Víctimas de Colonia Dignidad, el enclave fundado en Chile en 1961 por alemanes donde hubo abusos sexuales y trabajo esclavo, apoyaron el plan de expropiación del gobierno de Gabriel Boric, pero pidieron que se les otorgue una indemnización. El plan del gobierno, presentado a principios de marzo, incluye la expropiación de 116 hectáreas, de un total de cuatro mil de este enclave establecido por alemanes en el sur de Chile tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, para levantar sitios de memoria.
"Una medida necesaria que hace justicia"
En una carta dirigida al presidente Boric, la Asociación de ex Colonos (ADEC) exigió que el dinero que el Estado pagará se destine en "forma directa a indemnizar a las víctimas", no únicamente a los actuales propietarios, herederos de los fundadores. La expropiación "es una medida necesaria y que hace justicia concreta a nosotros, las víctimas de Colonia Dignidad", agrega la misiva.
Los firmantes de la carta denuncian que con la expropiación serían "premiados los que nos robaron todo", según dijo Horst Schaffrick, de 66 años, presidente de ADEC, que vive en el enclave desde los tres años. Sin embargo el ministro chileno de Justicia, Jaime Gajardo, aseguró que la expropiación se hará conforme a la ley. "Vamos a cumplir esa reglamentación al pie de la letra. El pago del precio de lo que cuesta el bien expropiado se hace a los propietarios del bien expropiado", aclaró Gajardo.
Hasta ahora los habitantes de la actual Villa Baviera no fueron indemnizados. Hoy viven allí cerca de 120 personas, y algunos que emigraron a Alemania recibieron apoyo del gobierno de ese país. Tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, el gobierno chileno disolvió legalmente la colonia y las tierras quedaron en manos de una parte de los colonos.
El plan de Boric
El gobierno chileno presentó el 3 de marzo el plan para expropiar parte de los terrenos de la ex Colonia Dignidad. En total, según comunicó el Ejecutivo, serán expropiadas 116,8 hectáreas del área declarada Monumento Histórico en 2016, específicamente un espacio que comprende inmuebles y lugares vinculados a las sistemáticas violaciones de los derechos humanos perpetradas contra colonos y opositores al régimen militar.
"Vamos a iniciar la expropiación de una parte de este lugar que se utilizó principalmente durante la dictadura militar con el objeto de ser un campo de concentración y prisión política, donde se realizaron las atrocidades más grandes que hemos vivido en nuestro país, un lugar donde se torturó a chilenos y chilenas y se les hizo desaparecer", señaló Jaime Gajardo.
Por su parte el jefe de la cartera de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, valoró la resolución tomada en el marco del Plan Nacional de Búsqueda, que convertirá los espacios de la ex Colonia Dignidad "en un lugar de reflexión nacional y de intercambio". Entre los sitios que serán expropiados se encuentra la casa de Paul Schäfer, el exmilitar nazi que lideró la conocida secta y sometió a trabajos forzados, castigos, manipulación mental y, en algunos casos, abuso sexual a más de 300 adultos y niños, muchos de los cuales lo siguieron a Chile desde Alemania.
Además la medida incluye la denominada "bodega de papas", utilizada como centro de detención y tortura de prisioneros políticos que llegaron al lugar durante los meses siguientes al golpe de Estado que derrocó al gobierno democrático de Salvador Allende (1970-1973). También se considera la expropiación del Hospital de la Colonia, donde se administraban psicofármacos y llevaban a cabo procedimientos coercitivos sobre los colonos; así como la portería de acceso, punto de vigilancia para controlar ingresos y salidas del enclave.
Por último, la resolución abarca las fosas donde se encontró evidencia de inhumaciones y exhumaciones de víctimas de desaparición forzada, espacio que a la fecha continúa siendo investigado en busca de indicios para dar con el paraderos de estas personas o conocer su destino final. El asentamiento, fundado en 1961 en el sur de Chile y que no fue desmantelado hasta 1991 por orden del presidente Patricio Aylwin (1990-1994), sirvió, además, de centro de torturas de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta del dictador Augusto Pinochet.
Se estima que más de 100 opositores al régimen fueron asesinados en el recinto y que hoy en día aún siguen desaparecidas. Schäfer, condenado en 2006 por abusos sexuales y fallecido en 2010, fue encerrado en una cárcel chilena después de ser detenido en Argentina, hasta donde había escapado años antes. La dictadura de Pinochet dejó al menos 3.200 opositores asesinados, de los que 1.469 fueron víctimas de desaparición forzada. Tras décadas de búsqueda se encontraron e identificaron los restos de 307 y aún falta encontrar a otros 1.162, según las últimas cifras oficiales.