En las sociedades, lo material se ubica en el nivel la estructura y lo simbólico en el de la superestructura. Hay una relación dialéctica entre la estructura o base material y la superestructura. En efecto, esto es así, pero no hay que soslayar lo que con acierto señaló Rudolf Rocker y es la voluntad de poder de las clases dominantes como factor histórico, hacerlo podría tornar a los análisis de forma mecanicista o determinista y exponer con fórmulas simplistas fenómenos psicosociales que son complejos.

Los sucesivos gobiernos desde 1966 en adelante se pretendieron carácter fundacional,  la llamada “Revolución Argentina” del onganiato feneció luego del Cordobazo de 1969 y de otros “azos”. El gobierno iniciado por Héctor J. Cámpora, sucedido por decirlo de algún modo por Lastiri y luego Juan Domingo Perón era el DE “La Reconstrucción Nacional” y “La argentina potencia”, luego a partir del golpe del 24 de marzo de 1976, dictadura cívico-militar-eclesial empresarial, genocidio perpetrado se autodenominó “Proceso de Reorganización Nacional”. Raúl Alfonsín proclamó que venía a fundar “El Tercer Movimiento Histórico” y terminó anunciando al poco tiempo “la economía de guerra”, “El Plan Austral” y su gobierno que padeció 13 paros generales de la CGT cayó por un golpe de mercado en 1989.

En 1989, Carlos Menem llegó vociferando “la Revolución Productiva y el salariazo”, el plan lo escribieron los CEO de la empresa Bunge y Born y fue la década de la orgía neoliberal con máscara populista, es decir el capitalismo con nuevos-viejos ropajes.

La alianza surgida con la dupla De la Rúa-Álvarez mantuvo la convertibilidad heredada del menemato y feneció en diciembre del 2001 dejando el país sembrado de cadáveres.

El interregno del duhaldismo dio lugar a la “normalización” y a la “pacificación” represión mediante en el puente Pueyrredón donde mataron a los militantes sociales Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.

En las elecciones triunfó Néstor Kirchner y se abrió otra década.

El actual gobierno pretende fundar un “nuevo orden” de ajuste crónico y empobrecedor donde ataca a las y los jubilados y ahora no solo hambrea a las y los niños, también los reprime en las calles.

¿Cuál será el límite a esta barbarie sino la protesta masiva y popular?

Carlos Solero