En medio de las tensiones del tipo de cambio por la escasez de divisas y el apuro en cerrar un nuevo acuerdo de endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) del que no se conoce la letra chica, se moderan las expectativas sobre el ingreso de dólares frescos a partir de la agroexportación.

El promedio en la exportación de los cereales cayó en 400.000 toneladas en lo que va de la presente campaña en comparación a períodos similares, de acuerdo con una publicación de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).

Con el objetivo de impulsar la liquidación, el Ejecutivo libertario decidió la baja temporal de los derechos de exportación para los principales cultivos que rige desde fines de enero hasta el 30 de junio de este año. Sin embargo, ese sector del campo no respondió de la manera que esperaba el oficialismo, a diferencia de lo que ocurrió con otras iniciativas en gestiones precedentes, como el dólar soja, cuando Sergio Massa era ministro de Economía del presidente Alberto Fernández, o postdevaluación al comienzo de la administración de Javier Milei, por ejemplo.

En este contexto “más favorable”, en términos del Ejecutivo, los productores redujeron las ventas respecto al ritmo promedio de los ocho ciclos agrícolas anteriores: se comercializaron 600.000 y 100.000 toneladas menos de soja y maíz, respectivamente.

Con la reducción de la alícuota en funcionamiento, los datos publicados por la BCBA, que analiza el movimiento de las exportaciones ocurridas entre el 29 de enero y el 13 de marzo, indican además que en el caso del trigo la variación fue positiva. Creció en 300.000 toneladas.

De todas maneras, “el Gobierno mira las declaraciones juradas de venta al exterior porque es lo que garantiza la entrada de moneda extranjera y en eso febrero mostró buenos resultados con la liquidación de 2.181 millones de dólares”, afirmó a Página/12 el consultor Javier Preciado Patiño. Además, agregó que marzo va a tener avances parecidos “a pesar de que el 20 por ciento de lo que ingresa va al contado con liqui o al MEP”.

La cifra representa una suba de 45 por ciento del total exportado respecto del mismo mes del año pasado y de 5,2 por ciento intermensual, según estimó la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC). Las entidades engloban el 48 por ciento del total de los envíos argentinos al exterior.

Dólar grano

Sin embargo, Preciado Patiño, advirtió que no “hubo una explosión de ventas” como deseaba la gestión de la Libertad Avanza. Desde la medida que disminuyó las retenciones, “no existieron booms ni picos de comercialización. Las exportaciones y negocios se están declarando más en función de la demanda internacional que por el ´dólar grano´, del ministro de Economía, Luis Caputo”, opinó.

El especialista sintetizó entonces que la liquidación de esas cantidades “iba a ocurrir igual sin reducción de retenciones” por la presión de los mercados del mundo para comprar productos como aceites y maíz.

“Hay que ver con atención lo que suceda con la brecha entre el dólar exportador y el dólar financiero -supo estar en el 5 por ciento y ahora está en el 20 por ciento- y hay expectativas de devaluación a partir del acuerdo con el FMI”, expresó.

Entre los productores cada vez se escuchan más voces que repiten el mantra: vendo lo que necesito para seguir produciendo y retengo el resto hasta ver que pasa. Hay tiempo.

Otra de los interrogantes que influyen en el sector es qué va a pasar con la baja de retenciones una vez vencido el plazo de junio, aunque públicamente distintos referentes cercanos al oficialismo vaticinaron que la medida tendrá continuidad. Hay aún más tiempo.

Menos liquidación

El reporte de la BCBA afirma que dentro de la etapa más amplia incluida en su último informe, se vendió menos. Unas 3,22 millones de toneladas de soja del ciclo 2024/2025: un millón abajo del ritmo promedio normal del período 2015/2024.

Además, en la misma época de 2024 se habían vendido 400.000 toneladas más de la campaña 2023/2024 respecto del promedio 2015/2023.

En ese sentido, la comercialización del grano cayó en 600.000 toneladas, durante el período en estudio. Para el caso del maíz, se vendieron un total de 2,34 millones de toneladas del ciclo 2024/2025: 700.000 menos que en 2015/2024. En la misma época de 2024 se habían comercializado 600.000 toneladas más de la campaña 2023/2024 respecto del promedio 2015/2023.

“En la soja la caída no me parece tan importante, pero en maíz empieza a ser significativa”, consideró Preciado Patiño. El trigo, en cambio, tuvo un mejor desempeño con 2,06 millones de toneladas en 2024/2025: 300.000 más contra el promedio del período 2015/2024, según la estimación de la BCBA.

La medida sobre el tributo vigente hasta el 30 de junio abarca la baja transitoria de 33 a 26 por ciento en el grano de soja, de 31 a 24,5 por ciento en la harina y el aceite de soja, de 12 a 9,5 por ciento en trigo, maíz y sorgo y de 7 a 5,5 por ciento en girasol.

El ritmo de exportaciones de la oleaginosa en todo el ciclo actual, 2024/2025, muestra retracciones considerables: con un total de 7,454 millones de toneladas, la comercialización cayó 22 por ciento interanual y 37 por ciento en el promedio de los últimos cinco años.

En la misma serie, el maíz vendió 9,436 millones de toneladas: 29 por ciento de merma interanual y 44 por ciento de retracción respecto al promedio de los últimos cinco años. Por su parte, la exportación del trigo presenta variaciones diferenciadas: creció 31 por ciento interanual y se redujo 16 por ciento contra el promedio de los últimos cinco años.