“El presidente Macri es el máximo responsable de la organización política y judicial para perseguir a la oposición”, afirmó la senadora electa y ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tras la decisión del juez federal Claudio Bonadio de procesarla con prisión preventiva y pedir su desafuero parlamentario por “traición a la patria” y “encubrimiento” del atentado a la AMIA. El eje de esas acusaciones es el Memorándum de entendimiento con Irán, cuyo objetivo era que los iraníes acusados del atentado respondieran ante la Justicia argentina, un acuerdo que fue aprobado por el Congreso, pero nunca entró en vigencia porque Irán no lo convalidó. Por orden del juez Bonadio, ayer fueron detenidos el ex secretario Legal y Técnico Carlos Zannini, el ex canciller Héctor Timerman, los dirigentes sociales Luis D’Elía y Fernando Esteche y el referente de la comunidad islámica Jorge Khalil. En una conferencia de prensa en el bloque de diputados del Frente para la Victoria-PJ –acompañada por legisladores de esa y otras fuerzas políticas–, CFK redobló la apuesta: “No quieren nuestra voz en el Senado denunciando. No nos vamos a callar, no nos vamos a asustar, no nos van a disciplinar frente al ajuste y el saqueo y tampoco nos vamos a dejar provocar”, dijo y propuso una “reacción serena” al “desvarío judicial” que impulsa el Gobierno. Denunció una “persecución inédita a la oposición en tiempos democráticos” y la existencia de una campaña de “hostigamiento y humillación”.
“Mauricio Macri es el director de la orquesta y Bonadio ejecuta la partitura judicial”, continuó Cristina Kirchner, flanqueada por el diputado y presidente del PJ nacional, José Luis Gioja, y el jefe de la bancada de diputados del FpV-PJ, Agustín Rossi. “Es también una cortina de humo –continuó– para intimidar y asustar a la dirigencia política y a la población. Para tapar el fracaso de la política económica, los tarifazos, la inflación, la reforma previsional de saqueo a los jubilados.”
CFK llegó al abarrotado tercer piso del Palacio Legislativo diez minutos antes de las 17. Tenía reservado el lugar central en la larga mesa donde estaban ya ubicados, Gioja, Rossi, el vicepresidente del bloque, Fernando Espinoza, los intendentes Verónica Magario (La Matanza) y Jorge Ferraresi (Avellaneda). En un extremo se sentó la esposa del detenido dirigente social Luis D’Elia, Alicia Sánchez. CFK comenzó por agradecer la solidaridad que le expresaron los legisladores del peronismo, muchos de los cuales colmaban el amplio salón. Entre otros, estaban Héctor Recalde, Juliana Di Tullio, Diana Conti, Teresa García y Daniel Scioli, a quien la Justicia allanaba en esos momentos una propiedad lindera a su casa de Villa la Ñata.
La ex presidenta agradeció también a “los partidos de izquierda y sus legisladores”, así como a otras fuerzas y organizaciones, como el Movimiento Evita. En la sala estaban la diputada Alcira Argumedo (Proyecto Sur) y la ex diputada Vilma Ripoll (MST). También algunos dirigentes que se habían distanciado del kirchnerismo, como Julián Domínguez o el senador Mario Pais, que pasó a integrar el interbloque Argentina Federal que comanda Miguel Pichetto.
Bonadio procesó a la senadora por “traición a la patria”, una acusación prevista para tiempos de guerra. Ella señaló que la firma del Memorándum con Irán en 2013 fue “un acto de política exterior no judiciable”, que fue aprobado por el Congreso y en el marco de las normas internacionales establecidas por la ONU.
“Es una causa inventada, un despropósito, una verdadera excusa para violar el Estado de Derecho, que nada tiene que ver con la justicia y la democracia. Bonadio lo sabe, el Gobierno lo sabe, Macri lo sabe”, dijo CFK y denunció la “persecución inédita a la oposición en tiempos democráticos”.
También se refirió a la actuación conjunta del Gobierno, la Justicia y los “medios de comunicación oficialistas”, “que no es inocente”. Repasó que durante la detención de Zannini en las primeras horas de ayer, en Río Gallegos, ya había cámaras filmando y que entre las 2.30 y las 3 de la madrugada los trolls del Gobierno, “que pagamos todos”, comenzaron a difundir la noticia para revertir las tendencias en las redes sociales, donde las principales preocupaciones eran las reformas previsional y laboral.
“Hay que avisarle al gobierno de Macri que la campaña electoral terminó en octubre y que se dedique a resolver las grandes necesidades que tienen la mayoría de los argentinos”, sentenció, en medio de aplausos.
Unas 30 cámaras de TV, decenas de fotógrafos y medio centenar de periodistas seguían apiñados las palabras de CFK.
“Mas importante que medir la actitud frente al pedido de desafuero, lo que quiero expresar a todos los compañeros y compañeras que integran el peronismo, y también a los que no forman parte de él pero creen que la variable de ajuste no puede pasar por los trabajadores y los jubilados, que se pronuncien defendiendo la necesidad de preservar los derechos de jubilados, de trabajadores y las grandes mayorías nacionales. Todo lo demás es una cuestión menor”, respondió Cristina Fernández a la pregunta de qué actitud esperaba, ante el pedido de desafuero, por parte de los senadores peronistas del bloque formado por Miguel Pichetto.
–¿Estaba al tanto de las conversaciones que mantenían D’Elía con Khalil, en las que decían que el memorándum mejoraría las relaciones comerciales con Irán? –le preguntaron.
–Desconozco qué tipo de conversaciones y relaciones tienen las personas, porque además nunca me he especializado en andar pinchando conversaciones telefónicas. Eso lo hacen otros –respondió CFK, quien también adelantó que “posiblemente” recurra a organismos internacionales.
Sobre las supuestas órdenes secretas que, según el juez, habría dado en el marco de la negociación con Irán, dijo que no existieron: “Es más de las series de Netflix. No tiene asidero jurídico ni institucional, es un gran disparate”.
–¿Por qué cree que en dos años sin fueros parlamentarios nunca fue procesada y ahora que está por asumir una banca de senadora llega esta decisión judicial? –le preguntaron.
–Creo que está directamente vinculado a la asunción como senadora. En realidad soy un solo voto y en todo caso podrá haber un grupo de senadores y senadoras que nos acompañen. En realidad, se ha podido ver en la votación de la reforma previsional que saquea a los jubilados, la pudieron aprobar cómodamente. Tal vez porque no había ninguna voz que dijera nada. No es una visión conspirativa, sino observación de la realidad. Pedir el desafuero por traición a la patria a 72 horas de asumir es un intento de disciplinamiento. Me quieren callada y con la espada de Damocles sobre mi cuello. También coincide con que el peronismo y sus aliados pierdan la mayoría en el Senado, que era el último dique institucional como para evitar normas como la reforma previsional y laboral –contestó CFK.
“Esto que están haciendo conmigo, lo están haciendo hoy con dirigentes sindicales, sociales y políticos”, agregó para afirmar que “no soy la única persona que está sufriendo este tipo de amenazas y extorsiones”. CFK se retiró entre besos y saludos. Los legisladores se preparaban a ir a Plaza de Mayo para reclamar por la vigencia del Estado de Derecho.