Este viernes, el exvicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia Álvaro García Linera pasó por los estudios de la 750 y cuestionó las peleas internas de los progresismos latinoamericanos. Además, reflexionó sobre el presente de Argentina. "Hay que ampliar la mirada, ver bien a los sujetos, ubicarse en la realidad y saber quién está ahí e interpelarlos", analizó García Linera, en un diálogo extenso con Nora Veiras

La economía de Milei

Sin medias tintas, el economista echó por tierra las versiones que aseguran que el gobierno argentino bajó la inflación. Para García Linera, Argentina tiene los precios más altos del continente. Incluso, superan a los de París, donde pasó un breve período dando clases, los de Nueva York y los de Madrid. "La moneda está sobrevaluada", diagnósticó, y comparó la situación del país con la de Estados Unidos durante la administración de Joe Biden, cuando el expresidente demócrata bajó la tasa de interés para contener la suba de precios.

Con salarios latinoamericanos y precios europeos, alertó García Linera, los argentinos de clase media empezaron a gastar sus ahorros, apelaron al endeudamiento o ajustaron sus consumos, y las clases bajas utilizaron su creatividad para sostenerse, es decir se "inventaron" trabajos. 

La alternativa a Milei

Para el exvicepresidente de Bolivia, es necesario enfrentar el ajuste con un modelo alternativo que, desde lo nacional y popular, vuelva a generar esperanzas sin sostenerse en el hipotético hartazgo de las personas que más sufren la deriva de la economía del mileísmo. 

"Hay que abandonar la ilusión de que la gente no va a aguantar", subrayó en diálogo con Escuchá Página|12. Y contrarrestó: "La gente no aguanta cuando, además de tener un deterioro de sus condiciones de vida, hay una esperanza por la cual vale la pena unirse, reunirse, gastar tiempo, caminar, marchar y protestar".

Ese nuevo modelo debe contener reformas de segunda generación, agregó, que contengan un nuevo estado de situación posible, porque las experiencias de los progresismos latinoamericanos sacaron a mucha gente de la pobreza, y eso implica que ahora esas personas tienen aspiraciones nuevas de ascenso social, distintas a las de quince años atrás. 

Otro sector a tener en cuenta, profundizó, es aquel que crece al costado del trabajo formal, asalariado y sindicalizado a la manera de la década del '50. Eso no va a reeditarse, aseguró García Linera. "Eso existe en Argentina, México y Brasil, pero eso no es sólo lo popular. En los últimos 40 años creció la economía popular, la mitad de la población que no va a tener empleo formal ni hoy, ni en 20 o 40 años", explicó. 

El ejemplo que utilizó para graficar esto fueron los campesinos en Bolivia, un sector que en el resto del mundo tiende a desaparecer pero que durante el gobierno de Evo Morales fue reconocido como sujeto y parte de la economía. "A ellos la izquierda les dijo que iban a desaparecer y que los iba a sustituir el proletariado. Nosotros les dijimos 'no, nos vas a desaparecer, vos sos comunidad'", planteó. 

La militancia también merece, según Linera, una reinvención. Los años de gobierno corroyeron al conglomerado de "creyentes" de los proyectos colectivos en América Latina y la militancia se convirtió en un mecanismo, en hacer carrera para tener un trabajo. El progresismo llegó al gobierno a inicios del siglo XXI, apalancado por una extendida red de militancias que tenía una vigencia de 20 y hasta 30 años en Bolivia. "Eso nos creó una red de creyentes. Cuando llegamos al gobierno teníamos a un compañero dirigente sindical, un compañero de la universidad, un compañero indígena campesino, que era portador de una misión en el sentido casi religioso del término. Eran misioneros", reflexionó. 

Por otra parte, se refirió a su conversación con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien lo recibió este viernes en sus oficinas del Instituto Patria. "Es una persona con una lucidez histórica extraordinaria y creo que varias de las cosas que estoy comentando ahora ella las tiene en la cabeza y tiene una extraordinaria capacidad de proponer y de oír. Es una persona que está con un cable a tierra, consciente de los problemas que atraviesa el mundo, la Argentina, el gobierno y su propia formación. Creo que ese es el punto de partida de cualquier avance, saber dónde estás, con lucidez y sin mentirte", expresó García Linera.