El presidente designado para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP30 en Belém, André Corrêa do Lago, pidió que en noviembre en la ciudad amazónica los líderes se vuelvan a comprometer con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5ºC y también con la movilización de suficiente financiación para los países en desarrollo.
En la apertura del 16º Diálogo sobre el Clima de Petersberg, que marca el rumbo de las negociaciones sobre la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Brasil, Corrêa do Lago señaló que la COP30 "debe ser un punto de inflexión". "Hemos debatido, discutido y negociado. Ahora es el momento de la aplicación. El mundo está mirando. El planeta está esperando", dijo.
"El Acuerdo de París es nuestra hoja de ruta compartida para un futuro sostenible. El objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5ºC es más urgente que nunca. En la COP 30 debemos volver a comprometernos con este objetivo y trabajar para garantizar que cada país refuerce sus contribuciones nacionales", recalcó.
Corrêa do Lago sostuvo no obstante que los compromisos por sí solos no bastan. "Debemos hacernos responsables de las promesas realizadas e intensificar nuestras acciones para alcanzar estos objetivos. No podemos permitirnos esperar más", enfatizó.
Explicó que el actual sistema de gobernanza y las capacidades estatales y multilaterales no están preparados para el grave riesgo del que nos advierte la Ciencia.
La nueva plataforma de Lula
Corrêa do Lago recordó que en la cumbre del G20 en Río de Janeiro el año pasado el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, propuso explorar el concepto de un nuevo Consejo de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para acelerar la aplicación del Acuerdo de París y las decisiones de las conferencias COP mediante la agregación de esfuerzos que actualmente están fragmentados.
"La cooperación internacional podría beneficiarse de una plataforma permanente para compartir rápidamente datos, conocimientos e inteligencia al tiempo que se aprovechan las redes de contacto y se articulan recursos, procesos, mecanismos y actores dentro y fuera de la ONU", sostuvo.
Sería una plataforma para apoyar también a los países vulnerables en situaciones de emergencia, aplicando el Acuerdo de París y las decisiones de la COP, añadió. "Tenemos que marcar la diferencia a nivel local alineando los esfuerzos a nivel mundial", sentenció.
El presidente designado de la COP30 recalcó que los países en desarrollo y las comunidades vulnerables, especialmente los del Sur Global, "son los que más sufren los efectos del cambio climático a pesar de ser los que menos contribuyen al problema".
Corrêa do Lago indicó que la justicia climática no es una mera aspiración, sino un principio fundamental que debe sustentar cada decisión que se tome en la COP30.
"Debemos garantizar que las comunidades más afectadas estén en el centro de nuestras soluciones y que escuchemos sus voces a la hora de dar forma al camino a seguir", recalcó.