“Era muy raro verla seria, siempre estaba con una sonrisa, hasta el último día”, rememora Alejandro Amdan. El fotógrafo es el curador de Nora siempre nos cuidó, una muestra fotográfica inaugurada el viernes en la reabierta sala Abraham Vigo del Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543). La muestra rinde homenaje al legado de Nora Cortiñas, cofundadora de Madres de Plaza de Mayo y una de las figuras emblemáticas de la lucha por la memoria y la justicia en la Argentina. Norita, para todos. Incluso para el propio Amdan, aunque cuenta que esta vez prescindió del diminutivo que inspiraba su cuerpo menudo y su carácter siempre jovial para realzar la grandeza de su obra por los derechos humanos y las causas sociales justas. “Nora era más fuerte y por eso siempre nos cuidó”, destaca. La muestra puede visitarse de lunes a viernes de 12 a 20 y los fines de semana de 14 a 22.
En la muestra hay, sin embargo, fotos serias. Hay fotos de Norita enojada, incluso, recagando a puteadas al milico que le fuerza el abrazo a una compañera. Hay fotos suyas con sus compañeras y el agua bien por encima de los tobillos por un diluvio que coincidió con su tradicional ronda de los jueves en Plaza de Mayo. Hay fotos, sobre todo, de los primeros tiempos. De cuando un grupo de fotógrafos –entre quienes se contaba Amdan- las seguía semana a semana en su reclamo, para luego acercarles los negativos y que ellas pudieran resguardar lo que no podía salir en los diarios por la censura y la autocensura.
“La idea era poner fotos que se vieron poco, sobre todo en aquella época muchas no se publicaban, entonces hay muchas de estas fotos que casi no se vieron. Hay algunas nuevas, de algunos fotógrafos que son más jóvenes, pero la mayoría somos de la época de los ‘80. Por eso son casi todas analógicas y en blanco y negro”, explica el fotógrafo-curador. “En las fotos aparecen, por ejemplo, Nora y Hebe juntas, y la separación de Madres fue en el ‘85, así que son bastante viejas. Inclusive hay fotos de Nora y Estela juntas también”, agrega. Y justifica: “por eso no hay fotos de ella con el pañuelo verde, un tema que obviamente apoyamos”.
“Al principio éramos muy pocos fotógrafos y había una relación de madres e hijos, porque nosotros teníamos casi la edad de sus hijos e hijas desaparecidas, entonces ellas tenían un cariño especial por nosotros y trataban de cuidarnos, por eso también la necesidad de mostrar esa época y lo que pasaba”, comenta Amdan. “Ellas se preocupaban mucho por nosotros durante las rondas, e inclusive después, porque iban a los medios a ver si estábamos y en esos momentos le dábamos las fotos que muchas veces no salían en los medios”.
Más allá de la sonrisa o el eventual gesto adusto, en todas las fotos se advierte una determinación imposible de aplacar. La certeza de hacer algo digno y necesario. “Salvo en los momentos de enfrentamiento, cuando ella tuvo una actitud muy combativa, en realidad siempre sonreían, y eso era lo que más me llamaba la atención”.
La selección de fotografías en el CCC pone de manifiesto también la necesidad de sostener la memoria, especialmente en esta época plagada de discursos no ya negacionistas, sino reivindicatorios de la represión ilegal de la última dictadura cívico-militar. “Creíamos que eso no lo íbamos a volver a vivir y ahora con el gobierno actual estamos volviendo a ver cosas que inclusive no pasaban”, manifiesta Amdan “Por ejemplo en la represión actual en las últimas manifestaciones que estuvimos es tanto o peor que en la época de la dictadura porque en la dictadura se cuidaban de tocar a la prensa en las marchas”, advierte y, también, recuerda a los colegas secuestrados y desaparecidos por el terrorismo de Estado, que entre fotógrafos y camarógrafos suma unas ochenta víctimas. “Por eso son las fotos más viejas, para tratar de explicar a las generaciones nuevas que no saben qué pasó, que nadie les explicó. Lo que pasó con nuestro compañero Pablo Grillo es gravísimo”.
“Los derechos humanos, la libertad de prensa, todas esas cosas por las que peleamos en aquella época hoy están pisoteadas y ojalá sirva esta inauguración, a la que vino mucha gente, incluso chicos jóvenes, o hasta gente grande que se sorprendía al ver algunas fotos por primera vez, o amigos y viejos como nosotros que se quebraron al ver otra vez esas imágenes y revivir esas épocas”. Ante todo eso, Norita, siempre un horizonte al que caminar, una virtud a la que aspirar. Norita. Y Nora, siempre.