"Cuiden a los que tienen al lado, pregunten, amen una banda, sean luz, digan lo que tengan que decir aunque nadie quiera que lo digan, cuídense a ustedes mismos más que a nada y valórense a ustedes mismos como valorarían a quien más aman." Barto elige cerrar esta charla con el NO a través de una frase para los demás. Es una recomendación general, pero los pensamientos que lo asaltan sobre el freestyle también tienen una polaridad más colectiva y humana que competitiva.

Aunque a los 13 años, en su Salsipuedes natal, se haya enamorado de la disciplina por la posibilidad de "ir a una competencia y ganar", poco después podría notar una amplitud mayor en ese universo. "Cuando entendí que podía tomarlo como un mambo más introspectivo que me permitiría llegar a conocerme de otras maneras, cambié totalmente. Cambió mi estilo, mi personalidad. Ahí me di cuenta de que el freestyle tiene que ver con todo", reconoce el MC de 19 años.

La sexta temporada de FMS Argentina va a llegar hoy a su fin, con la última doble jornada a disputarse desde las 19.30 en Arena Sur (Av. Sáenz 459). Si bien Barto descendió la fecha pasada, tiene expectativas por las dos batallas que todavía le quedan enfrente: la leyenda Klan y la extra player Sophia T. "Voy a encarar la jornada sabiendo que me voy, muy nostálgico y con mucho amor, porque voy contra gente que va a tener su última fecha también. Klan se retira y Sophia representa la parte under que también se puede ver en la liga", concede el cordobés, que mientras tanto proyecta su carrera como músico y trabaja en un primer EP. "Sé que el freestyle simplemente es un paso, una puerta o un camino –dice–. Me veo más como artista, sacando música, activando discos y giritas, que en una batalla toda la vida."

Foto: Irish Suárez, gentileza de prensa de FMS

  • ¿Te sentiste tironeado por esos dos mundos en esta temporada?
  • Claro, en la liga me siento así. Aunque esté compitiendo en FMS, igualmente sigo cayendo a la plaza. Cuando compito en la liga me muestro y siento que puedo dejar algo de la plaza en el escenario, que la gente pueda verlo y recordarlo cuando vuelva a casa. Cuando voy contra alguien del under es como ir contra un hermano de la plaza.

  • ¿Qué hay en la plaza que no se encuentra en los grandes escenarios?
  • La chispa siempre está en todos lados. Pero en la plaza no importa tu nombre sino lo que decís, entonces le van a dar poder a eso, van a hacértelo saber haciendo explotar todo y te va vibrar hasta el alma. No sé si en el escenario sea igual.

  • En este tramo de FMS, ¿qué fuiste aprendiendo lentamente y qué tuviste que aprender a las patadas?
  • Fui aprendiendo a mirar a todos los competidores y darme cuenta de que cada uno está activando por un lado distinto para autoabastecerse. En esta liga, todos están haciendo algo para poder crecer. Entonces me dieron ganas de hacer cosas, como salir a armar una fechita. Eso lo aprendí naturalmente. Y tuve que aprender a las patadas a no quedarme atrás. Aunque no tenga ni un punto, decir: "Este es mi lugar, me gusta estar acá. No importa si gano o pierdo, voy a batallar igual". Me gusta compartir con los pibes. Me voy con la frente re en alto. A luchar por lo mío, me enseñó una banda.

  • Llegaste como un representante del under. ¿Cómo fue dar ese salto?
  • Se siente muy diferente en el trato. Te das cuenta de que organizaciones como FMS o Red Bull le pueden dar valor a tu freestyle. Pasás de una plaza (donde podés seguir estando) a un escenario donde fuiste, comiste, capaz te cortaste el pelo, te entrevistaron… ahí te das cuenta de que les interesa lo que tenés para decir, de dónde venís y hacia dónde vas. Ese salto te da un valor, y la misma organización te lo hace saber.

  • Esa parece ser una diferencia más enfocada en lo que rodea a la competencia que a su nivel…
  • Totalmente. La competencia también es sociedad, es un conjunto o un organismo. Los jurados, el beatmaker, los sonidistas… también son parte del arte en cierto punto. Conocer a las personas, estar ahí atrás, te va haciendo dar cuenta del valor que hay más allá de una simple competencia.

  • ¿Te sentiste infravalorado esta temporada?
  • No me siento ni infravalorado ni sobrevalorado. Me siento valorado, lo justo y necesario. Sería injusto decir que estoy sobrevalorado o infravalorado cuando hay gente que en cada fecha se me acerca y me tira la mejor. Aunque no sean muchísimos ni sean muy pocos, son los suficientes como para que yo diga: "Hay gente que me valora". A cierto tipo de gente le llegué, y otros igualmente respetan que yo esté. Me siento bien, nunca me había pasado.

Foto: Irish Suárez, gentileza de prensa de FMS

  • De todas las discusiones que sobrevuelan la escena, ¿cuál pensás que es la más interesante?
  • Lo más interesante es cuando se discute si el freestyle está muerto. Para mí es todo lo contrario: lo que está muerto es la masividad y no el freestyle en sí, que está llegando a un punto de mucha más evolución del que había cuando se dio el boom. Ahora el freestyle está abriendo las puertas y las cabezas de miles de personas. Incluso ha salvado vidas. Hay cosas que ya no se dicen más. Ya no se habla de las madres, de las novias. Las rimas, las técnicas, cuántas barras tirás, cuántos acotes tirás por barra, la manera de decir las cosas… ya no hay una sola manera de hacer freestyle. Los que dicen que está muerto lo hacen porque murió la parte que les gustaba a ellos, y no aceptan que pueda hacerse de otra forma. Hay momentos para todo y para todos, cualquiera se puede animar.

  • En tu última batalla contra Dybbuk le dijiste que batallaba como los mexicanos y no como los argentinos. ¿Cómo batallan los argentinos?
  • Con el corazón, supongo. Por lo menos, los argentinos que yo respeto. Igual al Dybbuk, hermanazo mío, se lo dije porque siempre le hincho los huevos con lo mismo, sé que es el único de la liga que últimamente viene batallando de verdad. Es el único que tira sangre y lo respeto por eso. Se lo decía porque en México no hay uno que no batalle. Y capaz no con ese estilo, porque Dybbuk es de acá, pero es el único de Argentina que te va a batallar desde el principio hasta lo último, y hasta no ganar o meterte la traba, no va a frenar. En eso lo veo muy del estilo de afuera, porque los de afuera no quieren perder ni a palos. En cambio, en Argentina capaz pierden pero, como dijeron lo que querían decir, ya se quedan contentos. No se lo quise decir como algo malo, ojalá yo pudiera batallar como él y decir las cosas tan enojado.


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