El hombre de las alfombras
Bill Young es un piloto comercial de Dallas, Texas, que cuando no está volando por los aires, dedica toda su atención a observar pisos. No cualesquiera, dicho sea de paso: los pisos alfombrados de los numerosísimos hoteles donde frecuentemente se hospeda, a los que fotografía para su muy popular cuenta de Instagram, My Hotel Carpet. “Viajo para ganarme la vida. Me alojo en muchísimos hoteles. Veo muchísimas alfombras”, es la condensada descripción que ofrece este –involuntario– cultor del feísmo, que suma sobrados ejemplos de los más diversos (y sobrecargados) motivos, algunos geométricos, otros floreados, con extraños garabatos, patrones ochenteros, por citar algunas variedades que presenta su nutrida colección. “Algunos presentan una especie de símbolos Illuminati, o grandes insignias, o figuras locas. En lo personal, prefiero los más espantosos y peculiares. Son los que más entusiasmo me genera compartir”, anota el colorido estadounidense. Y entrevistado por diversos medios anglo, comparte una presunción: “Supongo que los patrones más oscuros esconden suciedad acumulada en zonas muy transitadas”. Oh, oh... Por lo demás, si su curiosa obra se ha vuelto fenómeno viral en el país del norte es gracias a los esfuerzos de su hija Jill, de 19, por convertir a su padre en estrella (fugaz). “Todo lo que quiero para navidad es que mi viejo se vuelva sensación en redes”, posteó la muchacha hace unos días, compartiendo el muy específico hobby de su querido progenitor. Y su intentona prendió cual reguera de pólvora, sumando el señor Young más de 600 mil seguidores en minúsculo rato, que rinden loas a su labor como especialista en horribles, horribles alfombras de hotel de distintos puntos cardinales (diferentes sitios de Estados Unidos, sí, pero también de Alemania o Japón). “La gente me ha comenzado a pedir que fotografíe otros pisos, pero por ahora continuaré concentrado en los alfombrados”, aclara Bill sobre una afición que le entretiene muchísimo. Por razones inexplicables.