A poco más de 20 días para las elecciones provinciales, el gobierno de Santa Fe salió a informar oficialmente esta semana qué se vota el 13 de abril próximo. Un reclamo extendido entre los candidatos de la oposición que creen que el Ejecutivo escondió estos comicios una vez que tuvo en el bolsillo la necesidad de la reforma de la Constitución santafesina. Es más, el gobernador Maximiliano Pullaro no sólo se quedó con ese triunfo en la Legislatura sino que además se llevó el sistema electoral sin primarias que condena al peronismo a la dispersión actual; y también tiene la facultad -durante todo un año- de decir cuándo asumirán sus funciones los 69 convencionales electos. Pero todo lo ganó dentro de un proceso legítimo: Contando los votos y con la ayuda de un sector del propio peronismo afectado.
Alguna particularidad hay en este turno electoral como para no hacer circular ningún folleto. Luego de 63 años se elegirán convencionales que además algunos son provinciales y otros departamentales. Que irán también en sendas boletas únicas que habrá que marcar con una cruz. Parecida a la que estará en el mismo cuarto oscuro para concejales, intendentes de algunas ciudades y miembros de comisiones comunales que se renuevan. Pero estas últimas boletas sí son para una elección primaria. Hay que explicarlo.
También hay que decir que lo que se reformará de la actual Constitución de Santa Fe es sólo un tercio, no más de 40 artículos. Y habrá cosas definitivamente afuera del debate y ese es el núcleo de coincidencias básicas. Por eso es gracioso que algunos se sorprendan con que la reelección del actual gobernador sea el verdadero motor que impulsa la movida. Está absolutamente claro desde el principio, por eso él mismo encabeza la lista de candidatos del frente Unidos.
Las reformas constitucionales se dan en determinados contextos políticos y con diferentes necesidades políticas. Pullaro es el primer gobernador en conseguir consenso para declarar la necesidad de la reforma no porque sea un genio, sino porque no tiene hoy por hoy una contracara interna que le recorte apoyo o le compita como Carlos Reutemann con Jorge Obeid, como Hermes Binner y Antonio Bonfatti con Miguel Lifschitz. Ninguno quería darle la reelección a su adversario interno porque sabían que el próximo turno era para ellos. En esos casos, la oposición decía “primero pónganse de acuerdo entre ustedes antes de venir a pedir nuestros votos”. Y así pasaron décadas sin reforma constitucional.
Es claro que el gobernador Pullaro cree, y tiene razón, que en estas elecciones se plebiscita su mandato. Santa Fe no tiene elecciones provinciales de “medio término” como pasa a nivel nacional. Diputados y senadores provinciales se eligen junto con el gobernador cada cuatro años. ¿Será esta una de las modificaciones? Seguro que sí se derribará el concepto de que gobernador que gana se lleva la mayoría automática de 28 diputados. Eso surgió en un momento de mucha inestabilidad políticas frente al poder militar y por eso se estableció de esa manera.
Tanto cree Pullaro que se plebiscita su gestión que su campaña está orientada a mostrar obras e inversiones. No pasa un día sin que se anuncien nuevos proyectos y suculentos fondos frescos para seguridad fundamentalmente, pero también para salud, educación e infraestructura en general. O sea, no sólo camina cada rincón de la provincia para ganar en la elección de convencionales, sino también para imponerse en las próximas de gobernador en 2027. Obvio que descuenta que obtendrá la habilitación constitucional para ser reelecto.
Pero el mandatario sigue fiel a su estrategia inicial: No criticar directamente al presidente Javier Milei que con sus drásticos recortes a Santa Fe generó y genera un enorme daño que la provincia, por más declamaciones que haga, no puede reparar por sí sola. Sólo de vez en cuando sus ministros se hacen los enojados por las rutas nacionales que no se reparan. Después, la mayor parte del tiempo se finge demencia en la simulación de que se está frente a un gobierno nacional normal.
Al notar Unidos que para estas elecciones de convencionales en Santa Fe Milei será prescindente; esta estrategia se consolida: El candidato, libertario a convencional, Nicolás Mayoraz no mueve el amperímetro. Pero sí vigilan de cerca a quien mide más que la marca, el candidato a convencional libertario del departamento Rosario, el ex conductor de TV Juan Pedro Aleart.
Tan es así que con sus denuncias de discurso antipolítica armado en un laboratorio de Buenos Aires, acertó en el blanco con los funcionarios de Pullaro que son candidatos y tienen licencia con goce de sueldo. El gobernador tuvo que salir a anunciar que eso se terminaba. Uno a cero.
El que desespera es Ciro Seisas, senador provincial y también ex conductor del mismo envío televisivo, porque ya lleva unos años en la política y sufre el impacto de las descargas anticasta. Por eso es que Seisas está en todos y cada uno de los actos al lado del gobernador y del intendente Pablo Javkin anunciando obras, créditos y hasta la más nimia gestión de gobierno.
Otro competidor de la liga, pero desde el peronismo asegura: “Ciro hace un año y medio que es senador y no me trajo ni una bolsa de cemento. La única vez que vino a Funes fue para inaugurar un cajero automático”, lanza con toda la picardía posible el intendente Roly Santacroce, espada de Marcelo Lewandowski en el vasto territorio del gran Rosario.
Con dos ruedas en el barro
La modalidad impuesta por el macrismo primero a nivel nacional y perfeccionada y aumentada por la Libertad Avanza recientemente llega como ramalazos malolientes a Santa Fe donde, nadie dice que sea tierra de bebés de pecho, pero sí de ciertos estándares que no muchos están dispuestos a abandonar.
La lista de Amalia Granata insiste en usar un drama personal de Pullaro cuando era joven como estandarte de campaña, sin conseguir que nadie más se haga eco del asunto y que ni siquiera haga falta explicar nada al respecto. La mediática llegó hasta donde llegó así y no va cambiar su receta. Es lo único que tiene además. Si bien es rosarina su desarrollo en los programas de escándalos y chimentos nacionales son su pan de cada día.
El otro que sacó de las casillas al intendente Javkin es el precandidato a concejal Maxi Bagilet que ya había sido candidato de López Murphy y no tuvo ningún empacho de hacer esa campaña disfrazado de perro en la peatonal. Esta vez pidió que "el socialismo y Javkin "sean "exterminados". Y el intendente explotó: "Te voy a denunciar en la justicia porque sabés muy bien lo que implica la palabra 'exterminar' al lado de un apellido judío". Uno de los últimos posteos del precandidato es una foto de él sentado adentro de un pozo de Aguas Santafesinas en Rosario, con un vaso de vino en la mano.