La presencia de Teresa Parodi en la vigilia del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, hace de su música una conmemoración aún más especial. La cantautora correntina estará este domingo a las 20 en Refi (Vélez Sarsfield 641), con las canciones de su disco más reciente, Retrato de familia, en donde grabó junto hijos, nietos, e invitados queridos como Juan Falú, Víctor Heredia, Lula Bertoldi y León Gieco. “La invitación me convocó enseguida, me pareció que no había mejor manera de esperar el 24 de marzo que cantando en Rosario, y después de tanto tiempo, para las y los rosarinos, un público que quiero mucho, con el cual acompañarnos mutuamente en la noche previa a un día tan importante en nuestra historia, y sobre todo en este tiempo de tanto negacionismo”, comenta Parodi a Rosario/12.
-Más aún con un disco en donde el concepto de comunidad está tan presente.
-Sí, éste es un disco colectivo. Creo que todos los discos lo son, pero yo quise resaltar eso, justamente por la importancia que le doy. La música crea naturalmente comunidad, y un disco, por ejemplo, no se hace solo con el artista que canta o escribe las canciones, sino con todo un grupo de gente, con el que se establece un vínculo muy fuerte. El camino de la música se hace en grupo, con gente con la que se establece un vínculo muy grande; y en este disco está todo eso. Está ya la generación que me sigue, bueno, en verdad dos generaciones más, porque son mis nietos los que me acompañan en su mayoría, con un par de hijos que también tocan. Pero también está toda la familia que fui armando a lo largo de muchos años de recorrer este camino, estos escenarios, un grupo de gente maravilloso. ¡Y están todos en la tapa! Es una tapa plural, con personas de mucha importancia en mi vida. Me gusta mucho cuando miro esa foto, esa multitud, porque siento que lo colectivo es lo que nos sostiene. Se crea una comunidad a través de la música, de la emoción, de la memoria, de un sentimiento, de una historia compartida, de un tiempo, un paisaje o un cielo; entonces, más que nunca, hay que buscarse en esa forma plural, porque justamente hay un ataque a eso, un ataque poderoso, con odio. Viví muchas situaciones, en muchos momentos, terribles y siniestras en Argentina, pero esto tiene un plus, hay insultos, agravios, mentiras, de una manera descarada, a los gritos, en los medios de comunicación o donde sea. Y eso me parece destructivo. Nada de lo colectivo tiene que ver con este proyecto político que nos gobierna.
-La canción popular es una buena manera de reencontrarnos.
-Además, no nos olvidemos que en la música popular los pueblos guardan su historia. Y recurren a ella con emoción. ¿Por qué? Porque los pueblos, en los tiempos críticos, se refugian en la cultura, en todas sus formas y en el arte en especial, como lenguaje, porque allí se encuentran a sí mismos, porque sienten el llamado de su propia comunidad, de haber vivido y compartido un momento que no puede ni se quiere olvidar. Por eso también se ataca enormemente a esa emoción que guarda esa memoria. Siento que hay toda una generación de artistas que hoy son profundamente ninguneados, precisamente porque siguen mostrando el país que soñamos o el país que quisimos ser o el que a lo mejor somos, aunque no nos dejen ser. Siento que hay un ataque sistemático, porque finalmente, todo este hacer cultural es el alma de un pueblo. Es la manera desde donde el pueblo dice quién es, desde donde mira el mundo; por tales y cuales circunstancias de la historia vivida, mira desde ese lugar el mundo, y eso es lo que guarda el arte. Así que a mí me hace bien ir a encontrarme, en este tiempo, con la gente. Estoy haciendo estos conciertos en lugares más intimistas, donde estar más cerca del público, para poder percibir más cerca la emoción del otro.
-Frente a gritos e insultos, nada como los susurros y las palabras que acarician; y eso es algo que ya sabemos.
-Es verdad, no hay que hablar pensando mucho, porque es así, contrasta con eso. Hace muchos años que no estaba en Rosario, antes lo hacía muy frecuentemente y recuerdo que, en algunos años, inclusive más que en Buenos Aires y cualquier otro lugar del país. Pero bueno, después también los caminos se ensanchan, se alargan, se alejan; hace mucho que no volvía.
-Además, ¡nos une el litoral!
-Eso es lo que nos une, amigo, el río mismo, ¿no? El paisaje de uno y del otro lado es el mismo; y por eso también hay un paisaje de sonido, musical, que nos hermana de un modo único.
-Con el disco ya habiendo hecho su recorrido, ¿qué impresiones tiene?
-El grupo que me acompaña está integrado, de manera definitiva, por tres de mis nietos, con quienes ya venía trabajando. No están conmigo, y esto no me canso de decirlo, porque sean mis nietos, están porque son músicos: Emilia, pianista y guitarrista, directora y arregladora del grupo; Ezequiel, toca guitarra de siete cuerdas; y Lautaro, que toca bajo. En este caso, voy a viajar solamente con Emilia, Ezequiel, y Facundo Guevara en percusión. Todos se dedican a la música, son profesores de música, hace mucho que tocan, aman lo que hacen, siguen estudiando y tienen un serio compromiso con este quehacer. No tocarían conmigo porque son mis nietos nada más, porque no le haría bien a ellos, no me haría bien a mí, no le haría bien a la música. Están conmigo porque son músicos, y eso es una alegría en mi corazón, más aún en este tiempo. Para mí es una enorme emoción estar en un escenario y mirarme en ellos, siento que entregué la posta a esta nueva generación, que ama esta forma de pensar en la música, que busca en esa profundidad, y eso me fortalece más, me llena de energía y me hace seguir componiendo; este disco, de hecho, tiene todas canciones nuevas. Después del disco grabé también un simple, “Siempre a la misma hora”, con estos nietos míos y en donde está invitado otro nieto, que rapea, y es quien completa el sentido de la canción. Yo sigo componiendo mucho, por una necesidad de la que no me puedo, ni me quiero, apartar; y eso me hace mucho bien, me hace vivir momentos de mucha ilusión.