Disputar sentido, revisitar la historia para entender aquellos años de terror, tomar posición frente al negacionismo, algunas de las motivaciones que ensaya el joven grupo de estudiantes que está rodando un documental sobre la Masacre de El Gallinato, la cacería de perseguidos políticos, militantes y no, que fueron secuestrados y asesinados en Salta en septiembre de 1976, en el marco del terrorismo estatal.  

Gemma Pez Gamboa, Guadalupe Cazzullo, Maximiliano Diana, Lucrecia Bianchini, Alejo Gudiño y Tomás Lucero integran el equipo que está filmando el documental "Masacre de Gallinato: un silencio en el estruendo".

Gemma no es una estudiante más, es nieta de dos víctimas de aquellos hechos, Gemma Fernández Arcieri y Héctor Domingo "Guilo" Gamboa

La historia de Gemma, la nieta, estudiante avanzada de Comunicación en la Universidad Nacional de Córdoba, fue la inspiración para acometer esta pieza audiovisual. Con el reflote del negacionismo se plantearon, contó Gemma Pez, "¿cómo volvemos a dar estos debates?". "Capaz que hay que volver a contar el horror", planteó. Y eso implica poder aprender de esas personas que a pesar del horror no se dejan avasalllar, y poder trasladar eso a la juventud, dijo en una mesa de café junto a Guadalupe y Lucrecia. 

Guada, Lucrecia y Gemma


Entre la noche del 24 y las primeras horas del 25 de septiembre de 1976 los grupos de tareas arrasaron viviendas en la ciudad de Salta. Mataron a tiros al adolescente Martín Cobos, y secuestraron a Gemma Fernández, “Guilo” Gamboa, Daniel Loto Zurita, Silvia Aramayo y Carlos Estanislao Figueroa Rojas. Algunas de estas personas fueron luego asesinadas en el Abra El Gallinato, en el departamento La Caldera, a 15 kilómetros de la ciudad de Salta, un lugar hoy señalizado como lugar de exterminio. 

El equipo documentalista es joven, 21 y 22 años de edad. Gemma, Guada y Maximiliano estudian Comunicación Social, y Lucrecia, Alejo y Tomás están en la Licenciatura de Cine y Artes Audiovisuales de la UNC. 

El proyecto surgió en el grupo de comunicación el año pasado cuando el negacionismo se animó a mostrarse más, contó Lucrecia. Coincidieron muchas cosas, agregó Guada. "Fuimos entendiendo de qué manera nosotros queríamos ejercer la comunicación", como herramienta política, y cuando Gemma contó su historia de vida, decidieron contarla, en formato audiovisual, un lenguaje más cercano a las nuevas generaciones. 

Gemma agregó motivaciones: "Los que somos familiares como que nunca terminamos de entender lo que pasó", y "quería hacer algo para tratar de entenderlo mejor". La madre de Gemma, Mariana Gamboa, niña cuando su padre y su madre fueron secuestrados, fue abandonada en el jardín de un vecino, que la rescató y la entregó a su tía, Luisa Madozzo

Había como una latencia de hacer, dijo Guada, "de transformar lo que estábamos aprendiendo en algo", en esa situación Gemma contó su historia. 

Gemma y Guada ofrecieron un relato a dúo: pensaron en "utilizar de alguna manera esto para no quedarnos quietos", dijo Gemma. "Disputar sentido", añadió Guada. Y así fue consolidándose el proyecto documental, en una materia tenían que armar un guión y fue el puntapié para comenzar a materializarlo. Con el aporte del resto, el guión fue escrito por Maximiliano Diana, que es también el director del audiovisual.

En el lugar de exterminio Abra El Gallinato


En tiempos de ataque a la educación, Gemma, la menor del equipo, destacó "la importancia que tiene la Universidad pública porque sin la universidad no nos hubiéramos conocido. La universidad nos impulsó", aseguró. Además, la lucha por la universidad el año pasado fortaleció esa unión y les mostró que pueden organizarse, sostuvo Lucrecia.

El documental se financia con fondos autogestionados, con la ayuda de organizaciones y militantes de derechos humanos, con eventos y actividades y con la ayuda de las familias. "Le pusimos mucho tiempo". "Con Gemma siempre hablamos del privilegio de poder hacer esto" porque sus familias les apoyan, dijo Lucrecia. 

Los espacios que no pudieron seguir habitando 

El documental reconstruye los hechos de la noche del 24 y la madrugada del 25 de septiembre de 1976, cuando secuestraron a cinco personas y acribillaron a Martín Cobos. La investigación llega a los exterminios en El Gallinato, donde habrían sido asesinados, con explosivos, Gemma Fernández y su marido "Guilo" Gamboa. 

Gemma Pez recordó que en un sumario de la Policía de Salta se habla de los restos de un hombre y una mujer encontrados en El Gallinato. Luego Julio Gamboa, hermano de "Guilo", logró dar con restos maxilares de Gemma Fernández en una fosa común en el Cementerio de la Santa Cruz, en la ciudad de Salta, a donde habrían sido arrojados ella y su marido después de hallados en el abra. El juez federal Ricardo Lona despareció el maxilar. En El Gallinato se encontraron más restos humanos. 

En el documental estos hechos se cuentan con testimonios de familiares de las víctimas, de habitantes de La Caldera y vecinos de El Gallinato, detalló Gemma. "Para nosotros era reimportante poder recuperar esas voces", agregó Guada. "Era importante visitar esos lugares que habitaban esas personas y que no pudieron seguir habitando", explicó Gemma. 

Entre esos lugares se cuenta la Universidad Nacional de Salta, Gemma Fernández y Silvia Aramayo eran docentes ahí y Carlos Rojas era estudiante. 

La realización también se detiene en la continuidad de las familias y repasa el terror instalado. "Y que aún así son personas (las sobrevivientes, los familiares) que nunca abandonaron la lucha" ni sus convicciones, destacó Gemma. Y Guada reforzó esa idea: "Lo que más nos llamó la atención es que todos las entrevistas terminaban con un mensaje de esperanza". Volvió a mencionar las conviciones. "Para nosotros es un legado eso", afirmó. 

El testimonio de Nora Leonard, ex detenida 


Entonces fue que Gemma habló del negacionismo y reflexionó sobre dar de nuevo estos debates. Guada aportó que lo que están haciendo "es tomar un poco la posta también", e insistió en la adecuación del mensaje a un lenguaje que se usa hoy, si bien se basaron en el libro de la ex detenida política y militante por los derechos humanos Lucrecia Barquet y la historiadora Raquel Adet, "La represión en Salta 1970 - 1983. Testimonios y documentos", y en las sentencias. Como hoy un libro es difícil de divulgar pensaron en transformar esos contenidos a un formato de mayor difusión. 

Guadalupe se ilusiona con que el documental se difunda en las escuelas. De esta manera se podría aportar a una mayor claridad sobre los años del terrorismo estatal, porque quizás la gente no lo entiende bien, si a ella que está involucrada directamente le costó comprenderlo, indicó Gemma. 

Organizar el odio es fácil

El equipo realizador se propone estrenar el documental el 24 de septiembre, aunque todavía falta organizar el circuito de difusión. 

En la conversación Guadalupe volvió sobre las razones para esta obra. Se trata de memoria activa, de tener frescos estos hechos y "con ese lente leer lo que pasa ahora para no repetirlo", dijo. 

Y como "sigue habiendo esa discusión", añadió Gemma, viene a meterse justo ahí, a discutir sentido, a recordar la gravedad de los crímenes cometidos en el marco de la última dictadura cívico militar, y también como advertencia de que aquella crueldad se puede "replicar en gente de nuestra edad cuando se avala que gente salga en un Falcon verde a tapar los murales de los nietos recuperados", sumó Lucrecia.

La vigencia, la actualidad de estos temas, lo da también el hecho de que hace poco se haya identificado al nieto 138 y la nieta 139, apropiados por el terrorismo, señaló Gemma. Y aquel tuit del presidente Javier Milei, sobre ir a buscar zurdos. Sin embargo, Gemma prefirió no responder esas provocaciones: "Organizar el odio es fácil. Lo difícil es lo otro". "No sirve de nada responder, duplicar el odio", se explicó.

No es sorpresa nada de lo que diga el Presidente. "Él llegó al poder con ese discurso", agregó Guada. "Elegimos no darle entidad pero no en el sentido de ignorarlo, sino que elegimos dar la pelea desde otro lugar. Nuestra militancia es estar en la calle".