El bienio 1977-1978 fue para Neil Young muy intenso. Prolífico. Superó la media de un trayecto en general gordo en discos, shows, cosas de la música. Al ecléctico American Stars'n Bars, noveno trabajo solista (el de “Like a Hurricane”) en el que el canadiense de entonces jóvenes 33 años se dejó secundar por los Crazy Horse y la cantante Linda Ronstadt con muy buen tino, le sucedía Comes a Time (1978), más purista que aquel en términos de preciso country-folk. También respaldado por los Crazy Horse, el disco (que incluía “Motorcycle Mama”) pegó lindo entonces, sobre todo entre los seguidores de la primera hora. Pues bien, a este hiato temporal corresponde un nuevo hallazgo en el imparable devenir discográfico de Neil: Oceanside Countryside.

Editado recientemente en vinilo -negro y transparente- por Reprise Records como parte de nueva Analog Original Series de los archivos del músico, Oceanside Countryside se grabó entre mayo y el ocaso de 1977, justamente en medio de los discos antedichos. Consta de nueve canciones, cuyas mezclas originales fueron realizadas al momento de la grabación, y, a diferencia de sus discos laderos, el cantautor no es secundado por los Crazy Horse sino por Crazy Mama's, una banda de amigos de Nashville. “Espero que este tesoro de una grabación original analógica te traiga tanta alegría como me ha traído a mí”, ha dicho Neil, a propósito de la vieja buena nueva, cuyo nombre se divide en dos para titular cada faz del vinilo.

La cara 1, constituida por cinco temas, se llama Oceanside por su locación costera (fue grabado entre Florida y Malibú). La 2 -con un tema menos- es Countryside, porque Neil la registró en Nashville, con los mencionados amigos. Pero ambas contienen en unidad a un ser siempre bifronte: al Young sensible que ensueña con su acústica, obvio; pero también al mundano, que se deja acompañar buscando otro destino. Al primer mundo estético, el oceánico, solitario y calmo, pertenecen pues dos gemas a la mandolina como “Goin' Back” y “Sail Away” –el primero es parte también de Comes a time, obviamente en otra versión-, “Captain Kennedy”, “Lost in Space” –ambas irían a parar al posterior Hawks & Doves, con leves modificaciones- y “Human Higway”, que también comparte disco con Comes a time

Al segundo capítulo, el compartido, corresponden la canción pro indígena “Pocahontas” –con solo de Neil incluido- ; “The Old Homestead”, menos conocida y apoteósica en su theremín; “Field of Opportunity”, “It Might Have Been”, nostalgiosa en su guitarra en cuatro cuartos, y “Dance, dance, dance”, cuyo sentimiento se traslada al violín a cargo de Rufus Thibodeaux, uno de los amigos del canadiense que, a casi cincuenta años de aquel trabajo desconocido que acaba de ver la luz, sigue en la senda. Y no solo por el tema que acaba de lanzar junto a los Chrome Hearts, bajo el nombre de “Big Change”, sino por su esperadísima participación –con 79 años- en el Glastonbury 2025, tras levantar el boicot que había amenazado hacerle al festival, por la intromisión de la BBC en sus decisiones artísticas a la hora de realizar la televisación.