Al menos seis personas murieron y otras 30 resultaron heridas este sábado en dos oleadas de ataques israelíes contra decenas de aldeas del sur del Líbano, en respuesta al lanzamiento de cohetes de esa zona hacia el norte de Israel, pese a la tregua vigente desde noviembre pasado entre el grupo chiíta libanés Hezbolá y el ejército israelí.

Según datos del Ministerio de Sanidad libanés, el ataque más mortífero tuvo lugar en la ciudad de Tulin, donde cinco personas murieron, entre ellas una niña, y 11 resultaron heridas, incluidos dos niños. El Centro de Operaciones de Emergencia de Salud Pública, dependiente del ministerio, indicó en un comunicado que una incursión israelí en la ciudad de Tiro mató a una persona. Las autoridades sanitarias libanesas informaron de una treintena de heridos en un balance preliminar en otras varias aldeas meridionales del Líbano blancos de ataques aéreos israelíes.

Tres lanzamientos de cohetes

El Ejército de Israel anunció, por su parte, lanzó una segunda oleada de bombardeos contra posiciones de Hezbolá, después de una primera en la que dijo haber atacado decenas de lanzacohetes de la formación chiíta. Los ataques responden a tres lanzamientos de cohetes desde territorio libanés que el Ejército israelí interceptó a primera hora de la mañana y que hicieron sonar las alarmas antiaéreas en la localidad israelí de Metula, a unos 150 metros de la frontera con el Líbano. Estos lanzamientos de proyectiles desde el sur del Líbano hacia Israel son los primeros desde la entrada en vigor del alto el fuego el pasado 27 de noviembre.

El alcalde de Metula, David Azoulay, informó que algunos habitantes decidieron dejar el pueblo tras los disparos de los cohetes y detalló que solo un ocho por ciento de la población regresó al lugar desde el inicio de la tregua.

El presidente del Líbano, Joseph Aoun, condenó los disparos hacia Israel, al considerar que arrastrarían al país árabe a un nuevo ciclo de violencia, y pidió al Ejército libanés investigar lo sucedido. Según un comunicado de su oficina de prensa, el mandatario libanés consideró: "Lo que ocurrió hoy en el sur (...) constituye un ataque persistente contra el Líbano y un golpe a su proyecto de rescate, sobre el cual los libaneses han acordado por unanimidad".

Aoun llamó a todas las fuerzas pertinentes en el sur del Líbano, en particular al comité de monitoreo del alto el fuego, así como al Ejército libanés, a monitorizar los acontecimientos con la máxima seriedad para evitar cualquier repercusión y frenar cualquier violación o negligencia que pudiera amenazar al país en estas circunstancias críticas.

El Ejército libanés anunció, por su parte, que llevó a cabo una operación de búsqueda e inspección que resultó en el descubrimiento de tres lanzacohetes en un área del sur del Líbano, poco después de que Israel afirmara haber interceptado los tres lanzamientos de proyectiles. Detalló que los lanzacohetes fueron hallados en la zona al norte del río Litani, entre las localidades de Kfar Tibnit y Arnoun en Nabatieh, y aseguró que, posteriormente, el Ejército procedió a desmantelarlos y a tomar las medidas necesarias para controlar la situación. 

La palabra de Hezbolá 

Ningún grupo ha asumido la autoría de esos nuevos lanzamientos, de los que Hezbolá se desvinculó, negando cualquier implicación y reiterando su compromiso con el acuerdo de alto el fuego. "Las acusaciones del enemigo israelí son pretextos para justificar sus continuos ataques contra el Líbano, que no han cesado desde que se anunció el alto el fuego", dijo la formación chiíta en un comunicado, en el que insistió que "apoya al Estado libanés al abordar esta peligrosa escalada sionista contra el Líbano".

El acuerdo, basado en la resolución 1701 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que puso fin a la guerra entre Hezbolá e Israel de 2006, estipula el desarme del grupo proiraní y la retirada de sus combatientes al norte del río Litani, y la de las tropas israelíes del sur libanés, y el despliegue del Ejército del Líbano en el lado libanés de la divisoria. La tregua, que expiró el 26 de enero, fue posteriormente prorrogada hasta el 18 de febrero, cuando las tropas israelíes se retiraron de casi todos los territorios que habían ocupado en el sur del país.