Oriunda de Francisco Madero, del estado Coahuila, Vivir Quintana es una cantora, compositora y activista mexicana que logró trascender fronteras con una voz profunda y ancestral, y un mensaje que conecta con las problemáticas sociales de este tiempo. En medio de su gira internacional Fuimos Todas Tour, la artista cantó en las calles de Madrid, España, su himno feminista “Canción sin miedo” junto a miles de mujeres durante el 8M. “Fue una sorpresa porque yo había dicho que siempre iba a marchar en México. Pero cuando armamos la gira y vimos que iba a caer el 8 de marzo en Madrid dije: ‘Bueno, la resistencia y la lucha está en donde estemos las mujeres, las compañeras que estamos tratando de que las cosas cambien’. Entonces, en Madrid me puse en contacto con la colectiva de mujeres Mariposas Monarcas Migrantes y marché con ellas”, cuenta Quintana, quien se presentará por primera vez en Argentina el martes 25 a las 21 en La Tangente (Honduras 5317).

-¿Por qué creés que esa canción trascendió fronteras y es tan importante para el movimiento feminista?

-El 7 de marzo la canción cumplió cinco años de haber salido. Ha trascendido porque justamente es una situación que está pasando en todo el mundo. No solamente en México, la Argentina o Chile, sino que lamentablemente es un problema fuerte el que se está viviendo en cuanto a los feminicidios a nivel mundial. Por eso siento que ha traspasado tantas fronteras, porque después de todo nos damos cuenta que la música es una herramienta de transformación y llega a muchos lugares. Cambian los contextos sociales, cambian los nombres de las compañeras que han sido víctimas del feminicidio, y cada región o territorio adecua el problema a su contexto social.

-¿Asumís como un compromiso personal el hecho de cantar sobre cuestiones sociales y políticos, o necesariamente los artistas son un reflejo de su época?

-No todos los artistas lo hacen; de hecho, no es una obligación hacerlo. Yo considero más bien que si la vida te da talento, pues también puedes usarlo para ponerlo al servicio de una causa. Y en este caso a mí me mueve muchísimo usar las herramientas más grandes que tengo, que son la palabra y mi voz, para contar las cosas que me mueven muchísimo, como la violencia de género. Creo que es importante que se cuenten historias que nos suceden todo el tiempo, que están ahí y a veces las normalizamos. La música es un medio por el cual puedes exponer las situaciones diversas que pasan en tu país, en tu sociedad, en tu casa, con tus vínculos. También son noticiarios que pueden llegarle más rápido a la gente. No quiero educar a la gente o no quiero que crean en lo que yo creo, pero sí quiero que sepan que existen otras formas de ver el mundo y otro tipo de narrativas adentro de la música, sobre todo en la música regional mexicana. Entonces, no es una obligación hacerlo, pero para mí es una convicción. Mientras tenga voz, guitarra y mano seguiré tratando de hacerlo.

En su último disco, Te mereces un amor (2023), la mexicana toma la música tradicional del noroeste de México, en especial el corrido, y lo mezcla con la canción contemporánea. Pero sobre todo, el principal aporte de la artista es desde una poética rupturista, irreverente y feminista. “Tengo una relación muy cercana con el corrido y la traigo súper metida en la sangre, en el inconsciente”, resalta Quintana. "Hubo una época en la que  quería hacer pop, pero cuando hacía canciones regionales me salían súper rápido, súper fácil. Entendí que hay que ponerse también en donde uno sabe que es bueno para hacer las cosas. Entonces, empecé a trabajar muchísimo y explorar ese lado regional de la música mexicana. El proceso creativo que tengo es fijarme muchísimo en la combinación de las palabras para hacer frases que conecten con la gente. La música regional mexicana, como es tan del pueblo, conecta súper lindo con la gente. Es importante que los artistas tengamos esa conexión; no solamente decir lo que nos pasa sino también hacer un reflejo con la gente para identificarnos en los mismos sucesos. Y esa conexión la logra la música regional”.

-El corrido mexicano, como pasa con músicas folklóricas y tradicionales en todo el mundo, a veces tiene un componente misógino o machista. ¿El desafío principal es trabajar la parte poética, qué decir?

-Creo que todos los géneros musicales están plagados de violencia disfrazada de romanticismo, en todos los países.  Trato de cuidar mucho las palabras que uso porque los artistas tenemos que tener una responsabilidad sobre lo que estamos diciendo, sobre todo en momentos tan difíciles -tanto políticos como sociales- como el que estamos viviendo en todos lados. En México ahorita está fuerte la narcocultura, pero también están los corridos con otras poéticas, otras maneras de escribir. Entonces, trato de que vean que hay otra manera de formar frases, palabras, música y baile. Y también desahogarnos una tarde con nuestras amigas con unas cervezas.

En este momento, Quintana se encuentra terminando su nuevo disco, Cosas que sorprenden a la audiencia, que se lanzará el 24 de abril. Hasta el momento, publicó varios adelantos, como “Mi cobija”, “Más libre que en casa” y “La nochebuena más triste”. Se trata de un disco conceptual inspirado en historias de mujeres privadas de su libertad, en cárceles. “Son diez historias de mujeres que se defendieron de sus agresores y lamentablemente las privaron de su libertad física”, precisa. “Llevo diez años trabajando en este disco, porque fue un proceso largo y difícil, también a nivel personal. Fue difícil buscar estas historias, entrar a diferentes cárceles, centros de readaptación social y encontrar a estas compañeras, porque muchas veces en lugar de caratular ‘legítima defensa’ les ponen ‘exceso de legítima defensa’ u ‘homicidio’”.

“Entonces, se pierden estos casos y es difícil encontrarlos –sigue-. A mí se me hace súper injusto que te defiendas de una agresión sexual, que defiendas a tus hijos o a ti misma y seas encarcelada. La música es un medio por el cual podemos hacer denuncias y mandar mensajes contundentes y claros. Para hablar este lenguaje se necesita no revictimizar a las víctimas. Entonces, fue un proceso muy cuidado para que cada canción no sea un morbo o una revictimización. Lo hice desde el respeto, el amor y la dignidad. Y también cuidando mucho lo que ellas necesitan mostrar”.

-A Claudia Sheinbaum le escribiste la canción “Compañera presidenta”, ¿Qué representa para vos que haya una presidenta mujer en México y qué expectativas tenés para el futuro de tu país?

-Me pone muy contenta que haya una mujer presidenta, porque en 200 años no había habido nunca una mujer en este cargo público tan importante. Muchas veces se cree que las mujeres somos débiles y que actuamos con el estómago, no con las emociones; y no está mal, qué bueno sentir y guiarnos por la intuición. La doctora Claudia Sheinbaum está tratando de hacerlo de la mejor manera posible. A nadie le enseñan como dirigir un país y creo que lo va a hacer a la guía del pueblo también. Hay mucha gente que dice: "A ver si es cierto que una mujer puede cambiar el rumbo de México". ¡Pero han pasado 200 años y en seis no se va a ver un cambio absoluto! Dicen que para que haya un cambio social importante tienen que pasar 50 años. Entonces, lo único que puedo hacer es acompañar a la presidenta siendo una buena ciudadana y tratando de hacer las cosas de la mejor manera posible en mi pequeño círculo: en mi casa,con mi familia y con la música. Siempre tratando de exigirle en cuanto a lo que yo también doy. Es una oportunidad para muchas niñas y niños ver que es posible que haya una mujer en este puesto. Cuando fue la toma de posesión yo estaba muy emocionada, porque pensé que nunca iba a verlo.