La lluvia volvió a hacer de las suyas en Lollapalooza Argentina. Sin embargo, antes de que en la noche del sábado desatara su saña sobre el Hipódromo de San Isidro, Shawn Mendes logró consumar su idilio con el público argentino. Este Nelly Furtado de la “Generación de cristal”, por su origen luso canadiense, hizo alarde de esa condición etaria al protagonizar un show sensiblero. Lo que quedó patentado en su vínculo con el público y en ese cancionero arreado por el pop. De lo que puede dar constancia el final de su hora y media de show, para la que rescató “In My Blood”. Aunque no fue el único hit al que recurrió. En medio de sus intervenciones en español en el Flow Stage, el músico sorprendió al interpretar con la guitarra acústica “Gracias a la vida”, de Violeta Parra, que descubrió días atrás en Buenos Aires gracias a la versión de Mercedes Sosa.

Mendes se estrenó en el país en calidad de headliner de la segunda fecha del festival, rol que compartió con otro debutante en los escenarios locales: Tool. Este grupo insignia del metal progresivo saltó al Samsung Stage un rato antes, en lo que fue una performance que tuvo sabor a carta de presentación. De hecho, Maynard James Keenan, cantante del cuarteto estadounidense, dijo en su primera alocución: “Hola, es un gusto conocerlos”. Por lo menos dos décadas tuvieron que esperar para este momento sus seguidores argentinos, a quienes se les podía identificar no sólo por las remeras alegóricas a la banda, sino también porque bollaron por el predio (en pequeñas células o solos) buscando cómo matar el tiempo hasta la hora del recital. No obstante, hubo público ajeno al género que se acercó a ver en qué consistía lo que hacen.

Sería interesante conocer su opinión luego de lo que percibieron, porque no hay dudas de que el espectáculo fue una experiencia única. Y es que la banda de Los Angeles es dueña de una propuesta atractiva y en ocasiones inclusiva, especialmente en lo estético, pero compleja. Sus canciones no explotan cuando todos lo esperan (al menos como sucede en otros estilos más efectistas del rock), su música está caracterizada por su extensión, el relato que manejan aborda la filosofía y sus ejecutantes están a años luz del palo y a la bolsa. El guitarrista Adam Jones, el baterista Danny Carey y el bajista Justin Chancellor son unos músicos notables, amén de virtuosos en vías de extinción, que se abocaron a llevar adelante una síntesis psicodélica de su discografía, de la que quedó afuera su primer álbum, Undertow (1993).

Durante la tarde, en el viaje en tren desde Retiro hasta la estación Acassuso, dos chicos se preguntaban si el frontman cantaría al lado del baterista, tal como se suele ubicar siempre en sus presentaciones en vivo. Y esta vez no fue la excepción. Además, en ese lugar giraba en círculos, en los pasajes instrumentales, mientras lucía su cresta incendiaria. Otro rasgo llamativo del show fue el cuidado por la calidad de audio. No sólo es escuchaba fantástico, desde cualquier parte, sino que no aturdía. En contraste con el maremágnum ruidoso de la leyenda brasileña del metal Sepultura, cuyo recital en el Alternative Stage le sirvió de antesala a Tool, e incluso con la actuación de Wos, que sonó fuerte. Como para que nadie, a varios metros a la redonda, se perdiera lo que estaba sucediendo.

Sepultura. Imagen: Cecilia Salas. 

El revolucionario artista argentino se presentó al caer la tarde en el Samsung Stage, donde alternó sus facetas como cantante, rapero y freestyler. Y este último trazo quedó de manifiesto en el tramo final de su intervención, antes de cantar “Culpa” y durante “Cambiando la piel”, apoyado por una banda solvente. En coincidencia con el paso de Miranda! por el evento el año pasado, en el mismo tablado, el álter ego de Valentín Oliva desenvainó su flow frente a un mar de gente, justo en un instante en el que sólo se encontraba en funcionamiento el Perry’s Stage, con el tándem de música electrónica Kasablanca en acción. “Vi que estuvieron bastante activos”, dijo previo a “Púrpura”. “Pero si alguno se quedó con una mala energía, que me acompañe”.

Wos. Imagen: Alejandra Morasano. 

Si bien Wos es uno de los artistas de su generación que no tiene pelos en la lengua cuando hace algún llamado de atención sobre esta compleja época del país, en esta oportunidad sus canciones hablaron por él. Sin embargo, Dum Chica sí se atrevió a utilizar su participación en esta versión de Lollapalooza a manera de vitrina política. Al momento de hacer “RA”, canción partícipe de su más reciente disco, Súper Premium Ultra (2024), en las pantallas del Samsung Stage, como parte de las visuales de la dupla argentina, se pudo ver a un Milei diabólico, con cuernos incluidos, echando sangre por la boca, lo que inmediatamente generó revuelo en las redes. Fue por eso que posteriormente la banda tuvo que emitir un comunicado en su cuenta de Instagram para despegar a la organización del festival de su activación.

El laboratorio post punk constituido por la cantante Lucila Storino y la bajista Juana Gallardo es uno de los nombres referenciales del “Nuevo under”, escena que se tornó en uno de los bastiones musicales críticos del actual gobierno nacional. Las chicas fueron convocadas para inaugurar al mediodía ese tablado, en el que más tarde estuvo Inhaler: una de las sensaciones de la actual movida irlandesa, comandada por los raperos Kneepcap y la banda post punk Fontaines D.C., que era de uno de los actos más esperados del festival. Hasta que su cantante anunció el lunes pasado que debían cancelar porque le diagnosticaron una hernia discal. Los de Dublín sacaron a relucir en su presentación un indie rock de abolengo británico, lo que corrobora su nuevo disco, Open Wide, publicado en febrero de este año.

Al mismo tiempo que el cuarteto tocaba en el Samsung Stage, los indie pop surcoreanos Wave to Earth arrancaban lágrimas a su fandom en el Samsung Stage. En tanto que los dream pop The Marías desbordaban onirismo y sensualidad en el Flow Stage, alternando temas en inglés y español. El sexteto angelino liderado por la cantante María Zardoya, que la rompió el jueves en su sideshow en Teatro Vorterix, es una de esas joyitas que de tanto en tanto aparecen en la grilla del festival. Al igual que el extravagante Teddy Swims, defensor de una impronta en la que dialogan el soul y el country. Durante su performance en el Alternative Stage tuvo como invitado al rapero argentino Tiago PZK, con el que juntó fuerzas en dos temas, tras realizar un show gratuito en Caballito. Son esas cosas que sólo pasan en el Lolla.