Una nueva alianza entre la provincia de Buenos Aires y Cuba busca cambiar la ecuación productiva para pymes agroindustriales, cooperativas, y productores familiares que vienen lidiando con enfermedades, falta de acceso a semillas de calidad y tecnología obsoleta. El objetivo es que la genética vegetal ya no sea un terreno exclusivo de grandes multinacionales ni de centros académicos lejanos, además de aumentar la producción y bajar los costos.
El reciente convenio firmado entre el Ministerio de Desarrollo Agrario provincial y el Instituto de Biotecnología de Plantas (IBP) de Cuba consiste en fortalecer la investigación científica, el intercambio de especialistas y la implementación de nuevas tecnologías para impulsar la biotecnología vegetal como una herramienta concreta al servicio del sector productivo bonaerense. No se trata de una declaración de buenas intenciones, sino el resultado de articulaciones iniciadas en el XV Simposio Internacional de Biotecnología Vegetal realizado en Cuba en 2024, que posteriormente empezó a tener sus beneficios.
Este convenio en cuestión prevé, entre otras medidas, el desarrollo de investigaciones conjuntas en edición génica en cultivos como papa y tomate, transferencia de tecnologías de embriogénesis somática, intercambio de material genético en especies ornamentales como rosas y orquídeas, así como la evaluación de proyectos vinculados a cultivos de alta biomasa como bambú y especies forestales.
Para Javier Rodríguez, ministro de Desarrollo Agrario provincial, el acuerdo tiene implicancias concretas. “En la actualidad, el desarrollo biotecnológico es fundamental para toda la producción agropecuaria", dice, y agrega que "hoy las nuevas biotecnologías son claves para garantizar ya no sólo la competitividad, sino también la sustentabilidad de la producción".
"Este tipo de convenios va a permitir ampliar ese abanico y permitir por lo tanto que los productores cuenten, cuando quieran realizar otro tipo de cultivos o producciones, con las últimas tecnologías disponibles y no tengan que recurrir a cuestiones que hoy están quedando obsoletas", explica a Buenos Aires/12.
El programa ya tiene fechas en agenda. Entre junio y julio de 2025, especialistas cubanos visitarán la Chacra Experimental de Mercedes para comenzar los primeros trabajos conjuntos, en estrecha colaboración con el laboratorio de cultivo in vitro de esa misma localidad, que desde 2021 viene funcionando como biofábrica provincial.
Los beneficios del convenio para las pymes bonaerenses
Según señalan desde la Provincia, este tipo de convenios representan un paso importante para cooperativas y empresas de base tecnológica. Alfredo Moretto, director de la empresa Vitrón, ubicada en Mercedes, resalta que en principio el convenio ayudará darle un salto tecnológico aún mayor en los niveles de sus procesos de producción: “La posibilidad de tener relación casi directa con científicos tan reconocidos a nivel internacional como los que tienen en Cuba nos ayuda mucho. Este tipo de convenios a nosotros tiene un impacto bastante directo y muy prometedor desde estas cuestiones”.
Desde su predio de cinco hectáreas en Mercedes, Vitrón desarrolla plantas sanas mediante cultivo in vitro con protocolos únicos en el país. Con más de 20 años de experiencia, su especialización en saneamiento genético, micropropagación y desarrollo de nuevas variedades permite a la empresa producir más de 2,5 millones de plantas al año, garantizando trazabilidad y alta calidad sanitaria, de acuerdo a los datos brindados por la empresa.
Moretto remarca a Buenos Aires/12 que el valor de estos avances no solo será en términos técnicos, sino también en comerciales. “Este tipo de convenios internacionales nos ayudan a posicionarnos no solamente en Cuba sino en diferentes partes de la región", afirma y destaca las posibilidades para que los desarrollos bonaerenses se empiecen a conocer fuera de la Argentina.
Vitrón trabaja con más de 40 protocolos establecidos para cultivos diversos: Desde batata, pistacho y vid hasta ornamentales como astromelias y proyectos de innovación en uva sin pepitas o líneas de doble haploides, en términos simples se trata de una tecnología de vanguardia para fijar genéticamente variedades estables en las plantas. A su vez, la empresa tiene convenios con semilleras como Don Mario y universidades nacionales, lo que la posiciona como un actor central en el entramado científico-productivo de la provincia.
En paralelo, los productores familiares también ven en este convenio una oportunidad concreta para resolver problemas estructurales. Silvio Pérez, floricultor de La Plata e integrante de la Asociación Tierra Fértil Abastencia, subraya el impacto que la biotecnología tiene en la sanidad de las plantas y la autosuficiencia genética. “La verdad que tenemos muchas expectativas de la llegada de convenios con Cuba por la capacidad que tiene para meter más tecnología en el sector. Estamos trabajando alrededor de 30 familias, 30 unidades productivas y el 100 por ciento de la producción se comercializa a través de la cooperativa argentina de floricultores”, destaca.
A su vez, Pérez y su equipo lograron multiplicar plantas libres de virus que antes debían importar desde Brasil o Colombia. “Hemos hecho 4 o 5 variedades, algunas flores y otras hortícolas, por ejemplo, y también la batata. Además, estamos haciendo multiplicación de plantas de astromelias”, detalla. El convenio con Cuba, explica, podría acelerar el acceso a nuevas variedades y fortalecer aún más el circuito local de producción de flores como rosas y crisantemos.
Raúl Cataneo, coordinador del Programa Provincial de Mejoramiento Genético Vegetal, pone en valor el rol estratégico de las biofábricas impulsadas por la Provincia que también ayudaron a sentar las bases para la materialización del convenio internacional que acaba de firmarse. “¿Qué es una biofábrica? Es un laboratorio, en este caso de cultivo in vitro vegetal, donde se producen plantas con ciertas características de interés, tanto productivas y por sanidad, en forma masiva”, explica a este medio.
Estas plantas, producidas como clones libres de virus y patógenos, permiten a los productores acceder a materiales genéticos rejuvenecidos y con mayor rendimiento a campo. “Estamos hablando que se pueden hacer miles de plantas a partir de un pedacito de esa planta madre”, agrega Cataneo.
La cooperación internacional para el desarrollo productivo bonaerense
El convenio con Cuba refuerza el camino de la cooperación internacional desde la provincia. Las tecnologías provenientes del Instituto de Biotecnología de Plantas (IBP) como la embriogénesis somática ofrecen nuevas posibilidades para bajar costos y aumentar la escala de producción. “Mucha de esta tecnología ya vino de Cuba, del Instituto de Biotecnología de las Plantas. Por lo tanto, nosotros ahora, al firmar el convenio con Cuba, la idea es poder incorporar nueva tecnología, con nuevas metodologías y reforzar esta cooperación que nació el año pasado”, sostiene Cataneo.
En la provincia ya se trabaja en nuevos cultivos prioritarios: papa, batata, tomate, ornamentales como astromelias, frutales como kiwi donde el cultivo in vitro permite seleccionar el sexo de las plantas y también especies de interés industrial y farmacéutico a partir de metabolitos secundarios. A esto se suma la puesta en marcha de una segunda biofábrica en Miramar.
Este entramado público-privado, en red con Cuba, se enmarca dentro de una política general de cooperación latinoamericana que asumió la Provincia a mediados de 2024 con respecto a enlazar relaciones con posibles socios comerciales y de investigación científica en medio de la retirada del gobierno nacional de Javier Milei. El puntapié inicial se dio a partir de la visita a México del gobernador bonaerense, Axel Kicillof viajó a México para la asunción de la presidenta Claudia Sheinbaum.
En aquella ocasión, se establecieron acuerdos estratégicos en distintas áreas como la economía, el comercio y la investigación científica, en este último caso por el tratamiento del litio. El primer acercamiento se dio con una reunión de negocios internacional organizada por el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnologíca en el municipio de Morón, entre pymes bonaerenses e importadores mexicanos, mientras que en los próximos meses será el turno de la biotecnología en genética vegetal con la visita de los científicos cubanos.
Con actores públicos, empresas biotecnológicas y productores familiares trabajando en conjunto, este convenio trasciende el intercambio científico y se proyecta como una herramienta para transformar la base productiva bonaerense, incorporando tecnología de punta y resolviendo cuellos de botella históricos, completaron desde el Ministerio de Desarrollo Agrario provincial.