Después del cachetazo que recibió en el Senado, Manuel José García Mansilla no fue a trabajar este viernes. Nadie lo vio por el despacho en el cuarto piso del Palacio de Justicia que hizo pintar a su gusto en cuanto asumió, como quien se proyecta por mucho tiempo en la Corte Suprema pese a estar designado en comisión. La noche anterior, después de la votación que rechazaba su pliego por 51 votos y una medida cautelar del juez federal Alejo Ramos Padilla le ordenara abstenerse de firmar fallos y decisiones administrativas