Rubén Giustiniani es un dirigente con una vasta trayectoria política. Fue militante universitario, decano,  senador y diputado nacional, referente histórico del progresismo en Santa Fe. Vuelve al ruedo electoral como parte de la lista "Activemos", encabezada por Marcelo Lewandowski a convencionales constituyentes. En esta entrevista con Rosario/12, analiza el desafío de la reforma constitucional en la provincia y traza un diagnóstico sobre la coyuntura política nacional y provincial. Y resalta el papel del actual senador nacional: "La decisión de Lewandowski de convocar a un amplio espectro de dirigentes, sindicalistas, académicos y empresarios pymes refleja un compromiso real con la renovación política, no solo de discurso sino en los hechos".

—La lista que integrás lleva el nombre de "Activemos”, muchas veces la gente conoce a los candidatos y no a la lista en sí. ¿Cuál es su esencia?

—"Activemos" es una propuesta que busca ser una alternativa sólida a Pullaro y Milei. Su fortaleza radica en la diversidad de quienes la conformamos: trabajadores, representantes sindicales y empresarios pymes. Hoy la sociedad nos pide que la política abra sus puertas y ventanas, y esta lista es una respuesta concreta a ese reclamo. Y aquí es clave el liderazgo de Lewandowski, quien entendió que el desafío no era solo electoral, sino de construcción política real, con una base amplia y participativa. Su experiencia como comunicador social y dirigente le permite entender las demandas sociales y transformar esas necesidades en propuestas concretas.

—A lo largo de tu carrera trabajaste con figuras reformistas como Guillermo Estévez Boero, Hermes Binner y Héctor Cavallero. Luego de ese recorrido, ser partícipe de una convención constituyente, ¿qué significa para vos?

—Es un hecho histórico y una gran responsabilidad. La Constitución provincial actual data de 1962 y está desactualizada en muchos aspectos. Mi paso por el Congreso me permitió impulsar leyes clave, como la reducción de la mayoría de edad de 21 a 18 años, la ley de humedales y el acceso a la información pública. Ahora queremos trasladar esos derechos a la nueva Constitución santafesina. A lo largo de la historia, la reforma constitucional ha sido una aspiración de los sectores progresistas. Es el camino para actualizar el marco normativo y garantizar que los derechos de la ciudadanía estén protegidos frente a las nuevas realidades del siglo XXI. Por eso, esta es una oportunidad única que no podemos desperdiciar.

—Desde distintos sectores sindicales se plantea que el rol de los trabajadores no está en el centro del debate. ¿Compartís esa preocupación?

—Totalmente. Por eso destaco que en nuestra lista están representados los trabajadores. Tenemos a Victoria Capoccetti, del gremio bancario, y a Pablo Serra, de la UOM. Es clave que en la constituyente haya voces que defiendan los derechos laborales, en un contexto en el que la reforma arranca con la reelección del gobernador como eje principal, desplazando otras discusiones esenciales. Hoy vemos un intento por desdibujar el papel de los sindicatos y de los trabajadores en la sociedad. El gobierno nacional ha intentado avanzar con una reforma laboral regresiva que vulnera derechos adquiridos. Frente a esto, necesitamos una Constitución que blinde esas conquistas.

— Dijiste que "somos los que vamos a enfrentar a Milei y a Pullaro como si fueran una misma cosa". ¿En qué sentido los ves así?

—El gobierno provincial aplica tarifazos y aumentos impositivos sin contemplaciones, mientras apoya la Ley Bases y otras políticas del gobierno nacional. Hay cientistas políticos que hablan de "parecidos de familia" y creo que eso se aplica aquí. Incluso el gobernador sobreactúa su rol en seguridad junto a Patricia Bullrich. Es un modelo de ajuste y represión que busca disciplinar a la sociedad. La eliminación de subsidios, los despidos masivos en el Estado y la represión a la protesta social forman parte de una misma estrategia que comparte el gobierno nacional y provincial.

—Desde tu perspectiva, ¿qué representa "Activemos" en el escenario político actual?

—Es una construcción que apuesta al futuro. Lewandowski tuvo la valentía de desafiar las decisiones que se tomaban entre cuatro paredes y abrió el espacio a sectores que, de otro modo, no hubieran tenido representación. Hoy, la política necesita una renovación profunda. No se trata solo de cambiar nombres, sino de modificar estructuras que han alejado a la ciudadanía de la toma de decisiones. Lewandowski entendió esto y por eso "Activemos" es una alternativa real.

—En un contexto de crisis y frustración social, ¿qué lugar existe para la esperanza?

—Es imprescindible. No se puede vivir sin expectativas. Estamos sufriendo un ajuste brutal, el mismo Milei lo reconoce, y también un autoritarismo que nos obliga a plantear una alternativa. Con "Activemos" estamos sembrando las bases para un futuro distinto, y ahí el rol de Lewandowski ha sido fundamental: entender que la política necesita nuevos liderazgos, con capacidad de escucha y construcción. Es difícil generar esperanza en tiempos donde el salario no alcanza, donde la inflación golpea a los sectores populares y donde la incertidumbre es la norma. Pero justamente por eso hay que construir alternativas que sean creíbles y viables.

—Se habla de un "nuevo fascismo" en la Argentina. ¿Es un término acertado o exagerado?

—No me gusta etiquetar, pero sí veo un autoritarismo creciente. Los DNU, el intento de nombrar jueces de la Corte por decreto, las acciones represivas... Todo apunta a un retroceso democrático. Frente a esto, la respuesta debe ser más democracia. Hemos aprendido de nuestra historia que cuando la democracia se debilita, el costo lo paga el pueblo. Hoy es fundamental reforzar las instituciones y garantizar que el poder no se concentre en pocas manos.

—En el ámbito de los derechos humanos y las minorías sexuales, ¿cuál es tu visión sobre los discursos que buscan retroceder en ese sentido?

—Cuando fui senador nacional aprobamos el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género. Esos avances son irrenunciables. Pese a las ofensivas regresivas del gobierno, estoy seguro de que en la constituyente habrá una mayoría que reafirme esos derechos. No podemos permitir que los discursos de odio se impongan. Argentina ha sido pionera en derechos humanos y debemos seguir avanzando en ese camino.

—El gobernador Pullaro dijo: “Si ganamos en la elección por la Reforma, no habrá un solo concepto garantista en la nueva Constitución”. ¿Cuál es tu visión?

—Es un disparate. La Constitución, por definición, es un piso de garantías. Derechos como la salud, la educación y el trabajo digno no son negociables. Lo que dijo el gobernador es un "fulbito para la tribuna" al estilo Bullrich. No se puede gobernar sin garantías. Si eliminamos derechos básicos, abrimos la puerta a la arbitrariedad y la injusticia.

—Con toda tu experiencia política, ¿de qué manera se puede impregnar la Constitución con ese espíritu de militancia y compromiso?

—Escuchando a la gente. La mejor Constitución es la que refleja las necesidades del pueblo. Nuestro trabajo hasta el 13 de abril es recorrer cada rincón de la provincia, abrir el debate y garantizar que los sectores populares estén representados en esta reforma histórica. La política de estos tiempos necesita más diálogo y menos imposiciones.