Las líneas de créditos que ajustan por inflación y no generan riesgo a los bancos suben a un ritmo del 91 por ciento interanual. En contraste, los depósitos de los ahorristas apenas crecen al 22 por ciento. Esto significa una mayor ganancia para los bancos, que gracias a la desregulación de las tasas de interés en el mercado interno pueden cobrar rendimientos importantes por sus préstamos, mientras mantienen bajas las tasas que pagan por los depósitos. Los datos del informe monetario mensual de noviembre del Banco Central muestran este negocio de la banca.
El crédito hipotecario anotó en noviembre un aumento del 91 por ciento en relación con igual mes del año pasado. Así lo precisó el documento de la autoridad monetaria. “El financiamiento del UVA sigue ganando participación sobre el total de préstamos a personas físicas. Desde el lanzamiento de este instrumento se entregaron unos 44.800 millones de pesos en créditos indexados por inflación”, señaló el organismo. Detalló además que el total de crédito al sector privado (considerando el total de las líneas) marcó un avance del 44,9 por ciento. En detalle se destacaron las subas interanuales de los adelantos (20,6 por ciento), documentos (46,3 por ciento), prendarios (70,2 por ciento), personales (59,1) y tarjetas de crédito (24,5).
En lo que refiere al total de los depósitos de la economía, anotaron una suba interanual del 22,7 por ciento, en línea con la inflación. Los depósitos en cuenta corriente subieron 21,6 por ciento, en tanto que los de caja de ahorro treparon 36,7 por ciento, seguidos por plazos fijos no indexados por inflación (15,6 por ciento), plazo fijo ajustable por CER-UVA (400,2) y otros depósitos (34,6). En detalle, se precisó además que los depósitos del sector público marcaron un alza de 20,2 por ciento, mientras que los del sector privado lo hicieron al 23,2 por ciento.
“El otorgamiento de los préstamos al sector privado volvió a superar el crecimiento de los depósitos, por lo que la liquidez de las entidades financieras en el segmento en moneda local –medida como la suma del efectivo en bancos, la cuenta corriente de las entidades en el Banco Central, los pases netos con tal entidad y la tenencia de LEBAC, como porcentaje de los depósitos en pesos– continuó disminuyendo”, precisó el Central. El ratio de liquidez se ubicó en 38,5 por ciento de los depósitos. “Al considerar la liquidez bancaria excedente –suma de Lebac y pases– se observa que a pesar de haber disminuido durante los últimos meses aún es equivalente a 21 por ciento de los depósitos, aunque su distribución entre las entidades financieras es heterogénea”, dijo el organismo a cargo de la regulación monetaria.
En el informe monetario mensual se precisaron además algunos datos sobre la emisión de base monetaria y evolución de las reservas internacionales. El circulante de dinero en la economía (base monetaria) cerró noviembre en 906 mil millones de pesos, con un alza del 26,1 por ciento interanual. Las reservas, mientras tanto, se ubicaron en 53.999 millones de dólares, con una suba del 43,2 por ciento interanual.
Este aumento de las divisas en las arcas del Central se explica por el fuerte ingreso de deuda externa. En la entidad no consiguieron sumar desde que asumió el nuevo directorio en diciembre de 2015 dólares genuinos de la exportación ni de inversiones extranjeras directas. Eso se debe a que el país en los últimos dos años incrementó fuertemente su rojo comercial (con más importaciones que exportaciones), al tiempo que la llegada de inversiones productivas del exterior se compensó con la salida de utilidades y dividendos de las firmas multinacionales a sus casas matrices.
En materia de Lebac, el informe del Central detalló que se cerró noviembre con un stock de 1147 mil millones de pesos, al marcar un alza del 63,2 por ciento interanual. Unos 344 mil millones de pesos de estas letras se encuentran en manos de los bancos. El resto es propiedad de inversores privados y fondos de inversión, que en muchos casos llegan del exterior para apostar al negocio de la bicicleta financiera.