Rusia y Ucrania se comprometieron este martes, después de tres días de negociaciones por separado con Estados Unidos en Arabia Saudita, a suspender los ataques contra sus infraestructuras energéticas y a asegurar la libre navegación en el mar Negro, pero para aplicar las treguas ambas partes imponen aún una serie de condiciones. Esta nueva ronda de negociaciones terminó sin una declaración conjunta firmada por las tres partes y sin que se especificaran la fecha, la hora y los términos y condiciones en que se harán efectivas las dos treguas, sobre cuyos detalles seguirán trabajando las tres partes implicadas en los próximos días. 

Las exigencias rusas

El principal obstáculo para que se materialice el cese de las acciones militares en el mar Negro es la condición exigida por Moscú de que se levanten antes las sanciones impuestas por EE.UU., y también por Europa, a su sector agrícola. Entre ellas destaca la reconexión al Swift del banco agrícola ruso, Rosseljozbank, y de otras entidades financieras similares; el levantamiento de sanciones a los suministros de repuestos y equipamiento para la maquinaria agrícola y el desbloqueo del servicio portuario a barcos mercantes que participan en la exportación de alimentos y fertilizantes rusos, según explicó el Kremlin en un comunicado.

Además Moscú destaca la necesidad de levantar las restricciones a las operaciones financieras vinculadas al comercio, a las compañías que producen y comercializan alimentos y fertilizantes y también a las aseguradoras que operen en ese sector. Según la declaración oficial de Washington sobre los contactos con Rusia, EE.UU. se compromete a ayudar a Moscú a avanzar hacia algunos de estos objetivos.

En la que fue la primera declaración rusa tras el cierre de las negociaciones, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, dio a entender que el Kremlin se negó a aprobar un comunicado conjunto a tres bandas. Lavrov dijo que los rusos hubieran querido reunirse con los estadounidenses sin la presencia de los ucranianos en Arabia Saudita, y declaró que Moscú exige para que se llegue a acuerdos "garantías y mecanismos más claros, concretos, verificables y aplicables posibles" con los que Washington se asegure de hacer cumplir a Kiev.

Desde julio de 2022 hasta julio de 2023, un pacto permitió a Ucrania exportar cereal a pesar de la presencia de la flota rusa en la zona. Rusia, un importante exportador de trigo y fertilizantes, se retiró unilateralmente del acuerdo, acusando a las potencias occidentales de no respetar sus compromisos de aliviar las sanciones a las exportaciones rusas. 

Kiev pide ampliar la tregua energética

En lo que respecta a la parte ucraniana, el presidente Volodimir Zelenski dijo que considera el resultado de las reuniones de Riad "pasos correctos", aunque más tarde indicó que los rusos "ya están tratando de retorcer los acuerdos y engañar a nuestros mediadores y a todo el mundo". El mandatario ucraniano se mostró partidario de que las dos treguas se hagan efectivas desde el momento mismo de la publicación de los compromisos alcanzados, pero ambos comunicados emitidos por EE.UU. sobre las consultas con cada uno de los bandos dejan claro que todavía quedan flancos por cerrar.

Según el punto que habla de la tregua energética, las partes beligerantes acordaron con EE.UU. "desarrollar medidas" para poner fin a los ataques contra las infraestructuras energéticas de Rusia y Ucrania. El Kremlin aseguró en un comunicado haber acordado con Estados Unidos una lista de infraestructuras energéticas en territorio ruso y ucraniano que entran en dicha tregua.

La lista incluye centrales eléctricas e hidroeléctricas, subestaciones, transformadores y cualquier instalación generadora o transmisora de electricidad, señala la nota. Además ambos bandos tampoco podrán atacar gasoductos, estaciones de compresión de gas, oleoductos, depósitos de petróleo y refinerías. Rusos y ucranianos también se comprometen a no golpear las plantas nucleares, algo de lo que ambos bandos se acusan mutuamente desde el comienzo de la guerra, especialmente en el caso de la planta de Zaporiyia, la mayor de Europa.

Los combates continúan

Putin, cuyo ejército avanza sobre el terreno, no parece tener apuro por concluir un acuerdo mientras sus soldados no hayan expulsado a las tropas ucranianas de la región fronteriza rusa de Kursk. Rusos y ucranianos se acusan mutuamente de proseguir los ataques. El lunes un ataque ruso hirió a 101 personas, entre ellas 23 niños, en Sumi, en el nordeste de Ucrania, según las autoridades de la localidad. Por su parte el ejército ruso anunció la toma de dos localidades en el sur y el este del país.

Putin denunció este martes que los militares ucranianos destruyen todo en su retirada de la región de Kursk, incluyendo las iglesias y otras instituciones que son patrimonio nacional. "Lamentablemente después de que nuestras tropas, nuestros muchachos, expulsan al enemigo de las localidades, estos destruyen objetivos industriales, energéticos y centros culturales", afirmó durante la sesión del Consejo Presidencial para la Cultura y el Arte de Rusia.

El mandatario ruso dijo que incluso tras su retirada, las fuerzas ucranianas "atacan deliberadamente objetivos del patrimonio cultural y centros espirituales" de esta región, que estuvo bajo control del Ejército ucraniano durante casi medio año. "Hace poco los militares me informaron que (los ucranianos) colocaron varias decenas de proyectiles en una de las iglesias antes de huir de la localidad", advirtió Putin.