“No pudo Macri, ni Fernández, Milei lo hizo: 31 de marzo cerramos”. La bandera que se extiende a lo largo del balcón de un primer piso es la crónica de una muerte anunciada. La librería Punto de Encuentro, cuyo local está en Avenida de Mayo 1110 (y Lima), se despide de sus lectores este jueves a las 18.30. “A pesar de haber atravesado distintas adversidades a lo largo de estos años, esta vez el contexto que nos toca vivir nos hace imposible seguir sosteniendo las puertas abiertas de nuestro local -comunican en un texto que está circulando por las redes sociales-. De todas formas, seguiremos encontrándonos en nuestra tienda virtual y a través de nuestra querida editorial: seguiremos editando y publicando libros del pensamiento nacional”. La Cueva, otra emblemática librería ubicada justo al lado, estará hasta el 15 de abril y luego se mudará a Santa Teresita.
“Después de la pandemia, la avenida de Mayo murió. Lo único que la salvaba era el turismo extranjero, pero con este dólar palmó definitivamente”, dice Diego Alonso, uno de los dueños de La Cueva, librería que tiene dos sucursales en Mar de Ajó, pero que se quedará sin sede en la ciudad de Buenos Aires. Las ventas en el local de Avenida de Mayo, que estima que cerrará para el 15 de abril, cayeron un 100 por ciento. Varios locales de la cuadra fueron comprados por un grupo inversor que no quiere que permanezcan los inquilinos. Alonso confirma que ellos igual estaban evaluando mudarse cuando se enteraron de que tenían que entregar el local “lo antes posible”.
Punto de Encuentro está en Avenida de Mayo 1110 desde 2012 cuando Carlos Benítez le compró el fondo a la llamada “librería de los anarquistas” de Libros de Anarres. “La librería siempre estuvo identificada con lo nacional y popular; muchos docentes, investigadores y alumnos han llegado acá con la idea de que tenemos materiales de ciencias sociales de muy buen nivel”, cuenta el librero, editor y distribuidor. “Pagar un alquiler hoy es imposible; no podemos sostenerlo. Las ventas fueron muy flojas el año pasado; se nos termina el contrato el 31 de marzo y no tenemos posibilidad de renovar porque en este lugar van a hacer una obra, van a modificar toda esta zona, esta media cuadra. No podemos buscar locales alternativos porque no tenemos manera de pagarlo con la venta de los libros”, explica Benítez. “Hay una retracción económica muy fuerte que repercute en la clase media, los clientes potenciales de la librería, que hace que hoy no esté comprando libros. A eso hay que agregarle que después de la pandemia un 30% no volvió nunca más a comprar en una librería física; compran por Mercado libre y páginas online”.
La editorial Punto de Encuentro y la distribuidora, aclara Benítez, continuarán funcionando con “mucho esfuerzo” porque la industria del libro está atravesando un momento complicado. El plan editorial empezó en febrero con El fin de la realidad, del escritor estadounidense Jonathan Taplin, un libro que busca comprender el papel de cuatro multimillonarios que quieren gobernar el mundo; y en marzo acaban de lanzar Historias rotas. Locura y suicidio en las cárceles de la dictadura, de Claudia Rafael y Silvana Melo, que se presentó recientemente en la Feria del Libro de Derechos Humanos. Para este año tiene planeado publicar tres o cuatro títulos más. “En el mejor momento, allá por 2013, 2014, hasta 2015, llegamos a editar 35 a 40 títulos por año, un número insólito para una editorial pequeña -plantea Benítez-. Hoy estamos muy lejos de esos números, salvo las grandes, como Planeta o Random House, que pueden darse ese lujo. Lo que se está haciendo y seguramente nosotros también lo vamos a implementar es editar menos ejemplares. Normalmente uno imprime mil ejemplares de un libro, pero vamos a evaluar hacer quinientos”.
Benítez resume cómo cambió el paisaje de las librerías. “Antes de la pandemia, si querías buscar libros de saldo, buscar libros agotados o nuevos, tenías que ir a la calle Corrientes. Hoy creo que quedan cinco o seis librerías: Hernández, Losada, Zivals y algunas de las cadenas. Las librerías se corrieron a los barrios, a Palermo y Villa Crespo”. Este jueves a partir de las cinco de la tarde Punto de Encuentro liquidará varios libros que estarán en las mesas de adelante del local hasta el cierre, el 31 de marzo. No sabe el número exacto de librerías que cerraron desde que asumió Milei. “Varias se readecuaron por la caída de las ventas y despidieron empleados. Muchas librerías del interior terminaron atendidas por la familia de los dueños, cuando antes tenían uno o dos empleados. Esto también es síntoma de una crisis. Yo creo que en la Capital se cerraron unas 10 librerías”, calcula Benítez con el dolor atravesado en la garganta.