Con un Congreso vallado en sus inmediaciones y en la antesala de una nueva protesta masiva de jubilados, el oficialismo logró imponer una sesión exprés para blindar el DNU con el que el Gobierno busca garantizar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero ya desde un inicio la sesión estuvo desbordada entre gritos y acusaciones.
La moción presentada por el jefe de la bancada de La Libertad Avanza, Gabriel Bornoroni, propuso que la votación se realice a las cuatro de la tarde y que se acorte el tiempo de los oradores. La iniciativa desató el primer cruce de la jornada, protagonizado por Germán Martínez, de Unión por la Patria, quien se opuso y exigió que se retomen los emplazamientos de la sesión que Menem levantó por la fuerza la semana pasada.
El debate rápidamente escaló en tensión. "Qué tiempo, quedate a laburar", le espetó Martínez a Menem cuando este le pidió que redondeara su intervención. “¿Quién te creés que sos?”, lanzó, visiblemente molesto. Minutos después, el cruce se reavivó cuando la diputada Cecilia Moreau enfrentó a Menem tras su intento de imponer orden: "A mí no me pelotudees".
Martínez volvió a la carga y le recordó a Menem el escándalo de la semana pasada, cuando la sesión fue levantada abruptamente y los diputados oficialistas Oscar Zago y Lisandro Almirón terminaron a los golpes. “Vienen de hacer un papelón la semana pasada”, le recriminó Martínez. En un intento de calmar las aguas, Menem le pidió a Almirón que se disculpara con Zago. "¿Zago, qué querés, que te dé un pico?", ironizó Almirón, en un insólito intento de reconciliación.
A su turno, la diputada de Unión por la Patria Vanesa Siley cuestionó la estrategia del gobierno de aprobar un nuevo endeudamiento a través de un DNU. "Algo oscuro y sospechoso hay. Y van a ser responsables, diputados de la Nación. Los tratan de ratas y efectivamente lo son. Después no vengan a sacudir la Constitución Nacional", advirtió.
En medio del caos, Martínez pidió nuevamente la palabra, esta vez para exigirle a Menem que explicara los audios difundidos por Radio 10 en los que se escucha al presidente de la Cámara baja arengar a los libertarios para garantizar la presencia de cuatro diputados en sus bancas y así entorpecer la sesión. “Griten, tengámoslo siempre en todo momento, pero los quiero gritándome, a los gritos, puteando, nada pacífico”, se oye decir a Menem en la grabación.
Ante la incomodidad del planteo, el titular de la Cámara baja optó por cerrar el micrófono de Martínez y darle la palabra al libertario Bertie Benegas Lynch. Más tarde la diputada de la Izquierda Vanina Biasi insistió con el pedido pero fue denegado. “No se pueden reproducir videos ni audios” sentenció Menem. Marcela Pagano también se sumó al reclamo y pidió que se normalicen las autoridades de la comisión de Juicio Político. Cuando Menem intentó silenciarla, Pagano remató: “No me callé porque silenciar gente es de fascista”.
Pese a la tensión en el recinto, el oficialismo confía en reunir los 129 votos necesarios para aprobar el DNU, apenas cuatro más de los que le permitieron alcanzar el quórum. La Ley de DNU permite que los decretos sean ratificados con el aval de una sola cámara, lo que le allana el camino para evitar obstáculos en el Senado. Con el respaldo de los bloques aliados y en medio de una sesión marcada por el caos y los cruces, el oficialismo confía en alcanzar los 129 votos necesarios para aprobar el DNU. Si lo consigue, el nuevo endeudamiento quedará sellado.