Daaaaaalí! 8 puntos

Francia, 2023

Dirección, guion, fotografía y montaje: Quentin Dupieux

Duración: 77 minutos

Intérpretes: Anaïs Demoustier, Jonathan Cohen, Gilles Lellouche, Edouard Baer, Pio Marmaï, Didier Flamand, Romain Duris.

Estreno en salas.

Quentin Dupieux es uno de los directores más prolíficos del cine francés contemporáneo, dueño de una capacidad para filmar rápido (y bien) que la pandemia parece haber acelerado, realizando cinco películas en los últimos tres años. Esta fertilidad creativa provervial no demoró en trasladarse a los espacios de exhibición en el país. Primero fue el Festival de Mar del Plata, donde en 2022 llegaron a estrenarse no una ni dos, sino tres películas suyas (Mandíbulas, Increíble pero cierto y Fumar provoca tos). Esa fiebre no tardó en extenderse a las salas comerciales, que en menos de un año ya recibieron a cuatro de ellas, incluyendo a las dos últimas citadas, a las que se sumaron El segundo acto, su único trabajo de 2024, y ahora Daaaaaalí!

Se trata de una oda al artísta plástico catalán Salvador Dalí, genio y figura, uno de los padres del movimiento surrealista y su cultor más reconocido, a cuya obra Dupieux le debe casi todo, como esta película deja deliberadamente en evidencia. Una obra que, es importante recordar, se extiende más allá (¿o más acá?) de los emblemáticos trabajos que el artista realizó dentro de las distintas ramas de la plástica, espacios en los que desafió los límites ya no de la realidad sino de lo onírico mismo. Y es que Dalí no se cansaba de recordar, y la película lo cita, que su obra más importante era el propio Dalí. Un gesto no exento de humor, pero tampoco de vanidad, en el que el artista se igualaba a Dios atribuyéndose el poder de haberse creado a sí mismo.

Con su película, Dupieux no solo le rinde culto a su amado Dalí, sino que se convierte en su epígono cinematográfico más fiel, trasladando a la pantalla no solo aquella ambición estética de retratar lo inconsciente, sino también esa desmesura megalomaníaca que hacía del catalán un personaje más allá de lo extraordinario. Como corresponde, el argumento de Daaaaaalí! es lo de menos. Alcanza con decir que se trata de los infructuosos intentos de una periodista novata por entrevistar al Genio de Figueres. O de la puesta en escena de algunos de sus cuadros más recordados. O del relato interminable de un sueño, que al final de la película el espectador no será capaz de decir en que momento empezó a ser contado, porque tal vez ese comienzo se ubique en algún punto anterior a los títulos iniciales.

Pero si bien figura y obra de Dalí son dos fuentes de inspiración explícitas, no son las únicas a las que Dupieux recurre para trazar su retrato. De forma notoria, Daaaaaalí! tiene un punto de apoyo firme en el humor, elemento sin el cual sería imposible explicar o entender el personaje del pintor. Y en ese terreno es inevitable no reconocer la luz que proyectan los Monty Python, cultores de un absurdo surrealista de obvio espíritu daliniano. Su ascendencia es evidente ya desde el principio, en la escena del interminable pasillo del hotel que el protagonista recorre para llegar a la primera entrevista fallida.

La influencia Python incluso se reconoce en el afiche de la película, cuya ilustración replica la estética de las animaciónes que Terry Gilliam, miembro del grupo, realizaba para Flying Circus, el programa de televisión que hizo famoso al grupo británico. Por no mencionar la decisión de retratar a Dalí utilizando cinco actores distintos, que se intercambian el rol protagónico de forma muchas veces azarosa. La misma idea con la que el propio Gilliam había resuelto la muerte del actor Heath Ledger durante el rodaje de El imaginario del doctor Parnaso (2018). Todo eso convierte a Daaaaaalí! en una película tan impredecible como hilarante, aunque para disfrutarla a pleno hay que estar dispuesto a sacarse de encima la lógica de lo real, un ejercicio que en la actualidad no resulta necesariamente sencillo.