Un policía israelí empujó y tiró al suelo este jueves a Yair Golan, líder de los Demócratas (la unión de los laboristas y Meretz, principales formaciones de izquierda israelíes) durante el segundo día de manifestaciones en Jerusalén contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu, por echar al jefe del Shin Bet (el servicio de inteligencia y seguridad general interior del país) y reanudar la ofensiva del Ejército en la Franja de Gaza.

En la protesta, miles de personas se concentraron en torno a la vivienda del premier en la calle Azza, la Policía cargó contra la población y trató de dispersarla utilizando cañones de agua con mal olor. "No sé preocupen, estoy bien. Después de 38 años en el Ejército unos pocos empujones no nos detendrán", escribió Golan en la red social X. "Cambien el gobierno, recuperen el país de las manos de gente corrupta, evasiva y fallida a las manos del pueblo. Solo en una pugna decidida, con todos nosotros en las calles, lucharemos, sólo así venceremos", añadió.

En un vídeo grabado durante las protestas se muestra cómo un agente de Policía avanza hacia varios manifestantes, seguido por otros uniformados, y los empuja. Las imágenes captan a Golán pasando entre los agentes, cuando uno de ellos les dio un empujón y, aunque el político trata de agarrarse a otros manifestantes, termina cayendo al suelo. Una vez en la calle, los manifestantes gesticulan pidiendo explicaciones a los uniformados, que de nuevo cargan contra ellos mientras el político permanece tirado.

Repudio contra Netanyahu 

"Condeno enérgicamente la conducta de la Policía y el daño causado a Yair Golán. Un (ex) subjefe del Estado Mayor del Ejército y presidente de un partido de la oposición no puede ser atacado mientras se manifiesta por la democracia israelí", escribió en redes el líder de la oposición en Israel, el centrista Yair Lapid.

En la misma línea, el líder de Unidad Nacional, Benny Gantz, acusó a Netanyahu y a su gobierno de incitar a la violencia por el episodio con Golan y también por el supuesto atropello de un manifestante por parte de un taxista que gritaba "Ben Gvir ha vuelto", en alusión al regreso al Ejecutivo del ultranacionalista Itamar Ben Gvir, al frente del Ministerio de Seguridad Nacional.

Por su parte, la Policía intentó justificar sus acciones. "La Policía trabaja para garantizar la libertad de expresión y protesta, pero al mismo tiempo adoptará una política de tolerancia cero ante cualquier manifestación de violencia contra la Policía o los ciudadanos, y contra cualquiera que intente alterar el orden público", detalló en un comunicado en el que no habla de detenidos y obvia el uso de cañones de agua contra los manifestantes. "Instamos a los manifestantes a que se manifiesten legalmente, se abstengan de alterar el orden público y de ejercer violencia física o verbal contra la Policía", han añadido.

El origen de las manifestaciones 

La protesta se dirigió a la vivienda de Netanyahu tras protestar ante la Knéset (el Parlamento israelí), hacia el que emprendieron de nuevo la marcha posteriormente. Desde el martes, día en el que Israel rompió de madrugada el alto el fuego en Gaza con una oleada de bombardeos, Jerusalén se ha convertido en el núcleo de las protestas antigubernamentales. "Netanyahu es un peligro para la democracia", dijo en la protesta de Jerusalén un exmiembro del Likud, el partido del mandatario israelí en declaraciones recogidas por la prensa local.

Originalmente, grupos prodemocracia israelíes como los Banderas Negras habían convocado protestas contra la destitución del jefe del Shin Bet, Ronen Bar, por parte de Benjamín Netanyahu, considerada como un gesto de supervivencia política. Reanudar la ofensiva, sin embargo, sumó también a muchos manifestantes a las protestas que denuncian que estos ataques ponen en riesgo a los 59 rehenes que siguen en Gaza y reclaman el final de la guerra para garantizar su retorno a salvo.

Netanyahu, según explican los medios israelíes, lleva meses tramando la destitución de Bar, a quien responsabiliza de los fallos de seguridad que precedieron a la masacre perpetrada por las milicias palestinas el 7 de octubre de 2023. La crisis se agudizó cuando el Shin Bet publicó esta semana una evaluación de lo sucedido y, si bien el organismo asume su responsabilidad, también acusa a Qatar y funcionarios del gobierno de Netanyahu de financiar a Hamas como uno de sus principales factores.

"Durante un año y medio, (Netanyahu) no ha visto motivo alguno para despedirlo, pero resulta que comienza una investigación sobre la infiltración de Qatar en su oficina y los fondos transferidos a sus colaboradores más cercanos, y de repente tiene unas ganas enormes de echarlo de inmediato", manifestó Lapid, en declaraciones recogidas por la prensa local. "Netanyahu ha vuelto a anteponer sus intereses privados al bien del país y su seguridad. Todas las calumnias y todos los intentos de atribuir la responsabilidad del fracaso al sistema de seguridad no le van a ayudar: él es el principal responsable del fracaso y el desastre del 7 de octubre, y eso es todo lo que se recordará de él", agregó el líder opositor.