Ayer regresaron los gendarmes que el 14 de marzo habían abandonado el puesto de control en la zona de frontera entre la localidad argentina de Hito 1 y la boliviana D’Orbigny, a más de 500 kilómetros de la capital salteña.
Así lo confirmó Juan Salas, director de la Escuela 4146 de La Puntana, paraje del municipio de Santa Victoria Este, ubicado a pocos kilómetros de la frontera, donde ayer se cumplieron trece días sin energía eléctrica y, por lo tanto, sin provisión de agua potable, salvo por unas horas en que tuvieron un generador prestado. También escasea la comida. Hasta ahí no llegó todavía la ayuda del Estado y el desamparo se sintió más con la retirada de la fuerza nacional de seguridad.
Si bien es docente en La Puntana, Salas vive en Hito 1 con otras 20 familias. Relató que con un pequeño generador, que prende dos horas por la mañana y cuatro por la noche, mantiene algunos artefactos electrónicos.
Su casa está construida sobre un terreno alto. “Se ve que quienes vivían acá ya atravesaron las crecidas y el diseño fue bien pensado”, dijo al hablar con este diario, lo que pudo hacer tras coordinar mediante mensajes un horario que le permitiera contar con un teléfonoprestado porque el suyo se mojó y está funcionando mal.
Hito 1 está a 800 metros de D’Orbigny y a 2 kilómetros de La Puntana. Este último es el recorrido que hace Salas para llegar a la escuela que por estos días está sin clases, igual que en Hito 1. Sobre esta última escuela, el docente contó que “está enlodada”.
Salas indicó que si bien las clases comenzaron el 5 de marzo, el miércoles de la semana pasada (12 de marzo) fueron clausuradas ante la falta de energía y agua apta para consumo humano.
El martes último (18 de marzo) llevaron un generador hasta la zona para establecerlo en La Puntana, pero solo funciona para activar la bomba de agua con el fin de aprovisionar a esa comunidad.
Ese mismo día en Hito 1, solo pudieron juntar agua por 40 minutos cuando hicieron andar la bomba de la escuela, donde está uno de los dos pozos del lugar. Luego el generador fue llevado nuevamente.
La falta de servicios dura ya dos semanas. Salas explicó que ello sucede porque como el agua del Pilcomayo desbordó hace unos 12 días en la comunidad vecina de Santa María, tiró los postes de luz y dejó sin energía a Monte Carmelo, La Puntana e Hito 1.
Sin energía eléctrica no hay agua porque las bombas de extracción no funcionan. Encima, en el caso de Hito 1, en el otro pozo de la localidad, de Gendarmería, la bomba está rota, con lo que no podría funcionar aunque se restableciera el servicio de energía.
Por otro lado, buscar provisiones es también un reto. “Estoy saliendo en la moto para Bolivia”, contó el docente. Dijo que se están vendiendo algunos pollos. Pero verdura “no se consigue, no hay en ningún lado”. Según contó, su familia pudo llegar con una camioneta e hicieron un listado para enviar lo que les falta desde Morillo (pueblo también conocido como Coronel Juan Solá o Rivadavia Banda Norte).
Mientras, uno de los elementos más necesarios es la fenelina, dado que ya hay una cantidad importante de víboras, ciempiés y alacranes.
En cuanto a la posibilidad de reabrir la escuela, Salas indicó que evalúan hacerlo la semana que viene, en caso de que puedan conseguir la mercadería para brindar también el servicio de comedor.
La retirada de Gendarmería
La ausencia de los gendarmes también fue notoria en Misión La Paz, 70 kilómetros aguas abajo, donde hay otro puesto de control, sobre el puente internacional que comunica con Pozo Hondo, en Paraguay.
Según dijo a Salta/12 el dirigente indígena Amancio Martínez, cuando llegó la crecida “por orden superior les dijeron que se vayan y quedaron solo cuatro gendarmes”. Añadió que incluso se abandonaron las oficinas de SENASA, Migraciones y Aduana. “Están pasando personas sin control ni papeles”, adujo. Normalmente, en la zona y sobre el puente “hay entre 10 y 15 gendarmes”.
La retirada de los gendarmes a la par que crecía el río, desoló a los habitantes de estos parajes. Los efectivos "nos dijeron que les miremos el lugar porque a la noche es terrible acá”, contó Salas desde Hito 1 sobre el momento en que los gendarmes abandonaron el puesto de control en el extremo norte de la provincia. Indicó que en ese puesto habitualmente hay entre 8 y 10 gendarmes.
Si bien la evacuación de la Gendarmería Nacional estaría justificada en la inundación, frente a la misma situación las familias de Hito 1 y Misión La Paz no se retiraron, por temor a perder sus pertenencias, y por eso es mayor el desamparo que sintieron con el retiro de la fuerza nacional de seguridad de fronteras. “Del lado boliviano son terribles los robos y saquearon los negocios. Por eso no dejamos la casa”, contó Salas. "Si saben que en la zona hay agentes de seguridad suele ser más tranquilo”, agregó.
Casi “un fatal accidente”
El agua está en retirada en el extenso departamento Rivadavia, pero los inconvenientes siguen. El intendente de Santa Victoria Este, Rogelio Nerón, estuvo a punto de ser arrastrado por el río junto a dos trabajadores del Correo cuando volvían de Misión La Paz. Así lo relató el propio funcionario a Mosconi TV al comentar lo acontecido este jueves, cuando acompañó una comitiva hasta la frontera para pagar pensiones y jubilaciones.
“A la mañana nos llevaron con una lancha con motor y a la vuelta nos dejaron solos”, afirmó el jefe comunal. El grupo tuvo que regresar con un gomón. Unos pocos iban en él, y el resto lo arrastraba caminando por el agua. “Casi pierdo la vida junto a dos chicos del Correo cuando nos absorbió un remanso del río que pasa por debajo del puente”, contó Nerón.
Por otro lado, el intendente destacó que no fue notificado de la visita del gobernador Gustavo Sáenz a la zona. Se mostró un poco molesto por esta situación y dijo que era necesario que el mandatario provincial visitara las comunidades más afectadas.
“Misión La Paz, Kilómetro 1, Kilómetro 2, La Bolsa, Larguero, Las Vertientes y otras zonas más” están aisladas, sostuvo por su parte Amancio Martínez. Aclaró que el Pilcomayo comenzó a bajar, pero “nos dejó un desastre el camino” que va hasta el paraje.
El referente destacó que el agua no alcanzó a las viviendas en Misión La Paz, lo que se consiguió gracias “al trabajo de los jóvenes” que se organizaban por turnos para reforzar las defensas. Dijo que, en cambio, que es otra la situación en Las Vertientes, a 22 kilómetros de Misión La Paz y yendo a Formosa, en donde ya comunicaron que la comunidad fue invadida por el Pilcomayo.
“La gente tiene desesperación", añadió sobre la situación en su comunidad, con el aislamiento. "Acá no hay muchos negocios y está escaseando todo”, relató. Con el pago de pensiones y jubilaciones, mucha gente está pasando a comprar a Pozo Hondo, dado que es el lugar más seguro para cruzar (por el puente) y también más barato.
Martínez también lamentó que el gobernador no llegara hasta ese punto, “visitó la zona y no vino hasta acá que es un desastre”, dijo.
Por otra parte, anoche agentes estatales abocados a la asistencia a las comunidades inundadas se quejaron por los cortes de otros lugareños exigiendo asistencia o dinero.