El sector sojero enfrenta un doble desafío de cara a los mercados mundiales: lograr que las ventas argentinas crezcan a un ritmo mayor que sus competidores -Estados Unidos y Brasil actualmente duplican y hasta triplican el crecimiento de las exportaciones locales de harina de soja- y aumentar la producción, que se revela estancada en comparación con la competencia. La ausencia de políticas con mir