores para descansar y recuperarse" y esto hace que los jugadores viajen "por su cuenta" y tengan que "ocuparse de su propia logística".
Esto también acarrea, en opinión del sindicato, desprecio por los deportistas, ya que, según recoge el comunicado, "los jugadores se vieron obligados a competir bajo un calor excesivo, a soportar partidos que terminaban a las 3 de la madrugada, a jugar con pelotas de tenis diferentes y que provocaban lesiones según la semana, lo que provocó lesiones crónicas en muñecas, codos y hombros".
Junto a esto, también denunciaron la violación del derecho a la intimidad: "Los jugadores son sometidos a registros invasivos de sus dispositivos personales, a pruebas de drogas aleatorias en mitad de la noche y a interrogatorios sin representación legal".
Desde los organismos involucrados en la denuncia rechazaron de plano las acusaciones. "Carece totalmente de mérito", aseguró la ATP en el comunicado que emitió como respuesta a las denuncias vertidas. "La entidad defenderá enérgicamente su posición", prometió la Asociación de Tenistas Profesionales, la autoridad máxima del circuito masculino, que acusó al sindicato liderado por Djokovic a "optar sistemáticamente por la división y la distracción a través de la desinformación en lugar del progreso".
Por su parte, la WTA, entidad que organiza el Tour femenino, consideró "la acción de la PTPA como "lamentable y equivocada", a la vez que también reafirmó que defenderá con energía su posición". En su defensa argumentó que las jugadoras tienen voz en la entidad a través de sus representantes. "Cada decisión que se toma incluye la aportación de las jugadoras a través de sus representantes elegidos en el Consejo", remarcó la WTA.
Ahora resta ver como escalan los hechos y si se profundiza la denuncia que llevó adelante el sindicato. Lo cierto es que la declaración de guerra ya está hecha y ambas partes prometen defenderse. Ahora la pelotita quedó en el campo de los juzgados de Nueva York, Londres y Bruselas, donde se presentaron las denuncias, que se tendrán que pronunciar para ver qué recorrido tienen los reclamos.