En una sesión exprés a medida de La Libertad Avanza, la Cámara de Diputados aprobó, por 129 votos a favor y 108 en contra, el DNU 179, que habilita al Gobierno Nacional a negociar un nuevo endeudamiento con el FMI. La jornada, marcada por la filtración de audios del presidente de la Cámara, Martín Menem, pidiendo embarrar la cancha, se llevó a cabo en un Congreso fuertemente blindado por las fuerzas de seguridad y concluyó justo cuando miles de manifestantes comenzaban a llegar a las inmediaciones del Palacio Legislativo para protestar contra el ajuste a los jubilados y la feroz represión de la semana anterior.

El oficialismo logró blindar el DNU con lo justo: los 129 votos a favor fueron posibles gracias al respaldo de sus aliados del PRO, la Coalición Cívica, los bloques provinciales y el sector de la UCR alineado con Rodrigo De Loredo. El radical se mostró orgulloso de volver a colaborar con Milei. “Nuestro bloque, una vez más, viene a ayudar a un gobierno que no integra en un momento crítico”, afirmó durante su breve intervención.

Las seis abstenciones provinieron de los diputados Emilio Monzó, Agost Carreño, Florencio Randazzo y Nicolás Massot, del bloque Encuentro Federal; Lourdes Arrieta, la libertaria expulsada del bloque oficialista; y Martín Tetaz, de la UCR. Unión por la Patria logró mantenerse unido en la votación. El comunicado del PJ del día anterior y las gestiones de Cristina Kirchner a través de Mayans ordenaron la tropa, según supo este diario, aunque los catamarqueños que responden a Raúl Jalil estuvieron ausentes.

La sesión estuvo marcada por la falta de tiempo para los oradores, una maniobra impulsada por el jefe de la bancada libertaria, Gabriel Bornoroni, quien presentó una moción para acortar la sesión con la excusa de evitar que se superpusiera con los plenarios de comisiones previstos para las 17 y las 18 horas, vinculados al escándalo del Criptogate.

Unión por la Patria rechazó la estrategia del oficialismo. “¿Pero qué tiempo le estoy quitando a mi bloque? Vení a laburar, quedate a laburar, porque después pedís respeto y no lo cumplís”, le reprochó el jefe del bloque peronista, Germán Martínez, al presidente de la Cámara cuando este le exigió que redondeara su intervención. Martínez apuntó directamente contra el riojano: “Vienen de hacer un papelón la semana pasada”, en alusión al levantamiento forzado de la sesión justo cuando su bloque exigió la regularización de la Comisión de Juicio Político, paralizada desde hace un año.

La filtración de audios previa a la sesión dejó en evidencia la preocupación de Martín Menem por la ratificación de las autoridades de esa comisión. Marcela Pagano recogió el guante y exigió explicaciones: “Si usted pudiera darme explicaciones a mí y a todo el pleno, sería muy interesante, porque hacen alusión a la Comisión de Juicio Político y usted tiene facultades delegadas por este pleno, que también necesita respuestas”. Su intervención terminó de manera abrupta cuando Menem le cerró el micrófono y ella sacó un megáfono para hacerse escuchar.

El errático comportamiento del presidente de la Cámara fue uno de los focos de atención de la jornada. Según explicó la diputada Paula Penacca, de Unión por la Patria, la actitud de Menem “ratificó que no está en condiciones de conducir la Cámara, menos aún después de una denuncia explícita como la de Pagano”. La ex periodista había lanzado una frase contundente durante una de sus intervenciones: “¿Tendrá miedo de terminar él sentado teniendo que declarar?”, poniendo nuevamente el foco en los vínculos de Menem con la cripto estafa. Por su parte, el diputado Leopoldo Moreau también expresó su preocupación por el rol de Menem y sostuvo: “Está obsesionado con el juicio político”. Desde Encuentro Federal advirtieron: “Está perdiendo el control de la Cámara. El presidente tiene que ser una estatua”, y trazaron una comparación con la presidencia de Emilio Monzó durante la sesión de 2017 por la reforma previsional, cuando permaneció inmutable pese a que los gases de la represión ingresaban al recinto por las ventanas.

Otra vez en el fondo

La sesión pareció un déjà vu de la de 2022, cuando el Congreso aprobó el refinanciamiento de la deuda contraída por Mauricio Macri con el FMI durante el gobierno de Alberto Fernández. Aunque en aquella ocasión no se trató de un decreto de necesidad y urgencia, la jornada marcó un punto de inflexión para el oficialismo y terminó con la presidencia de Máximo Kirchner del bloque. "Fuimos capaces, por decisión, por voluntad, por convicción, sin anteojeras ideológicas, de decirle a nuestro propio gobierno que no. Acá se juega el destino de millones de argentinos y argentinas que confían en todos", sostuvo durante su intervención, también atravesada por el escándalo cripto. "Si el presidente no fue parte de esa estafa, entonces no pudo identificar una estafa a dos centímetros de su nariz. Y lo que está haciendo este Congreso hoy es darle plenos poderes a una persona que no puede identificar una estafa a dos centímetros de su nariz”, agregó para cerrar.

Las voces en contra del acuerdo argumentaron que viola la Ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública, cuyo artículo 2 establece que "todo programa de financiamiento u operación de crédito público realizados con el Fondo Monetario Internacional requerirá de una ley del Honorable Congreso de la Nación que lo apruebe expresamente". También invocaron el artículo 75, inciso 7 de la Constitución Nacional, que faculta al Congreso a "arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación".

Otro de los cuestionamientos reiterados fue la falta de precisiones sobre el monto exacto, la tasa de interés, las fechas de vencimiento y otras condicionalidades acordadas. En este sentido, Facundo Manes, del bloque Democracia Para Siempre, advirtió: "Un acuerdo sin reglas claras es un mal acuerdo”.

Quienes respaldaron el endeudamiento y el uso del DNU para habilitarlo apuntaron al Senado, donde el oficialismo está en clara desventaja. La diputada del PRO Silvia Lospennato justificó la decisión del gobierno: "Eligió el DNU porque no quiso que una mayoría ultrakirchnerista en el Senado pusiera en riesgo el esfuerzo que están haciendo todos los argentinos. Por eso lo acompañamos”.

Tal como se había pactado, la aprobación llegó minutos antes de las cinco de la tarde, con un Congreso que comenzaba a rodearse de manifestantes en contra de las políticas de ajuste, represión y endeudamiento impulsadas por el gobierno de Milei. 

La advertencia final llegó de Miguel Pichetto, quien, a pesar de haber respaldado la nueva deuda, envió un mensaje al gobierno: "Todos sabemos que hay una caja de herramientas que el Gobierno tiene para gobernar. Ahora, la motosierra no entra dentro de esa caja de herramientas. El sector pasivo ha sido sometido a un ajuste feroz; adentro de la caja de herramientas ya no está más la motosierra. Tienen que actuar con precisión quirúrgica. Y cuidado con las decisiones que toman, no crean que por haber ordenado el déficit fiscal van a tener resultados electorales favorables. La gente abajo está sufriendo”.