El directorio de la cerealera Vicentin apuró su plan de pagos de salarios y logró el ok del gremio aceitero, que así levantó el paro y reanudó la actividad en sus plantas de Ricardone, Avellaneda y el puerto de San Lorenzo. La empresa mejoró la oferta luego de una reunión en la Secretaría de Trabajo, apremiada por los sindicatos del sector y la orfandad de la cámara patronal Ciara, que le soltó la mano luego de que la cartera laboral la dejara afuera de la conciliación obligatoria dictada la semana pasada.

El conflicto se destrabó por ahora, pero el frente gremial advirtió que al primer incumplimiento volverán a la medida de fuerza. Las tareas se reanudaron desde el turno noche del miércoles. Fue luego de una reunión en la Secretaría de Trabajo entre representantes de la empresa en concurso de acreedores y las que le brindan molienda por maquila, Bunge, Viterra, ACA y Unión Agrícola Avellaneda; los sindicatos de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento de San Lorenzo, y de Reconquista, más la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina. Las tres entidades habían entablado días pasados una huelga nacional aceitera porque Vicentin había advertido que pagaría solo el 30% de los sueldos de febrero.

Ciara, la patronal del sector, pidió la conciliación obligatoria y el Ministerio la dictó pudiendo así evitar la paralización de las agroexportadoras de todo el país en vísperas de cosecha gruesa. Pero del dictamen excluyó a Vicentin, que continuó en paro y sin posibilidades de conseguir nuevos contratos de fasón.

En esa encrucijada, el directorio de la cerealera concursada desde hace cinco años accedió a mejorar su propuesta de pagos salariales. Venía ya de pagar la mitad del sueldo de febrero, y anteayer depositó un 25% adicional. Ayer, además, ya abonó el 75% de la primera quincena de marzo. Lo que falta lo abonaría el miércoles 26 próximo y todo quedaría saldado por ahora, según propuso la empresa. El gremio aceptó tal oferta y levantó la medida de fuerza. También se completaron los pagos de plus por alimentos que se adeudaban de febrero.

"Esta ha sido la prueba de lo importante que es la unidad para luchar por nuestros derechos como trabajadoras y trabajadores, que fue, es y será, la única forma de enfrentar a las patronales, que se unen para atacar una y otra vez nuestros derechos y reducir nuestros salarios", definió Leandro Monzón, titular del sindicato de Reconquista.

"Dejamos en claro que estas empresas del sector, que vienen beneficiándose del fruto del trabajo de los obreros aceiteros durante el concurso de Vicentin, no podían hacerse las desentendidas pues son solidariamente responsables por el pago de los salarios. Pero, como hemos dicho y repetido, el responsable de la situación de Vicentin no es otro más que la propia empresa. Ni Vicentin, ni las 'interesadas estratégicas' -como se hacen llamar-, ni cualquier otra empresa o acreedor que busque quedarse con los activos de la concursada pueden moler un grano sin el trabajo de los obreros aceiteros", reforzó.

"Lamentablemente, los directores de Vicentin, en lo que parece una defensa desesperada de su accionar que ha llevado a la empresa a esta crítica situación, insisten en responsabilizar a los obreros aceiteros, pretendiendo que trabajemos sin cobrar mientras ellos se llenan los bolsillos. Somos conscientes que sólo la lucha en unidad de los trabajadores garantizará nuestros trabajos, nuestros salarios, y una vida digna para nuestras familias", concluyó Monzón.

En la reunión de esta semana, los directivos volvieron a machacar sobre "la crítica situación financiera por la que atraviesa la empresa, imposibilitada de afrontar el pago de la totalidad de los haberes", tal como plantearon días atrás en un comunicado.

El directorio de Vicentin responsabiliza al concurso de acreedores y sus consecuencias por esta imposibilidad de pago. Viene de un par de reveses judiciales por su concurso de acreedores. Primero, la Corte Suprema provincial rechazó la propuesta de pago que había hecho el directorio por considerarla injusta e inconstitucional. Luego, un tribunal de segunda instancia prohibió alterar el patrimonio de la empresa concursada en lo que respecta a su principal activo, la fábrica de biodiesel Innova, con base en Timbúes. Algunos acreedores sospechaban que había un plan furtivo para desapoderar paulatinamente a Vicentin de Innova, en beneficio de su accionista mayoritaria, la multinacional Viterra (ex Glencore).