La imagen triste que dejó el seleccionado brasileño de fútbol el martes último en la cancha de River, luego de la derrota por goleada ante Argentina, tiene derivaciones que van más allá de lo que puede ser un mal partido por las Eliminatorias Sudamericanas. La historia de esa Selección está repleta de gloria, con cinco títulos del mundo como carta de presentación. Sin embargo, el presente que atraviesa es preocupante, y los argumentos radican en su competencia interna principalmente.