Concejales opositores que no acompañaron un nuevo incremento del boleto a partir del 1º de enero, y la modificación a la ordenanza que le permitirá a la intendenta Mónica Fein aumentar la tarifa cuatro veces al año, cuestionaron el acuerdo alcanzado entre el socialismo y el PRO en la maratónica jornada del jueves, que incluyó un aumento del 7,5 por ciento de la TGI para engrosar el Fondo Compensador del Transporte. "Ambas decisiones buscan suplir el retiro progresivo del Estado Nacional en materia de subsidios para el transporte, y terminan legitimando esa política del gobierno de (Mauricio) Macri sin mayor protesta", se quejó el concejal justicialista Eduardo Toniolli. Por su parte, el concejal Osvaldo Miatello (Compromiso con Rosario), autor de la ordenanza que fue modificada, consideró que "lo complicado es que se rompe el principio que le da razón de ser, un mecanismo previsible y que todos tuvieran reglas de juego claras". Según el edil, "al cambiarse la posibilidad de aumento de seis a tres meses, y agregarle un aumento extra de 50 centavos, quiere decir que se puede hacer cualquier cosa".
Entre los proyectos que se trataron durante la última sesión ordinaria del año en el renovado recinto del Palacio Vasallo, que comenzó minutos antes de las 24 y terminó cerca de las 4, el oficialismo acordó la suba de 50 centavos, que se suman a los 11 pesos que había dispuesto la intendenta Fein a partir del primer día del próximo año.
El aumento había obtenido despacho en la Comisión de Servicios Públicos en base a un informe del Ente de Movilidad. Los que votaron en contra fueron María Fernanda Gigliani (IP), Diego Guliano (Rosario Federal), Celeste Lepratti (FSyP), Norma López (FpV), Carola Nin (Compromiso con Rosario), Jorge Boasso (UCR), Juan Monteverde, Pedro Salinas y Caren Tepp (Ciudad Futura), Miatello y Toniolli.
Los ediles cuestionaron el acuerdo entre el Frente Progresista y el PRO, entendiendo que los aumentos fueron impulsados para evitar los reclamos a los gobierno nacional y provincial por mayores subsidios a la tarifa. "Recordamos que hace algunos años la intendenta Fein reclamaba con vehemencia aumentos de subsidios nacionales, y hoy acepta mansamente el ajuste en la materia del gobierno nacional", acusó Toniolli.
En ese marco, el concejal justicialista señaló: "No renunciamos a ese reclamo, ni a la exigencia por mayores aportes de la provincia en el transporte local, que se expresó en la sesión de la semana pasada, con el pedido de que el gobierno provincial aumente del 5 al 8 por ciento la porción del Impuesto al Sello destinada al TUP".
De todos modos, Toniolli dijo que seguirán bregando por "buscar fuentes alternativas de financiamiento que no sean las de meterle la mano en el bolsillo al usuario, que ocasionó una baja del 40 por ciento en la cantidad de boletos cortados en los últimos 20 años, ni la de recurrir a los contribuyentes sin ningún criterio de progresividad, tal como el aumento de TGI destinado al transporte".
Para el edil justicialista, una tasa de transporte financiada por distintos actores de la vida económica y social con un criterio progresivo, tal como se acostumbra en muchas ciudades del mundo, "redundaría en un aporte fundamental para el mejoramiento de un sistema que viene deteriorándose en la calidad de prestación del servicio, fundamentalmente en lo referido a frecuencias, como indican los números que hemos hecho públicos desde el Observatorio Social del Transporte".
"La alternativa a los recortes nacionales al transporte, no puede ser el bosillo de los rosarinos", señaló en la misma línea la concejala Tepp, cuyo bloque se opuso al aumento de la TGI y el boleto y tampoco acompañó la modificación de la ordenanza de Miatello, que autorizaba al Ejecutivo a realizar dos aumentos del boleto al año, por lo que la intendenta Fein tiene el camino allanado para poder ajustar trimestralmente la tarifa el próximo año sin pasar por el Concejo.
"Más allá de la modificación de la ordenanza, lo complicado es que se rompe el principio que le da razón de ser, un mecanismo previsible y que todos tuvieran reglas de juego claras. Al cambiarse la posibilidad de aumento de seis a tres meses, y aparte agregarle un aumento extra de 50 centavos, que si bien parece poco, quiere decir que se puede hacer cualquier cosa", dijo ayer Miatello a Rosario/12.
"En el pliego de licitación, incluso, se incorporó la cláusula de mi ordenanza, donde se plantean los aumentos en marzo y setiembre. Si recuerdan, la intendenta suspendió el incremento de setiembre, ahora se cambia de seis a tres, y aparte le agregan otros 50 centavos. Esto quiere decir que no hay reglas, se puede hacer lo que quieran, a mi juicio es lo más grave que ha pasado en el tema de transporte", agregó.
Según Miatello, avanzaron con este mecanismo de ajuste para tratar de resolver, a su modo, el no poder determinar cuál será realmente el costo de la tarifa con el nuevo sistema: "El boleto arranca con el aumento pendiente que lo va a llevar a casi 11 pesos, más 50 centavos. En marzo, tendría la posibilidad de hacer otro aumento a partir de la vieja ordenanza, y a los tres meses la aplicación de la nueva. Van fijando un precio mucho más elevado como sin que nadie se diera cuenta, pero el usuario es el que se va a dar cuenta cuando tenga que pagarlo".